Title : Discursos sobre el arte del dançado
Author : active 17th century Juan de Esquivel Navarro
Release date : November 6, 2016 [eBook #53462]
Language : Spanish
Credits : E-text prepared by Greg Lindahl and the Online Distributed Proofreading Team
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(http://www.pgdp.net)
Publicaciones de la
Asociación de Libreros
y Amigos del Libro
Patronato
del Instituto Nacional
del Libro Español
IV
Arte del Danzado,
por Juan de Esquivel
Ejemplar núm. 22
Y
SVS EXCELENCIAS Y
primer origen, reprobando
las acciones deshonestas.
Compuesto por Iuan de Esquivel Nauarro,
vezino y natural de la Ciudad de Seuilla,
Discipulo de Antonio de Almenda, Maestro de
Dançar de la Magestad de el Rey nuestro
Señor D. Phelipe Quarto el Grande,
que Dios guarde.
DEDICADOS
A Don Alonso de Zuñiga Ponce de Leon y
Sandoval, hijo primogenito del Marques de
Valdenzinas, y sucessor en su Casa,
Estado, y Mayorazgos.
Con Licencia
,
Impressos en Seuilla, por Iuan Gómez de
Blas. Año de 1642.
Por comission del señor Dõ Miguel de Luna y Arellano, Cauallero del abito de Santiago, del Consejo de su Magestad, y su Oydor en la Real Audiẽcia de esta Ciudad, he visto los Discursos sobre el arte de Dançar, sus excelencias y primer origen, q̃ pretende imprimir Juan de Esquiuel Nauarro; y no hallo en ellos cosa contra nuestra santa fè, ni digna de reparo, sino antes muy buenos documentos para los que quisieren aprender reglas curiosas y modos politicos para los Maestros; y se manifiesta la destreza del Autor, y la afición al exercicio en el trabajo que ha puesto. Y assi por esto y no resultar daño a la Republica, como por la elecciõ en la Dedicatoria a persona de sangre tã ilustre, que admitirá la oferta, aunque pequeña, atendiendo a la voluntad y animo de Iuan de Esquiuel, que como dixo Seneca, haze grande lo pequeño, y decente lo no tal, merece que se le conceda la licencia q̃ pide para dar la obra a la estapa, siendo seruido el señor Don Miguel. Assi lo siento. En Seuilla a tres de Enero de mil y seisciẽtós y quarenta y dos años.
Lic. Don Juan de Silva.
Don Miguel de Luna y Arellano, Cauallero de el abiro de Santiago, del Consejo de su Magestad, y su Oydor en la Real Audiencia de esta Ciudad de Seuilla. Doy licencia para que qualquier Impressor desta Ciudad, pueda imprimir este Tratado, sin por ello incurrir en pena alguna. Dada en Seuilla a 4. de Enero, de 1642 años.
Don Miguel de Luna
y Arellano.
Alonso de Escobedo
Colombres S.
Los Celebres Pintores comunmente tienen por estilo, ilustrar lo admirable de sus pinturas cõ los realçados matizes del oro de mas superiores quilates, para que consiga entera perfeccion lo q̃ sus manos obraron; gouernadas de la subtilidad de sus ingenios. Exemplo tan aplaudido de mi deßeo, que a su imitacion ha sido forçoso valerme de la proteccion de V.S. para que este pequeño Tratado tenga de grande los soberanos realces que adquiere, ilustrado con el oro purisimo de su Nobleza, conocida tanto, que me esensa de ponderatiuos Elogios, puesto que para nadie se escribe lo q̃ todos saben. El fruto primero es, que ha produzido la esterilidad de mi talento; pero nace con tan buen pie, que desde luego busca los de V.S. por hallar este Tratado en ellos su mayor perfeccion; pues demas de las partes excelentissimas que le adornã que son inumerables, ha conseguido el gustoso entretenimiento de la Dança, con tãta destreza y gracia, que se conocẽ en V.S. sus mayores primores. El trabajo y euydado possible he puesto en escriuirlo, acertarlo a hazer ha sido mi pretension: el lograrlo es dificultoso, pero quãdo aya errado, no en todo, porque es fuerça concederme el acierto de dirigirlo a V.S. A quien suplico se digne de ampararlo, por quiẽ es, y porq̃ es el primer Tratado q̃ desta materia se escribe, y yo el primero q̃ lo pone en execucion, y el q̃ mas desse a seruir a V.S. A quien Dios guarde felicisimos años, cõ los acrecentamientos de Estado q̃ merece, y este humilde esclauo de V.S. deßea, &c.
Iuan de Esquivel Nanvarro
Es vna gracia de las mayores que Dios concede a sus criaturas, la auilidad que se aplica a exercicios honrosos; y para que se obre aquello que se dessea, hora sea oficio, arte, o ciencia, se ha de solicitar con el trabajo, procurandolo mas cierto y perfecto de aquella en que se pone el objeto, cursandolo y comunicandolo cõ personas cientificas, estudiando en ello a todas horas: porque la continuacion y esperiencia larga purifica el ingenio para alcançar lo que se pretende, y sobre aquello fundar y realçar el arte con nueuos primores y excelencias: y los grandes Maestros y Antiguos de qualquier facultad fueron tan superiores porque lo adquirieron a fuerça del trabajo, con su gran natural, dexandonos exemplo para que los imitemos. Y, assi el que se determinàre a ser Maestro de Dançar, necesita de mucho estudio y trabajo, obrando lo que se les enseñó ordinariamente con el instrumento en las manos; de suerte que quando se publique por tal Maestro, y manifieste lo que sabe, no dè lugar a la censura de los que lo entienden. Esto lo digo porque muchos Maestros, assi de Dançar como de otro genero, sin atẽder a su reputacion, vsan licenciosamente (sin ciencia) el auilidad a que se inclina, echando a perder todo quãto viene a sus manos, y en especial los de este arte del Dançado, que las personas que estos enseñaren, aunque sean de muy buenas partes y abilidad, ellos con su mala doctrina y falsos mouimientos, los hazẽ torpes y malparecidos, especialmente los Maestros que no tienen Escuelas; porque estos ni saben Dãçar, ni entienden las circunstancias de la Dança, que son muchas, y no siruen de mas, que de lleuar, y por mejor dezir hurtar el dinero que reciben por echar a perder sus Dicipulos. Y lo peor es, que estos ignorantes censuran la doctrina de los grandes Maestros, por acreditar sus borrones. Y assi el que pretendiere ser Maestro de Dançar, primero que lo ponga en execucion, tome documentos de los superiores, y passe los ojos por este Tratado, y verá la doctrina que guardan los insignes Maestros que oy ay, assi en la Corte, como en esta Ciudad, que son las partes adonde con mas destreza, gala y compostura se exerce el Dançado, porque en todo esta Ciudad es hermana de la Corte.
De las excelencias del Dançado, su origen y primeros inuentores.
No ha sido pequeño el cuydado que he puedo en saber las excelencias del Dançado y su origẽ, comunicandolo con personas doctas, de quien me he valido para esta pretension. Y por estos medios he conseguido y alcançado a saber, que en quanto al origẽ de la Dança, es cosa indubitable, conforme al sentir de los que della hã escrito, que es vna imitacion de la numerosa armonia que las Esferas celestes, Luzeros y Estrellas fixas y errantes traen en cõcertado mouimiento entre si. Qual fuesse el primero q̃ la puso reglas, no es tan cierto, que no admita opiniones. Celio Rodig. trae algunas, y de la pluma Griega en el primero tomo de sus antiguas leciones en el lib. 5. cap. 3. y 4. dize, que Theseo siẽdo lleuado de Creta a la Isla de Delos, dio principio a la Dãça, enseñando a algunos niños el Arte. Y refiere tambien la opiniõ de algunos, q̃ afirman auersele dado principio en Zaragoça, no señalando el nombre del inuentor. Otros afirman auer sido Pyrrho; mas deste solo es cierto q̃ fue inuentor de vn genero de Dança, que se tomò de su nombre, y se llamò Pyrrichio, á pedum celeritate , de la presteza y ligereza de los pies. D. Christoual Suarez de Figueroa, en la traduccion que hizo de Italiano a nuestro vulgar del libro de la Plaça vniuersal, siente y consiente con el Autor Italiano, auer sido primera instituydora de la Dança, Chimele; y valese de vn verso de Marcial, como en el dicho libro se podrá ver, a fol. 141. Mas hase de estar a lo q̃ dize Ioseph Aldrete en su libro del origẽ de la lengua Castellana, dõde dize, Que este [2] nombre de Dança, se ha tomado de Dan, Capitan de vno de los doze Tribus, hijo de Iacob, que quando le echò su bendiciõ le llamò Cerastes, conque fue su nombre Dãcerastes, por ser este el primero que le dio reglas. Y puedese colegir ser assi, y q̃ de este nombre de Dan, se dixesse Dança, como las Dezimas Espinelas, por auer sido Espinel quien dio principio a este genero de versos. Mas mi sentir es, que Tubal Cain inuentor del instrumento Musico, lo fue del Dançado; o alguno de los primeros q̃ le oyessen tañer: y no se haze duro de creer, pues auiendo sido hõbre muy jouial, quien duda que al passo que tañia el instrumẽto, se moueria dãçando? Pues vemos produzir a cada causa su semejante, y conforme son las causas, produzẽ sus efectos: assi como el estruendo belico de la caxa de guerra, inquieta y altèra los animos, incitando a la pelea: y si se oye vna biguela, parece que combida a Dançar lo sonoro de sus acentos; y assi el que Dãça, ajusta los compasses de los mouimientos cõ los del instrumento. Y en quanto a las excelencias desde Arte, se conoceràn assi en la mucha estimaciõ que dél siempre se ha hecho entre lo mas ilustre, como en las autoridades de las diuinas y humanas letras, cuyo epilogo para ayudar mi intento, se verá a costa del estudio de Doctissimos Theologos y Humanistas, de que me he valido para mayor luzimiento de esta obra, que la han autorizado con estas.
Alexandro de Alexandro, en el libro 2 de los Dias Geniales cap. 25. Dize, que el Dançado lo compusieron los Ionios en la Ciudad de Ionia, y que alli se le dio su primer modo. Y sobre este lugar contesta lo mesmo Tiraquelo Frances, en el mesmo libro, y que la compuso para adestrar a las armas a los moços.
Polidoro Virgilio en el cap. 13. fol. 86. dize, que testifica Plinio en el lib. 12. que el inuentor de la Dança fue Pyrro hijo de Achiles en la Isla de Creta, para con ella exercitar con mayor facilidad a los mancebos al exercicio de las armas, y andar a [3] cavallo haziendo los sueltos y ligeros de pies, fuertes de piernas y robustos.
Homero en su libro afirma, que el Dançado es arte liberal, y lo dize con estas razones: Es el Dançado arte liberal entre las cosas del gusto . Y tambien el Padre Roa de la Cõpañia Iesus, le dà esse nombre en el lib. de los Bienauenturados. Conque aunque yo le dè esse nombre mismo en este Tratado, no es sin fundamento, ni por mi parecer solo: demas de q̃ se conoce por la mesma razon, por las reglas y compasses que en èl se guardan, y cada dia tiene nueuas inuentiuas, fin que la imaginacion pueda hallar fin a la Dança, ni a todo lo q̃ en ella se puede obrar de nueuo.
En el libro de los Iuezes cap. 11. dize, q̃ la hija de Ieptè, sallo a recebir a su padre vitorioso con musicas y danças.
El Exodo cap. 32. dize, que los Israelitas Dançaron delante del Becerro quãdo idolatraron en el, por parecerles ser el mayor festejo que se pudo hazer a quien adorauan.
El dicho libro de los Iuezes en el capitulo dicho, dize, que las Donzellas de Silo vsaron de las Danças de ordinario.
El Eclesiastès dize en su libro cap. 3. q̃ ay tiempo para llorar, y tiẽpo para Dãçar.
Ateneo en el libro 14. cap. 12. dize, que el Rey Antiocho se preció mucho de diestro en el Dançado, exercitandolo de ordinario.
Dion Casio, en la vida que escriuio del Emperador Caligula Romano, dize, que este Emperador era tã aficionado a la Dãça, que restituyò a Roma todos los q̃ por el dançado auia desterrado Tiberio, y con ellos exercitaua este arte cõ grã destreza.
Celio Rodiginio en el lib 5. de las antiguedades cap. 3. dize, que Pyrro hijo de Achiles (el que Polidoro y Plinio dizen fue autor de la Dança) fue muy diestro en dançar; y que a vn genero que de este arte cõpuso, le llamaron el Pyrroço, como acà nombramos la Pauana, o Gallarda.
El dicho Alexandro en el libro y capitulo citado, dize, q̃ Epaminondas Rey de [4] Thebas, fue muy diestro en la Dãça; y dezia, que con ella se exercitauan los hombres para la guerra: y q̃ los Persas se exercitauan principalmente en dos cosas, que eran en Dançar, y en andar a cauallo. Y dize tambien, que Apio, Claudio, Gabinio, Marco Celio y Euinio Crasso, hizieron gran aprecio de la Dança, y fueron muy diestros. Y q̃ los Griegos, los Lacedemonios y los Indios, tienen la Dança por cosa muy noble. Y que los hijos de los Senadores y, demas gente ilustre en Roma, de la escuela de las letras yuã todos los dias a las d la Dança, a aprẽderla, y exercitarse en ella.
Celio Rodiginio en el cap. 3. dize, que Theseo hizo grandes Danças y bayles cõ los mancebos de la Isla de Delo.
Tiraquelo en el cap. 25. dize, que el grã Filosofo Socrates se exercito mucho en la Dança.
Panormitano en el libro 2. de las hazañas del Rey Don Alonso de Napoles, dize, que con ser el que mas se apartó deste exercicio, vino tiempo en que Dançó en publico con los Emperadores Federico Tercero, y su esposa.
Antonio de Obregon y Cerceda, Capellã de la Magestad Real el Prudentissimo señor Don Phelipe Segundo Rey de las Españas, que está en él Cielo, en el libro q̃ dirigio a su Magestad el Rey Dõ Phelipe Tercero siendo Principe, que se intitula: Discursos sobre la Filosofia moral de Aristoteles, en el discurso 5. fol. 100. dize, que el Dançado es necessario para los Reyes y Monarcas; y funda en Filosofia, que el arte del Dançado muetra a traer biẽ el cuerpo, serenidad en el rostro, graciosos mouimiẽtos, fuerça en las piernas, y ligereza. Y quenta el compas, ayre y gracia cõque su Magestad obraua los mouimientos del Dançado, y quan aficionado era a todos los que dançauan bien.
Y no es de admirar que este Arte le ayã vsado tantos Principes y Monarcas, pues el mayor Rey de todo el Orbe, Phelipe Quarto el Grande nuestro señor, a cuya [5] obediencia se postran los dilatados terminos del mundo, aprendio este Arte; y quãdo le obra, es con la mayor eminencia, gala y sazon que puede percebir la imaginacion mas atenta. Pero no es solo esto lo q̃ admira de su raro entendimiento, brio y destreza: porq̃ en el manejo de las armas, caça de escopeta y montèria, hazer mal a vn cauallo, pintar y hazer versos, tocar vn instrumento, excede con muchas ventajas a quantos por estas auilidadés han merecido famosos nombres. Pero causa tanto luzimiento el Dançado en qualquiera persona, que diferẽcia a las demas assi en la compostura del cuerpo, como en sus mouimientos, niuelando de suerte sus àcciones, que no le permite alguna que desdiga de la proporcion conueniente: si ya su naturaleza, en la distribucion de sus partes personales, no anduuo tan esteril, q̃ no le concedio instrumentos capazes en que hiziera impression. Ya assi merece este entretenimiento, entre los demas lugar superior; porque los otros participan dèl el hallar el cuerpo dispuesto para obrarlos con mayor acierto. Y assi es digno de que los grandes Monarcas y personas particulares, que tienen comodidad para ello, lo exerçan, tanto por lo gustoso y entretenido, como por lo magestuoso y galánte: efectos que naturalmente proceden de la Dança, y certifican su nobleza con lo que ellos de si proprio manifiestan.
Y porque mi intẽto es reprobar (como repruebo) en este Tratado todo mouimiẽto to ilicito dançando, o baylando; digo, que toda deshonestidad y descomposturas lasciuas del cuerpo, desluze y desdora la persona que las obra; por lo qual los grandes señores Dançan tan compuesto y graue. Y pues que en todo desseamos imitarlos, como se ve por las galas y otros vsos, pues siempre apetecemos los superiores, razon es imitarlos en esto, siguiendo el asseo y buen modo de Dançar destos Principes. Y por autorizar tanto este Arte el P. Augustin de Roa dela Compañia de IESVS en el libro que escriuio del estado de los [6] Bienauenturados, en el cap. 13. demuestra parecerle, que en el Cielo se Dança, apoyandolo con dichos de Santos. Y el gran Doctor de la Iglesia San Geronimo en el cap. 30. del Eclesiastès dize; Llorar debemos porque despues podamos dançar aquellas danças q̃ dançò Dauid ante el Arca del testamento . Y San Augustin en el lib. 22. de Luv. cap. 30. dize, que todos los miẽbros del cuerpo seruiràn a las alabanças de Dios.
Nuestra Madre la Iglesia en el Hymno del Oficio de las Virgines, dize de N. Redemptor Iesu Christo, que está rodeado de Choros y Danças de ellas, que siguiendo sus passos ligeras, dançauan y cantauan Canciones. Y assi las vio San Iuan en su Apocalypsi, seguir al Cordero dançando y cantando vna nueua Cancion. Dize tambien la Iglesia, de los Santos niños Inocentes, que ante el Ara de su martyrio se entretienen haziendo mudanças cõ las Coronas y Palmas. Y pues este exercicio tiene tantos meritos, no serà bien que lo reduzgamos a lasciuo y deshonesto, siẽdo èl en si virtud. Y porque es razon que las alabanças y grãdezas del Dançado, no solo se escriban en prosa, sino en verso tambien, pongo en este Tratado algunos lugares de los citados, y historias de el estudio de quien las professa, en los versos siguientes.
De los Mouimientos del Dãçado, y calidades que cada vno ha de tener, y sus nombres.
Los Mouimientos del Dançado son cinco, los mesmos que los de las Armas, que son estos: Accidẽtales, Estraños, Transversales, Violentos, y Naturales. Destos cinco Mouimientos nacen las cosas de que se componen las Madanças, que son; Passos, Floretas, Saltos al lado, Saltos en buelta, Encaxes, Campanelas de cõpas mayor, graues y breues, y por de dentro medias Cabriolas, [10] Cabriolas enteras, Cabriolas atrauessadas, Sacudidos, Quatropeados, Bueltas de pechos, Bueltas al descuido, Bueltas de Folias, Giradas, Sustenidos, Cruzados, Reuerẽcias cortadas, Floreos, Carrerillas, Retiradas, Contenencias, Boleos, Dobles, Sẽzillos, y Rompidos. Las calidades q̃ cada vna destas cosas debẽ tener, d porquè se les dá los nombres referidos, ay muy pocos q̃ las executen ni sepan, y especialmente los que no han cursado las Escuelas. Y porque no las ignore el aficionado, las darè a entẽder en este Capitulo.
A las Floretas se les da este nõbre, por ser vn mouimiento que se halla en todas las Danças, y es la flor del Dançado, y el mas suaue y curioso de todos, y q̃ siendo el mas necessario, ay pocos q̃ le den el punto. Han de ser las Floretas bien cortadas, y saltando vn poco con ellas al empeçarlas, sin passar el pie que las comiença delante del otro, sino siempre siguiendo con el encaxe del pie, mirando al talon del q̃ va adelante, sin tocar en el, recogiendolas, o alargandolas conforme al sitio en q̃ se halláre el que Dança, obrandolas siempre de punta y talon: porque todo el Dançado de pũtas solamente, no vale nada. Hase de leuantar el pie al començarla, lo que bastáre, sin estremo: y mas valdra que se leuante demasiado, que no que pequen de encogidas, no leuantando el pie hazia vn lado, sino adelante, las puntas de los pies a fuera y el rostro siempre al Maestro. Y esto de las pũtas a fuera, aduierto se ha de obrar en todo el dançado; porque si miran hazia dentro, es muy mal parecido; y el que obràre vna Floreta bien, no es possible dexar de parecerlo en lo demas, si bien no ay regla sin excepcion.
El Salto al lado le llaman algunos Maestros Altabaxo; y ambos nõbres apruebo, aunque el Salto al lado es mas proprio, y el que mi Maestro y los demas de la Corte le han dado. Llamase Salto al lado, porque si lo executa el pie derecho, se ha de saltar [11] al lado derecho: y por el cõtrario, saltãdo con el hizquierdo, no se ha de saltar lexos de adonde se halla el cuerpo, sino cerca: que mas cõsiste el Salto en suspender el cuerpo, que en saltar demasiado a lo largo: porque de saltar lexos nace la descompostura, y en qualquier termino del dançado y bailado es muy mal parecida, y lo que mas se debe euitar. Hase de saltar sobre la punta, sentando inmediatamente todo el pie. Permítese en este Salto, que se salte con èl atras, o adelante, si conuiene, para mejorar de puesto, por acabar la mudança donde se empeçó: y esto antes se atribuye a destreza, y lo es el saberse mejorar. Tiene el Salto en buelta la misma calidad, saluo que se da buelta con el, conforme su nombre.
Los Encaxes ordinariamente se hazen despues del Salto, aunq̃ los ay despues de Campanela, o Cargado; y de vna fuerte v de otra, se ha de Encaxar saltando, y quitando el pie que está adelante, al mesmo tiempo que se encaxe: porque el Encaxe q̃ se obra sin saltar, es muy friuolo y mal parecido. Y todo el Dançado requiere obrarse saltãdo, o suspendiendo el cuerpo hazia arriba, cada cosa en su tiempo, para que sea ayroso: porque el Dançado sin suspension, es muy çonco. Llamase Encaxe, porque se encaxa la punta del pie que se leuanta, a el lado del talon del que està en el suelo por la parte de a fuera: y mientras mas arrimada la punta ál talon (como no se rozen) mejor serà el Encaxe, y mas executado; porque la gala del Dançar, es, executar los mouimiétos como tienen su nombre: porq̃ en el Salto se ha de saltar, en el Encaxe encaxar, en el Cruçado cruxar, y en el Sacudido sacudir. Y esto importa mas, q̃ el saber muchas Mudanças.
La Campanela ha de ser bien redonda, saltando sobre vn pie, obrandola con el otro; de modo que el acabar el Salto y executar la Campanela, sea todo vno, y ha de salir el pie al començar la Cípaneía por [12] la punta de el otro dos vezes, haziendo vn circulo redondo, cogiendo tanto circuito y compas de atras, como de adelante, lleuando la punta del pie bien derecha, sin encoger la pierna, sino lo mas derecha que se pudiere, y suauidad en el obrarla. Y es muy essencial al Dançado, el Dançar con suauidad, y que los pies no hagan ruido en el suelo: que parece muy mal el arrastrarlos, o hazerlos sonar. Llamase Campanela, porque mientras mas redonda, es mejor, y por vn niuel, como vn cerco de vna campaña: y ha de ser lo mas baxa que se pueda; porque la mayor fealdad que puede tener, es ser alta y mal redonda, porque obliga la alta a encoger la pierna, cosa muy fea en qualquier parte que se haga Dançando: q̃ esso se queda para Danças ridiculas, como Matachines y Mogigãgas. Y este mal modo de Dãçar y encoger de piernas, lo he visto executar a algunos que no lo entienden, en actos publicos, y se les ha Vitoreado no por diestro ninguno, sino por otros que no han visto Dançar de oposicion, ni en Escuelas.
La Campanela breue tiene la mesma calidad, saluo que es menos campanuda, y mas liberal; por lo qual tiene nombre de breue.
La Campanela de compas mayor se haze con su Salto, y dos Sustenidos, y tiene la mesma circunstancia, y cogen mayor cõpas que las otras, y por esso se llaman de compas mayor.
La Campanèla por de dentro ha de ser al reuès de las otras; porque en lugar de salir el pie que la obra por la punta del pie, q̃ está en el suelo, sale por el talõ, y entra por la punta, haziendo el mismo circulo q̃ con las otras, y se acaba de coz, como las otras de punta pie Han de ser estas Campanelas tambien lo mas baxo que se pudiere: porq̃ encorbar la pierna, es cosa assentada, que no ay mayor fealdad en el Dançado, como queda dicho. Y estas Cãpanelas por de dẽtro, son dificultosas, por la breuedad y circunstãcias dichas, y ha de ser mui diestro el [13] que las obràre bien. Llamanse por de dentro, porque toda su execucion es por la parte de adentro.
Los Bazios son vnos mouimiẽtos violẽtos y naturales, a modo de pũtapies. Llamolos Violentos, porque se leuanta el pie con violencia y natural: porque consecutiuamente sin hazer otro ningun mouimiento, se baxa naturalmẽte el pie al sitio donde estaua, sin que en medio destos mouimientos se obre otra cosa; por lo qual se llaman Bazios. Este mouimiento se ha de executar con la pierna bien derecha, leuantando bien los pies en proporcion, que no se censuren de altos ni baxos: porque assi en estos, como en los demas mouimiẽtos, siempre se han de escoger los medios para su mejor proporcion, puntas afuera, tirando el punta pie adelante, y no a los lados: la breuedad la dará el compas. Donde estos Bazios se hazen, cabẽ medias Cabriolas, porque ocupan el mesmo cõpas. Y muchos diestros las encaxã en lugar de Bazios y a mi ver, tan buen mouimiento y bien parecido es vno, como otro: y lo que el bazio tiene de mas graue, tiene la media de mas viueza, y necessita de mas pies. Y el Dãçado està tan limado, que no ay en él mouimiènto que no sea muy bueno, si se executa con todas sus circunstancias.
Las Cabriolas enteras han de ser biẽ texidas, leuantandolas lo possible, cayẽdo sobre las puntas, sin doblar las rodillas porque no se encojan las piernas, ni baxar las puntas de los pies mientras se texẽ, por no doblar los talones, sino derechos naturalmente: porque la Cabriola ha de ser derecha, tiessa y bien passada. Y mas vale que se rompa y passe bien y sea baxa, que no q̃ se leuante mucho, y rompa y passe mal. El porquè fe le dà nombre de Cabriola, no lo sè efectiuamente, aunque lo he oydo praticar; y lo que he visto conferir a algunos es, darles el sentido por el mesmo nombre de Cabriolas: porque como son saltos y no ay animal que mas falte desde que nace q̃ la [14] Cabra, hazìendo corcobos y retoços con los pies y las manos, de aqui le vino el nõbre de Cabriola. Sin embargo yo me reduzgo a la razon que otra persona diere, si lleuàre mas fundamento que esta. Para q̃ salga la Cabriola como ha de salir, se rompe con pie derecho; y no ha de ser el rompido atrauessado, sino que quede el pie derecho tras el hizquierdo, medio pie de claro. Y aunque digo vno tras otro, no tan a nibel el vno del otro, que se rozen los dos al passar la Cabriola. Y ha de caer siempre quedando rompidas todas las que hiziere, como el rompido de la primera: porque vnos caẽ con los pies juntos, y otros mui abiertos, y de ambas cosas se ha de tomar el medio mas bien parecido.
La Cabriola atrauessada es vn Salto cõ dos Cruzados en el ayre, atras y adelãte. Caese con ellas sobre las puntas, abierto y no rompido; y por esto se llaman Atrauessadas, y porq̃ naturalmente se atrauiessan los pies con los dos Cruzados: y tambien se podran intitular Cabriolas cruzadas.
La Media Cabriola es vn mouimiento muy gracioso, y menos trauajoso que la Cabriola entera: si bien ay mouimientos donde se encaxan, q̃ por su violencia y presteza cuestan cuydado: y ay pocos q̃ en semejantes ocasiones las encaxen. Y quien las executa superiormente, es Iuan de Pastrana, dicípulo de mi Maestro Antonio de Almenda, vezino de Madrid, que es vno de los que mas han luzido. Y Antonio de Burgos, hijo de Miguel de Burgos, Escriuano Publico de Seuilla, que le cogio este luzido mouimiento entre otros, executandolo muy ayrosamente. Llamãse Medias Cabriolas, porque se leuantan y se cae en ellas con vn pie, y se passan menos q̃ las enteras.
El Sacudido se obra con Salto, vnas vezes caminando con èl hazia adelante, y otras saltando al lado: y de qualquier manera el pie que le leuanta, ha de yr derecho [15] sin doblar la pierna; leuantar bien, y sacudir sobre la cinta del capato del pie q̃ està en el súelo. Llamase Sacudido, porque en el sacudir bien consiste su perfeccion. Otros Maestros los llamaron Cimbrados, porq̃ se cimbra con la pierna. Apruebo el nombre que en Escuelas se pratìca, q̃ es Sacudido.
El Quatropeado se ha de executar con violencia y presteza, leuantando los pies en buena perfeccion, y en sentando el pie que la comiença, alçar el otro, y con la mesma presteza cargar sobre el pie que está en el suelo, quitandole de su lugar, ocupandole el que cae; esto sin doblar las rodillas, que en ningũ mouimiento se ha de hazer, sino en los Rompidos, que hã de tener carrerilla, y en los passos estraños y retiradas. Llamanse Quatropeados, porque es vn mouimiento atropellado, y de quatro tiempos.
Hazense Quatropeados atras, y se han de executar saltando con el pie derecho, y cayendo sobre el mesmo, y luego encaxar el hizquierdo tras el; y consecutiuamente otro encaxe con el derecho, dexando el hizquierdo en el ayre. Esto todo à de ser con saltos, y muy breue, con la mayor viueza que se pueda.
La Buelta de pechos no ha de ser muy alta, sino bien redonda, cayendo sobre las puntas y Cruzado, y que la buelta sea entera, boluiendo el rostro a la parte dõde se començò. Suele esta buelta salir de vn Cruzado, o reuerencia cortada: y executada despues de qualquiera de estas cosas antes de hazerlas, queda el cuerpo de quadrado al Maestro, algo abierto de pies, saltando con ambos a vn tiempo, cayendo cruzado, como he dicho, el rostro al Maestro. Llamase Buelta de pechos, porque se haze de Quadrado, y con ambos pies a vn tiempo. Y en este mouimiento se trabaja mas con los pechos, que en otro alguno.
La Buelta de Folias ha de ser mas leuantada [16] que la de los pechos. Obrase sentado el pie hizqiúerdo, atrauessado hasta donde pudiere alcãçar el pie, teniendo el cuerpo derecho; que cõ esso se conocerà lo que se puede apartar vno de otro: porque para auerlo de apartar vn dedo mas de lo que naturalmẽte està, necessita doblar el cuerpo: y mientras mas se fuere apartando vn pie de otro, esso mas ha de doblarse y descomponerse. Y assi el que Dançàre con el cuerpo derecho, assentarà siempre los pies en la proporcion q̃ pide el mouimiento, y le seruirà de Dançar ajustado, y galante. Sentado pues el pie, como digo, ha de leuantar el derecho, y encaxarle tras el otro, quitandole de su lugar, y teniendole en el ayre, leuantar la buelta con el derecho, y obrarla cayendo sobre las puntas y cruzado tã firme, que el cuerpo no dè bayben, ni se doblen las rodillas: porque con estas bueltas muchos han medido las Escuelas. Llamanse bueltas de Folias, porque de este genero no se acostũbran obrar en otro bayle o Dá̃ça, sino en ellas, porque propriamẽte se hizieron para Folias: saluo si tal vez algũ diestro las quiere acomodar en otra parte, puede: porque en el que Dança bien, luze qualquier nouedad, aunque parezca impropia.
La Buelta al descuydo se obra, sentãdo el pie en la conformidad q̃ se sienta para la de Folias, cruzando luego el otro por encima, de tal manera, que la punta del derecho estè al lado de afuera del otro pie, y leuantarse sobre las puntas de ambos, y hazer vn torno, quedãdo el rostro al Maestro con mucha gala y descuydo: que por el descuydo con que esta buelta se dà, sin preuenirla, antes con la atencion que las otras, se llama Buelta al descuydo.
El mouimiento de la Girada es el mas peligroso que ay en el Dançado, y no ha auido ninguno a quien no le aya costado algunas caydas y baybenes peligrosos. Es mouimiẽto venturoso, que vnas vezes sale mas bien que otras. Y a quien yo le he visto obrar con excelencia, es a Ioseph de [16] Pastrana, y a Iuã de Pastrana su hermano en Madrid: y en Seuilla á Antonio de Burgos, que iguala en las execuciones a todos quãtos yo he visto dançar: y aunque en Seuilla han salido hasta oy en estos tiempos muchos diestros, ninguno le ha igualado hasta aora, y solo en Madrid ha auido y ay algunos que puedan abordar con èl: es dicipulo de Ioseph Rodriguez Tirado, que tiene escuela en Seuilla en la calle de Ximios; y èl lo es de Antonio de Almenda y Francisco Ramos; que tales cepas no podian dar menos ramas y pimpollos que los dichos. Y aunq̃ Ioseph Rodriguez es maestro moderno, es de los maestros que mejor executan qualquier mouimiento, que yo conozca. Antonio de Burgos es de edad de catorze años, y de onze ya hazia ruido por las escuelas: es muy ayroso, de muy acomodado cuerpo, buen rostro, y tán igual en todas execuciones como en partes personales: y assi en nada ha tenido cauimento la censura contra èl, si ay alguien que se escape deste rayo, que en su edad es mucho; alabanle todos los que lo entiẽden y lo ignoran, y en especial los maestros y diestros antiguos, que son, Iuã de Pastrana Escriuano de su Magestad, Alberto de la Cuesta Familiar del Santo Oficio, Don Damian de Monterroso, que tambien lo es, y Christoual Sanchez, que en aprobandole como lo an hecho estos sujetos, no necessita de mas aprobacion; porque son de los mejores de Madrid, y que an aprendido y batallado en aquellas escuelas, de las quales es hija legitima la de Ioseph Rodriguez. Haze pues Antonio de Burgos las Giradas de cinco bueltas, con tanta destreza y ayre, que en medio de la violencia cõ que las obra (que es grande) las ataja: y si ha de ser de cinco bueltas, las reduze a dos, tres; o mas, las q̃ ha menester para ajustar el tañido, quedando firme el rostro al Maestro: porque la Girada que sale del compas, aũque tenga muchas bueltas, no es de diestro: que la destreza es, medirlas deteniendose para acabarla a compas, como lo haze este Niño. Alabolo por grandeza, y que solo vna criatura [17] que no se á estragado, podrá obrar estas Giradas; porque son bueltas en vn pie, el qual ha de estar todo el cuerpo sobre la punta del, y va girando y lleuandose tras si el otro pie en el ayre, que es la razón porque se llama girada: y si no ay buena cabeça para obrarlas, aurà buen suelo sóbre que tenderlas.
El Substenido se obra, leuantando el cuerpo sobre las puntas de los pies, breue, o largo, como lo pide el compas. Es vn mouimiẽto graue, q̃ se pratica en Torneo, Hacha, Pie de Giuado, Alemana, y otras danças a este tono, de que se fabrican laços para mascaras y saraos. Llamanse Substenidos, por hazer en la ocasion que se obran parentesis el compas, y no siruen de ocupar la suspension del tañido para proseguir luego con el passeo, o mudança. Y estos Substenidos los ay en la bihuela, y en toda la musica; y es gran destreza saberlos executar en qualquier ocasion que se ofrece, assi en la dança, como en la musica.
El Cruzado a tras y adelante, ha de ser saltando, o substeniẽdo mucho de modo que el Salto, o Suspension y Cruzado ha de ser a vn tiempo, y cruçar bien la pierna derecha sobre la izquierda, o al contrario, si puede vna pierna hazer dos Cruzados, vno por delãte de la otra, y otro por de tras, con dos saltos, o suspensiones, y la pierna lo mas derecha que se pudiere. Llamanse Cruzados, porque se ha de cruzar lo mas que se pudiere, para que parezcan bien, y no los censuren.
Para hazer la Reuerencia Cortada, se leuanta el pie derecho, como si se fuera a hazer vna Floreta, o vn Vazio. Suspendese el cuerpo, y sin arrastrar el pie, se lleua de tras del derecho que quede en Cruz, y sobre la punta, haziendo al sentarle vn Quiebro pequeño, y boluerlo a sacar con vn Salto, o Substenido, dexandole en el ayre para obrar lo que se sigue. Llamase Reuerencia Cortada, por cortarse dos vezes, vna quando [18] baxa el pie derecho, y otra quando se saca con el salto.
El Floreo se haze, teniendo el pie izquierdo en el ayre, dar un puntapie y vna coz con salto, a entrambas cosas sobre el pie que está en el suelo. Hase de lleuar la pierna bien derecha, jugandola cõ mucho ayre, sin cargar el cuerpo, ni a los lados, sino jugar el Floreo de la cintura abaxo; que es lo mesmo que pide todo el dançado y baylado, menos el Rastro, que algunos llaman Mariona, y en Seuilla Montoya, que con el desgarro que se obra, consiente el ladear, cargar, y baxar el cuerpo: mas esto ha de ser dandole el alma y saynete que Iuan de Pastrana, y Antonio de Burgos su Arrendajo les dan a estos meneos, Llamase Floreo, por andar vn pie en el ayre floreãdose, dando puntapie y coz.
Las Carrerillas se obran con el pie izquierdo delante, o al contrario si son deshechas: y de vna suerte, y de otra, el pie que va adelante ha de ir atrauesado vn poco, y el otro tras èl, y ir caminãdo menudamente de pũta y talon, desmuñecando biẽ el pie delantero con mucho donayre, haziendo vna, dos, tres, o mas, Carrerillas, las que pidiere la mudança, y miẽtras mas menudas son mas ayrosas. Llamanse Carrerillas, porque se ha de ir con ellas corriendo a modo de vn galope menudo, susteniẽdo el cuerpo quando se hazen sobre las pũtas de los pies.
El Cargado se haze, alçando el pie derecho como quiẽ va a hazer vn vazio, y cargar sobre el otro pie, de manera que le quite de su assiento, y se ponga el: esto sin cargar el Cuerpo adelante quando se executa con particular cuidado, porque en este mouimiento y en l Floreo ay pocos q̃ no se carguen, porque el mouimiento parece que lo trae consigo, No se ha de torcer la pierna del que se lleua atras, sino con mucho ayre cargarla adelante para obrar lo q̃ se siguiere. Llamase Cargado, porq̃ carga vn pie sobre otro.
Hazense las Retiradas, de dos modos, vnas con Carrerilla, y otras sin ella. Hanse de obrar vnas y otras sacando la pũta del pie derecho adelante, como quiẽ dà vn puntapie, y retirarle atras mesmo q̃ se lleuó hazia adelante, o poco menos, y sentarle cõ vn Quiebro todo a vn tiempo, y luego hazer su Carrerilla, si la ay. Y aqui solamente, y en los Rompidos que tienen Carrerillas, parecen bien los Quiebros de rodillas; mas se han de hazer cõ tanta destreza y primor, que se conozca que aquel mouimiento no se haze de floxedad, sino de destreza: porque el que naturalmente fuere floxo de rodillas, no dançarà bien. Llamanse Retiradas, porq̃ se retira el cuerpo caminando hazia atras.
El Boleo se obra en el Villano: Es vn pũtapie que se da en algunas mudanças de el, leuantando el pie lo mas que se pueda tendiendo bien la pierna, y ase de executa, leuantando el pie con todo estremo ponese tanta diligencia, que por leuantar el pie lo possible, è visto caer à algunos de espaldas. Y para mas exageracion: En la escuela de Ioseph Rodriguez, vn dicipulo suyo cõ vn Boleo que hizo en el Villano, derribo con el pie vn candelero que estaua colgado a manera de lampara, mas alto que su cabeça dos palmos. Ay tambien mudanças de Villano sin Boleo muy bien parecidas, haziendo Giradas en ellas, y las encaxa Burgos muy bien. Llamanse Boleos por ser mouimientos que se executan al buelo en el ayre.
Los Dobles se hazen en Folias, en el Rey, en el Villano, en vnas partes mas apressurados q̃ en otras. El Doble son tres Passos, Graues, y vn Quiebro, despues de el Quiebro se hazẽ los Senzillos. El Senzillo es auiendo quebrado, llegar con el pie que se halla de tras, al delantero, y quitandole de su lugar, dar vn passo corto hazia delante con el delantero, que vienẽ a ser dos passitos breues. Llamanse Dobles, porque se [20] hazen dos, quatro, o seis vezes cõtinuadas. Y Senzillos, porque son dos Passos breues, y se hazen despues de los Dobles. Los passos de los Dobles han de ser ni muy largos ni muy cortos, sin abrirse de piernas al darlos, ni hazer garauatos con las pievnas, sino de la mesma manera que se va passeando por la calle: porque algunos hazẽ meneos, que parecen muy mal contoneandose, y afectandose; cosa muy reprobada en las Escuelas. Y esta calidad tienen todos los passos del dançado. Y en todo caso las puntas de los pies afuera. Permitese en los Dobles, antes de sentar el postrer Passo, vn Sacudido muy baxo y breue, con mucha donayre, que sino le lleua este Sacudido, mejor sera no hazerlo.
El Rompido se executa, alçando el pie derecho como que se va a hazer vn Vazio, y baxarle con vn poco de fuerza a dar con él a el izquierdo; y al mesmo tiempo que cae, quitar el que està en el suelo, quedando plantado con ambos firmes, dexando de hueco medio pie de vno a otro, la pũta del izquierdo algo atrauessada, y la del derecho mirando al Maestro: esto si el Rõpido es postrero, porque ay otros rompidos que se hazen con Carrerilla despues, y tienen la misma circunstancia, y luego se haze vn Quiebro muy ayroso, y se obra la Carrerilla. Llamase Rompido, porque quando el pie baxa a romper, hazen ambos pies vn modo de rompimiento; y al poner el pie derecho en el suelo, èl rompe hazia atras, y el derecho hazia adelante, al modo que si con las dos manos se rompiera vn papel: con que el nombre es muy proprio.
La calidad de los Passos la he dicho ya en los Dobles, que vienen a ser Passos: y el que los executàre con descuido, como si se fuesse por la calle, los acertará.
La Pabana se comiença con pie izquierdo, y con quatro Passos accidentales, dos Vazios, y vn Rompido con izquierdo Carrerilla, y otro Rompido cõ el derecho, [21] con Siete passos estraños, los quatro Graues, y tres Breues, y la Reuerencia. Comiẽçase las mudanças con izquierdo, y deshazense con derecho. La Gallarda fe comiença con Reuerencia, que la executa el pie izquierdo. Salese a los Onze passos con izquierdo estos son accidentales, rompiẽdo con derecho: porque los passeos de Gallarda, fe obrã con èl, y se deshazen cõ izquierdo. Folias, Villano, Canario, Torneo y Pie de Giuado se empieçan con pie izquierdo, Y todas las mudanças y execuciones tienẽ sus Deshechos; menos Folias, Rey, y Villano, que no está puesto en estilo deshazerlas; aunque oy las deshaze sin auerselo enseñado, Antonio de Vurgos. Y si yo huuiera de ser Maestro, solo inouàra a los demas en enseñar eftos Deshechos.
Mvchos diestros ay en obrar de pies, que lleuan mal el Cuerpo, con q̃ desluzen toda su destreza. Y assi porque no se ignore la compostura que se deue tener, la escriuo en este Tratado. Ha de ir el Cuerpo dançando bien derecho sin artificio, con mucho descuido, del mesmo modo que se lleua por la calle, sin endereçarle mas de aquello que su natural le dà, ni doblarle por mirarse a los pies ni por otro accidẽte. Porque la afectacion y presuncion es cosa con que se desluze todo quanto se obra bien. Tampoco se ha de ir mirando al techo, sino lleuar los ojos serenos mirãdo al descuido donde le pareciere, dando a entender, que lo que està obrando es al descuydo: porque verdaderamente el Dãçado es vn descuido cuydadoso. Hanse de lleuar los braços caidos, de modo que las manos esten a las faltriqueras de los lados, sin deuanar con ellos, sino mouerlos muy poco y con descuido: porqué ay tantos que los mueuen demasiadamente, que no puedo dexar de dar este auiso por ser tan importante.
El plantarse para dançar bien plantado y con perfeccion, es tan conueniente, y se repara tanto en ello, que en el modo de la planta se reconoce el ayre y destreza [22] del que dança. Hase de poner en el puesto con mucho desenfado, el cuerpo bien derecho, poniendo los pies en la proporcion q̃ se vè por esta planta: de la qual salen con el pie izquierdo dos Reuerẽcias, vna Cierta y comun, y otra que se llama Galana,
La planta natural, es, la de los dos pies delanteros, que han de estar plantados rectamente, conforme se vèn, estãdo los pechos y rostro de quadrado a el Maestro; que su lugar viene a ser el en q̃ està puesta la Cruz. Los dos pies que estan de tras, son posturas que haze el izquierdo en dos Reuerencias que ay diferentes, que vna es la Cierta, y otra la Galana, como q̃da dicho, y se vè por la estampa. Por manera, que el pie izquierdo lo semejo en tres partes. Vna plantando naturalmẽte al lado del derecho. Otra despues de auer tirado la Reuerencia Galana, que es la de la linea derecha donde viene a parar el pie izquierdo tras el talon de el derecho, medio pie de claro, dõde se quiebra la Reverencia, sacandole a compas al lugar donde estaua por la misma linea derecha q̃ le retirò. Otra, en que se halla el mesmo pie izquierdo, al fin de la linea Curva, que es la Reuerencia cierta: Porque aqueste circulo se haze con mucho donayre, y en quebrando la Reuerencia, que ha de ser en el sitio donde se vè, se ha de boluer a deshazer el mesmo circulo, poniendo el pie en la plãta que primero estaua, para proseguir lo que se ha de obrar. Y en qualquiera de estas dos Reuerencias, se deue poner mucho cuidado, [23] obrandola con todo el ayre possible. Al tiempo de començar esta Reuerencia, al se ha de quitar el sombrero con la mano derecha, lleuandole la copa a fuera, poniendole a la faltiquera derecha, buluiendoselo a poner al acabar la Reuerencia, que ha de ser a vn tiempo con el fin del tañido. Y porque las Reuerencias de la Gallarda, y Folias son algo dilatadas por lo largo de los tañidos, se permite empeçarlas a la mitad de ellos, por su mayor breuedad. En todas las Danças se acostumbra a dançarlas con el sombrero puesto despues de la Reuerencia, excepto en la Gallarda, que es costumbre dançarla con el sombrero en la mano. Y porque se quita con la mano derecha, se ha de passar a la izquierda; porq̃ no es bien lleuar la derecha ocupada. En qualquier Rompido, o fin de Dança, o parte donde el cuerpo paráre, ha de quedar plantado en la conformidad que se planta para la Reuerencia.
Solamente en el Villano se diferencia de Reuerencia y Dobles, y de todo termino, menos en la quenta, que la tiene como las demas Danças. La Reuerencia del Villano se haze, poniendo los dos pies jũtos, como si se fuesse a saltar, y al empeçar el tañido se toma el sombrero cõ ambas manos dando vn puntapie c̃ el izquierdo, de modo que baxando el sombrero y leuantando el pie, sea todo vno, partiendo el distrito q̃ ay del pie a la cabeça, juntando el pie con el sombrero en el intermedio, y luego a vn mesmo tiempo y compas baxar el pie a su sitio, y subir el sombrero al suyo. Luego ay dos Contenencias, vna con el pie derecho al leuantar el izquierdo, y otra con ambos pies al cubrirse el sombrero. Luego se añaden, dar vn passo al lado con izquierdo, y otro con derecho, juntando los dos como para la Reuerencia, y sobre las puntas de ambos hazer vna Contenencia, y luego cõsecutiuamente deshazer esto con el pie derecho, y salir con izquierdo a los Dobles, dando a cada segundo passo, y salto para el tercero apastoradamente; de manera que se [24] reconozca que se remedan las Mudanças de las Aldeas.
De el modo que han de tener los Maestros en enseñar, y los Discipulos en aprender, y proporcion de cuerpo.
Los Maestros que tienẽ Escuelas abiertas, o las han tenido, son efectiuamente Maestros; y los q̃ no, no ay que hazer mencion de ellos; porque a estos les llamo yo Mequetrefes, por ponerse a enseñar sin fundamẽto, huyendo de las Escuelas, por no ser juzgados en ellas de los que entienden de el Dançado; y no tratan de mas, que de enseñar quatro mouimiẽtos improprios y desproporcionados, lleuando la Guitarra debaxo del braço, con poca autoridad de sus personas, no reseruando bodegon o tabarna, donde no traten de enseñar lo mesmo que ignoran, sembrando vna doctrina tal, qual suele sembrar la ignorãcia. Y lo peor es, que muchas personas principales, sin conocer estos sujetos, se valen de ellos para mostrar sus hijos, por parecerles que enseñan a menos costa, o por no saber que ay Maestros mas scientificos: siendo assi, que si supieran quan buenos Maestros ay oy, y quan malos son los que repruebo, y quan malo es quanto pueden enseñar, dierã de buena gana dineros por no lleuarlos a sus casas. Y aunque en este particular se me ofrecẽ muchas cosas que poder dezir, por auer tanta cantidad de Negros, y otros hõbres de baxa suerte, que quierẽ honrar sus personas, y sustentarse, y dar luzimiento a ellas con el Dançado, en descredito de el Arte, y de los que lo enseñan legitimamẽte. Cesso por no ser prolijo, y escusar razones en lo que no tiene remedio. Entran en las Escuelas muchos hijos de Caualleros y Señores, assi a ver, como a enseñarse, por lo qual si yo fuera Maestro, procuràra no [25] admitir por discipulos personas que fuessen tan desiguales, que los demas se recatassen de Dançar con ellos. Y es cosa assentada, que poquissimos hombres baxos se atreuen a gastar tiempo ni dinero en aprẽder a Dançar cosa de que no han de sacar jugo para sustentarse, si no es siendo Maestro: y esta es vna auílidad, que para ser vno Maestro, se han de enseñar docientos; y esta verdad se conoce en la esterilidad q̃ ay de Maestros, que se les daba el nombre de justicia. Y por lo que principalmente aborrezco los Maestros q̃ dan liciones por las calles sin tener Escuela, es porq̃ estos ruegan con sus personas; y como hazen barato, se atreue qualquier sabandija a aprender. Y solo el consuelo que ay en esta parte, es, que jamas ha salido ni saldrá destos bastardos Maestros, legitimo Discipulo, sino tan parecidos a ellos todos los que se enseñan con su dotrina, que no se atreuerá a Dançar en parte ninguna; y si lo hizierẽ, se verà en ellos la ignorancia de sus Maestros: castigo justo de los que no los eligen peritos: y viendo el mal obrar de estos, serà para mas realce de lo q̃ los buenos Maestros enseñan.
El estilo q̃ se ha de tener para enseñar a los discipulo, es, q̃ en viniendo qualquiera a serlo, concertarse en lo que se pudiere; y estandolo, assentarle en vn libro, que para esto tiene el Maestro, poniẽdo el dia, mes, y año. Pidese el mes adelantado, y no trayẽdole a la tercera o quarta licion, no proseguir con èl hasta que le trayga, saluo si es tan amigo, que no se deba tener con èl este estilo. Esto se haze, porque el que derechamente viene con voluntad de aprender, trae luego el dinero; y el que no lo dá, sino quiere, sin q̃ le cueste nada, probar la mano, o por mejor dezir, los pies (si son para ello) y si se le haze cuesta arriba, dexarlo a los ocho o quinze dias; cõ lo qual el Maestro se queda sin discipulo, y sin dineros: y si ha dado el mes, por no perder lo dado, cõtinùa el discipulo todo el mes, y cõ vn mes de licion pocos ay que no les sepa bien lo que Dançan, y cobré amigos, con lo qual [26] se vienen a quedar, y a ser diestros: y si no huuieran dado el dinero, pudiera ser auerse enfadado en quatro dias, y dexado de aprender: y assi es bueno, y apruebo el tomar el dinero adelantado; que por lo menos aunq̃ el discipulo se vaya antes de tiẽpo, no se lleua nada tras si. No deben los Maestros faltar a la hora de licion, assi en la que señalan para la Escuela, como fuera de ella: porque con el assistencia cũple con su obligacion, y corren los meses por cuenta del discipulo, ora tomen licion, o no, y corre la voz de la puntualidad, y con ella se adquierẽ muchas liciones. Las Pasquas y Carnestolendas deben los buenos discipulos regalar a su Maestro, y pagarles las cuelgas, si las hiziere. Miẽtras el Maestro enseña la Pauana y la Gallarda, antes de començar a dar licion, se le ha de repassar todo lo q̃ se le ha enseñado desde el Alta: porque es facil como principiante, oluidarse de las primeras liciones, ofuscado en las vltimas, o por lo menos tomar algun mouimiento improprio, que se corrige en el repasso: en Gallarda se tendra el mesmo estilo, y en Folias; en lo demas no importa tãto, porque en saliendo de Folias, ya el q̃ Dança sabe los moiuimientos, y no es tan facil de oluidar, y basta con los repassos de los Sabados: y ya estos discipulos hazẽ sus Academias, conque van escusando de trabajo al Maestro: y el exercicio entre ellos, y el dançar de oposicion, es muy essencial para hazerse diestros. Hãse de dar las liciones conforme los discipulos van entrãdo, sin anticipar a ninguno por antiguo q̃ sea, si no lo pidiere por cortesia por alguna vrgẽte ocasiõ: dase vna sola licion cada dia. Enseñase comunmẽte el Alta, quatro mudanças de Pauana, seis passeos de Gallarda, quatro mudãças de Folias, dos de Rey dos de Villano, Chacona, Rastro, Canario Torneo, Pie de gibado, y Alemana. De esta regla puede salir el discipulo q̃ quisiere, aprendiendo mas o menos mudanças, o pieças. Deben los Maestros dar las mudãças conforme la disposicion del discipulo, porq̃ ay algunas muy fuertes, y otras por [27] lo baxo, que se deben aplicar conforme el brio de cada vno: y no suelen salir menos galantes y diestros los que dançan por lo baxo, que los que dançan por lo alto; porq̃ ha auido de vna y otra suerte muchos diestros y bien parecidos: y suelen algunos q̃ han dançado por lo baxo, hazerse tan fuertes con el exercicio, que a poco tiempo dãçan de todo. A los q̃ dançan altos de cuerpos, se les debe enseñar a dãçar recogido; y a los medianos desparcido, lo vno y lo otro sin estremo: porque ver dançar a vn hombre alto, cogiendo vna sala de vn passo, y dar vna buelta muy alta, cayendo a el suelo con vn promontorio de huessos, haziendo temblar vna sala, prouoca a risa. Y por el cõtrario, si vn hombre muy mediano no va haziendo baynillas en los pies, èl y el dançado parece vna abreuiatura; y assí se les debe dotrinar como he dicho. Quando algun discipulo toma algun mal mouimiento, debe el Maestro quitarsele luego, porque despues serà mas dificyltoso, y muchos no pierden jamas el q̃ se les dexa con sentido. Los Maestros debẽ hazcr muchas diligẽcias en q̃ sus discipulos no tomẽ mouimiento malo alguno, aũq̃ sea muy a los principios: porque no es razon que assienta, dezir, como algunos dizen, q̃ no se puede hazer todo de vna vez. A que yo respõdo lo contrario, porque el arbol que de su nacimiento no se endereça, debe el Agricultor endereçarle.
El cuerpo del que dança, para su mayor facilidad en el dançar y aprẽder, ha de ser proporcionado, bien repartido, y no muy alto, porque serà mejor que peque de mediano: ha de tener buen pie y pierna, porq̃ altos son mas aptos, y por la mayor parte salen diestros, por ayudarles la disposiciõ del cuerpo. Mas en esta regla, como en todas las demas, ay su excepcion; porque se han visto en las Escuelas hombres de excelentissimas partes, que prometen grandes execuciones, no poder aprẽder nada; y siẽdo en si muy ayrosos, dançar con poquissimo brio: y por el contrario, algunos q̃ prometẽ poco y ser en si muy mal parecidos, [28] salir destrissimos; mas esto sucede pocas vezes. Y lo que siento es, que si vno q̃ dança, es ayroso y galan, y sabe poco, y otro sabe toda la cartilla y es diestro, si no es galã y ayroso, parecerá y luzirá mas el que menos sabe con lo que obràre: porque verdaderamẽte vn hombre desayrado y de mal talle, por mucho que sepa, da el enfado del tamaño del gusto que dà vno que dança, bien parecido y ayroso cõ vn rasguño que haga; y como sabe poco y aquello bien parecido, dexa a los circunstantes cõ la miel en los labios; al passo q̃ el diestro sin brio, que quiere hazer todo lo que sabe, les va dando enfado, empalagãdoles el gusto. Y de vna suerte u de otra, el diestro y el que no lo es, si quiere parecer biẽ, no dãce mucho de vna vez: que no ay mas gala que dãçar poco y bueno, q̃ con esto dexa desseosos de verle otra vez a los que le han visto. Para dançar bien, se necessita de buen oido; porque no teniendole, dificilissimamẽte dançarà a compas.
Tambien son muy pocos los que dançan bien, aũque ayan salido diestros, si no frequentan las Escuelas, aunque los Maestros anden muy cuydadosos en sus enseñanças: porque el dançado se quiere batallar, y exercitar como las armas con los mas diestros; y esto se lo dize la mefma razon. Y no le ha de valer nada al discipulo tener buenas partes, sino se halla en las Academias, por lo menos los dias de fiesta.
Del estilo de Dançar en Escuelas.
Ivntanse en las Escuelas media hora despues de anochecido, los discipulos y otras personas y en siendo hora de dançar (que ordinariamente es a las siete de Inuierno, y a las ocho de Verano) el Maestro si vè que se tardã en salir a dãçar, les dize: Suplico a Vs. ms. se entretengan vn poco, que ya es hora. Luego sale el que le parece, y enciende [29] las luzes: y esto lo suele hazer el discipulo mas moderno. Encendidas las luzes, los discipulos entre si se conuienen, en quien ha de dançar el Alta, que es la Dança con que se saca a Dançar a los demas: y esto lo executa siempre vno de los diestros. Y es aduertencia, que si antes q̃ el Maestro diga nada, o despues, alguno quiere de hecho salir a dançar, lo puede hazer, y sacar a los demas sin ser descortesia: porque qualquiera que dãce, puede pedir el Alta. Y de vna manera o otra, el que la ha dançado, combida a los que le parece, o generalmente a todos, diziendo: Suplico a Vs. ms. el q̃ gustàre, me haga fauor de salir. Y cierto, que yo era de parecer, que quando vn diestro se vè en el puesto, y la Escuela està plena de diestros y modernos, combidase nominatim a quatro o cinco diestros que dancen con el: y no, que combidando generalmente, salgan muchos a la Haya (que assi se llama) que no sirue de mas que alargar la Escuela, y que se resfrie vno mientras aguarda que los demas dancen, y que dançando diestros, dancen los que no saben; con que la Escuela que ha de ser de gusto, sea de enfado para el que mira, y para el que dança: porque suele auer algunos que llamamos Zancarrones, que por no verlos dançar, se puede perder el gusto de ver los diestros. Y porque el combidar particularmente es de disgusto para los que se tripulan, lo que yo suelo hazer, es, yr a la Escuela con quatro o seis amigos, y sin dançar el Alta, salir todos juntos de hecho a dãçar los quatro passos de Pauana, que esto se puede hazer; conque los demas viendo que no ay Alta, si quieren dançar, aguardan, y hazen su Escuela de por si: y quãdo el que dança el Alta, combida generalmente; no ruega a nadie en particular, si no es muy amigo. El Maestro pudiera muy bien, como tal, mãdar dançar el Alca a quien quisiere; y esto lo escusan por las embidias q̃ causa el mandarlo a vnos mas que a otros, porque se tiene a fauor, como verdaderamente lo es, y cada vno quisiera ser el escogido; y assi serà bien que ellos se conformen, o la eche [30] el que quisiere. Iuntos pues los que han de dancar en el puesto con el que dançó el Alta, salẽ a los quatro passos de Pauana; y en dançandolos, hazen todos su reuerencia, y dexan en el puesto al del Alta: el qual dãça vna Mudança de Pauana hecha y deshecha, o dos medias Mudanças, el hecho de vna y el deshecho de otra; que es cosa que lo hazen los que ya sabẽ algo lo que se hazen. Y en acabando este, sin dexar q̃ se empiece otro tañido, sale el que mas prompto se halla, y prosigue con otra, y assi sucessiuamẽte todos los demas: luego el del Alta sale en cuerpo (porque la primera salida siempre es con ferreruelo y espada) (si la ciñe) y dança otra Mudança de Pauana, y los demas hazen lo mismo tàbien en cuerpo, saliendo cada vno en el lugar q̃ adquirio la primera vez. Y si alguno se anticipàre a salir primero, puede el que le pertenece, salir y ponersele delante; y si se haze de malicia, es descortesia. Si entra alguno quando se dança Pauana o Gallarda, puede en dancando el postrero entrar a dãcar, diziendo (haziendo su cortesia) Con licencia de Vs. ms. Y no de otra manera, porq̃ serà descortesia: y si llega tan tarde que ya esté baylando, no fe dà lugar a que bayle, ni se acostũbra, si no es pidiendolo el Maestro. El qne dança el Alta, continùa la Escuela en esta manera: Dança dos mudãças de Pauana, Gallarda, dos mudanças de Folias, dos de Rey, dos de Villano, Chacona y Canario; y rematase la Escuela cõ el Torneo, o el Pie de gibado, que es todo lo que se dança en Escuelas: y aunque ay Rastro, Iacara, Zarauanda y Tarraga, estas quatro pieças son vna mesma cosa; si bien el Rastro tiene sus mudanças diferẽtes, y por diferente estilo. Puede muy bien el del Alta, si ay muchos que dancẽ, o se cãsa, o por otro accidente, reduzir la Escuela a vna mudãça de cada cosa, para abreuiarla: mas no puede dexar de dãçar las piezas dichas sin acuerdo de los demas; porque como todos pagan su repasso, cada vno quiere dançar la que le toca. Hasta despues del Villano nadie debe pedir mas de lo q̃ el del [31] Alta dançàre; y despues del Villano, puede pedir de las Chaconas, o Canario, lo q̃ quisiere. Y si por algun accidente el del Alta no sigue la Escuela, le toca el continuarla al mas immediato. Acabada pues la Escuela, los discipulos pagan el repasso, o llegan a dar la disculpa que le parece al Maestro: y despues se les puede permitir conuersacion, en pie o assentados, si no ay quien haga otra Escuela, o ay alguna licion que dar; que en tal caso se guarda el mesmo silẽcio que dançando. Y no se permite q̃ ninguna persona (aunque sea discipulo muy diestro y antiguo) en el discurso de la liciõ corrija al alicionado ningun yerro, aũque el Maestro se descuyde en corregirlo: y esto, y el reirse mientras se dança u da liciõ es mal parecido; y el reprehender en publico, solo toca a los Maestros. No puede ninguno en la Escuela pedir que se dãce, sin el mesmo Maestro; que esto solamẽte le toca a el que lo fuere, y a los discipulos salir quando gustaren.
Del estilo que se ha de tener en entrar en Escuelas, y estar en ellas.
Mvy Limado y puesto en razon està en todas las Escuelas, el estilo de entrar y estar en ellas, y especial en la de mi Maestro, que es la que yo mas he cursado, y de donde yo he sacado y aprendido toda la doctrina inclussa en este Tratado: y es muy cierto que no ay Escuela que oy no la obserue y guarde, por ser tal, aunque vnos con mas obseruancia que otros. Esto consiste en la entereza de los Maestros, porque ay algunos, que aunque no ignoran lo que deben hazer, dexan passar por alto algunas cosas, por no parecer prolijos ni desabridos cõ los que assisten a las Escuelas. Mas yo no puedo dexar de escribir lo que en este articulo alcanco, [32] por ser vno de los mas importantcs; y que no es bien dexe de estar impresso, por si alguno quiere poner Escuela, sepa, sin preguntar, lo que à de hazer: porque los Maestros que oy son (como tan diestros) no lo ignoran, antes cada vno de por si puede hazer vn Tratado que auentaje a este, por estar mas en todos los puntos, y ser mayor su obligacion de estar en ellos, como tales Maestros. Y la causa de no auer ninguno escrito del Arte, es, porque la mucha ocupacion no les dá lugar; y el escriuir qualquier cosa, quiere mucho desembaraco. Digo pues, que qualquier persona que entràre en las Escuelas, debe en primer lugar hazer la cortesia al Maestro, y luego a los circunstantes, y tomar el assiento que pudiere, o el que le dieren; que deben los circunstantes ofrecersele. Debe el Maestro al que entràre cõ el modo que he dicho, quitarle el sombrero, aũque estè tañendo pot su entretenimiento; mas si tañere dançando alguno, cumple solo cõ baxar el rostro: porque no es estilo en tal ocasiõ, dexar de tocar, sino es entrando vn Iuez, como Oydor, o Alcalde de Corte, ò otro juez desta calidad. Y si el que entra es algũ Maestro, ha de aguardar a que el discipulo acabe de dançar, y luego leuantarse y ofrecerle su silla y instrumento, haziẽdo en ello mucha instancia: lo qual si yo fuera el Maestro forastero, no aceptàra; y lo que hiziera, fuera, sentarme al lado de el Maestro, y si huuiera otro instrumento, le tomàra y tocàra a la par con el otro Maestro. Y por esta razon, y por si falta vna puente, o cuerda, es mal hecho que el Maestro estè en su Escuela con vn solo instrumento. Esto de juntarse dos Maestros en Escuelas, sucede pocas vezes: porque los Maestros de reputacion, jamas han de faltar de su Escuela a la hora acostumbrada, especialmente de noche; sino es tal vez, siendo combidado para juzgar algun reto, o otro accidente; y aun para esto debe auisarlo la noche antes, porque los dicipulos no se enfaden hallando cerrada la Escuela. Y si la ocasion se mueue a tiempo que no pueda dar la noticia, [33] debe otro dia en juntandose los discipulos, darles la disculpa, porque cõ esto, aunque aya hecho falta, los dexa gustosos con la satisfacion. Suelen entrar algunos en las Escuelas sin hazer cortesia a nadie, y salirse de la mesma suerte: y otros, que si la hazen, es en comun, o à algun particular amigo que alli tienen. Esta aunque es ignorancia, no es crassa, como la primera: porque el que no sabe de Escuelas, no tiene obligacion de saber si a de singularizar al Maestro: mas el que no la haze a nadie, debe de obligacion saber, que a toda aquella gente se ha de hazer cortesia. Esto se murmura la primera y segunda vez; mas si a la tercera no se enmiẽda, ya se puede presumir q̃ vno y otro es maliciosamente hecho, pues en las dos vezes que ha entrado en la Escuela, no puede dexar de auer visto entrar a otros, que sabẽ lo que an de hazer. Y puesto que no saca fruto de ver, es bien se le diga, o por el Maestro, o por vn discipulo diestro, o antiguo que allí se hallàre, y advertirle por muy cortes modo, por no ocasionar a disgusto. Y tal faccion como esta siempre la executa el discipulo mas antiguo, o diestro. Antes que se empiece a dançar en las Escuelas, no se debe dar lugar a que nadie estè en pie ni passeãdose, sino assentados; y el que no tuuiere donde sentarse, se ha de poner en parte q̃ no estorue. Si entran algunas mugeres en la Escuela, debe el Maestro leuantarse cõ mucha cortesia, y acomodarlas en parte q̃ no esten junto a los hombres, ni conuersando con ellos. Y lo que yo hiziera, fuera tener vnas tarimas a mi lado donde sentarlas con mucha decencia: porque de otra suerte tiene mal remedio. Y esto de no cõsentir esten las mugeres con los hombres, se debe hazer aunque vengan con sus maridos, o hermanos, porque los circunstantes no lo sabẽ: y si acierta a entrar vn juez, no lo puede saber, y debe euitar la comunicacion, o por lo menos aueriguar la verdad: lo qual cessa con hallarlos apartados. Mientras se dança, se ha de tener tanto silencio, que por ningun caso se ha de oir hablar, [34] ni reir a nadie; por que es vna de las descortesias mas dañosas que se hazen, y especial la de la risa, por dos cosas. La primera, porque siempre el que dança, colige que se rien del. La segunda, porque el ruido por poco que sea, embaraça el oido del que dança, mayormẽte si es discipulo moderno, o tiene poco oido: y del reir quãdo se dãça, o por caida, o por algũ mouimiẽto mal hecho, o por otro acidente, se hã originado muchos retos. Quando el q̃ dãça haze la reuerencia, debe hazerla a todo el auditorio, y todos deben quitarle el sombrero. No debe dar lugar el Maestro, a que dãçãdo atrauiesse ninguno por entre el Maestro y el que dança: y esta en si bien se conoce es descortesia euidente. Si algun discípulo viene a la Escuela a dançar con malos çapatos, o roto el vestido, de suerte q̃ se le vea la camisa, o pũtos en las medias, o otro desasseo deste genero, debe el Maestro corregirlo: porque el desaliño, ya se vè, es muy mal parecido, especialmente para dançar. No puede ninguna persona pedir, de suerte que se oyga, a ninguno que se dãce particularmente alguna pieça, sino aguadar a que se dance en Escuela, pues alli se executa todo quanto ay que ver: que esta particularidad solo la puede pedir el Maestro, por complacer a quien quisiere. No debe ningun Maestro dar lugar a que en su Escuela se murmure de otros Maestros, ni discipulos, ni de otra persona alguna, antes reprehenderlo, y reñirlo, porque a el solamẽte le toca: y aueriguada la murmuracion, se le culpará mucho al Maestro auerla cõsentido. Por todas estas razones que hé dicho en este Capitulo, no tan solamente se deben frequentar las Escuelas para saber dançar, sino tambien para aprender cortesia, aliño, compostura, y bien hablar, y a ser capazes de muchas materias: porque los que estan en Escuelas, miẽtras no se dança, se habla de la destreza de las armas, de la Gramatica, de la Filosofia, y de todas las demas auilidades que los hõbres de buen gusto professan; de que los oyentes suelen salir aficionados, y desseosos [35] de seguir los passos que los demas. Ha auido muy pocos que dancen, que no ayã frequentado las armas; porque como se hallan diligentes y prestos de pies, y cõ fuerça en las piernas, y tienen los oydos llenos de oyr en la Escuela tratar de la destreza, que es de lo que mas se trata, en viendose con medianos pulsos, van à aprẽder: y estos tales se hazen capazes mas apriessa, que el que no sabe dançar. Y por esso el dançar y juego de armas los tẽgo por hermanos, porque ambas cosas en vn sujeto se dan muy bien las manos. Y en este Tratado podia yo poner muchos diestros de ambas auilidades, como lo son Alberto de la Cuesta, Familiar del Santo Oficio: Iuan de Pastrana, Escriuano de su Magestad, vezinos de Madrid, y otros muchos que no pongo por no ser enfadoso. Y singularizo estos dos, porque efectiuamente estan en esta Ciudad obrando ambas cosas con excelencia, que es notorio a todos los que los conocen.
De las propridades que deben tener los Maestros.
No puedo dexar de hazer notorio a todos los que no lo saben, las partes y propriedades de mi Maestro Antonio de Almenda: que no sserìa razon dexarlas en silencio, por ser dignas de eterna memoria, y que los que no lo an conocido y tienen noticia de su [36] gran destreza, la tengã de todo lo demas: pues quiso Dios, juntar en el todas las menesterosas a vn gran Maestro para conseruacion de su Escuela. Y es muy cierto, que a todoslos demas Maestros que tienẽ sus Escuelas viuas, no les faltara ninguna de estas calidades, porque sin qualquiera de ellas no fuera possible preualecer: mas no puedo yo saberlas tã de raiz de los demas Maestros, como del mio, por la mucha comunicacion que con èl tuue, y con Francisco Ramos; a los quales ningun Maestro pudo auentajar. Y los que a estos dos han llegado, podian dezir, que subieron todo lo que de potencia pudieron. Es pues mi Maestro Antonio de Almenda, entendido, apacible, seuero, limpio, asseado, galan, de buenos respetos, y sobre todo muy cortes: y porque no me falte la explicacion de todo lo dicho, dando a entender de que siruen todas estas propriedades, cada vna de por si a vn Maestro de dançar, mas que a otra persona alguna, lo dire: con que califico la razon en que afirmo, que a todos los Maestros que oy tiene Escuelas, no es possible les falte ninguna dellas. Lo entendido sirue de saberse estimar, y no errar en las ocasiones lo que en ellas se puede ofrecer, de modo que no se pierdan el respeto: por que no ay cosa que mas se desestime, que la ignorancia, mayormente entre hõbres de buen entendimiento, como los con quien los Maestros de dançar tratan, que es muy cierto lo son los mas. Lo apacible, para darse a querer bien a todos los que frequentan la Escuela: que no es razon enfadarlos con desabrimientos, y hazen su negocio en conseruarlos; mezclando lo apacible con lo seuero, para que lo vno tenga estimacion, y lo otro aficion; sin q̃ ninguna destas dos cosas passen a estremo, de modo que ni la mucha seueridad cause enfado, ni la demasiada llaneza menosprecio Lo limpio y asseado, de mas de parecer en vn hombre biẽ la limpieza, por ser vna de las mayores gracias de los hõbres y mugeres, porque a mi ver, todas sin esta no luzẽ, Sirue de no hazcerse molesto a los [37] ojos, y de combidar con su asseo a que todos desseen dar tal Maestro a sus hijos: porque siẽdo desaliñado y asqueroso, no aura quien guste de lleuarle a su casa, ni darle sus hijos para que se los enseñe, porque de camino no se abiliten de desaliñados; que es vna enfermedad muy pegajosa. Tampoco a semejantes Maestros los quèrra nadie lleuar a festejos, ni saraos, en que suelen hallarse los Maestros curiosos y limpios. Ni menos se estimará nadie de traerlos a su lado, porque no querran lleuar consigo a quien desluzga su persona con su mal traxe, demas de que desluzen lo que obran. Y no tan solamente esta limpieza y asseo se entiende en el traxe, sino en comer y beuer: que debe vn hombre qualquiera (quãto mas vn Maestro, que a todas horas ha de estar en vn ser) medirse en la veuida y comida, de modo que no les haga daño; ni tampoco entrar a lo dicho en partes ilicitas, como los maestros que antes he dicho, que andan con la guitarrilla debaxo de la capa. Los buenos respetos lo abraçã todo, porque cõ ellos cumplen con todas sus obligaciones y palabras, que dan de puntuales, y se les pueden fiar las discipulas; lo que no se puede hazer con Maestros de malos respetos, por que corrẽ riesgo de vn atreuimiento de vno destos Maestros; delito digno de gran castigo: porque demas de que el Maestro está en lugar de padre, no merece la confiança que del se haze semejante traycion. Lo galan, sirue de parecer mejor dançando, que otro Maestro que no lo sea, aunque sea tã diestro como el; porque el que dança bien y es galã, es como tener pujança y destreza en las armas: y causa mas aficion al que mira vn Maestro galan y bien parecido con el instrumento en las manos executando lo que enseña. Esto no lo digo porque el Maestro ha de dançar de ordinario, ni es razon que dance con sus discipulos, porque es desautorizarse, como tambien lo es, quitarse el ferreruelo para dançar en casa de los discipulos quando da licion. Y si tal vez por algun accidente se ofrece dançar, ha de ser [38] Con el instrumento, y no en otra manera, o antes, y despues de sus discipulos, escusando siempre este lance con mucha cortesia, la qual debe tener en todo, y especialmente en reprehender las ignorancias y descuidos que suele auer en las Escuelas: porque la reprehension con soberuia, ocasiona a disgustos. Estos son estilos, que demas de verlos guardar a mi Maestro, sè que se guardan y executan en todas las Escuelas de la Corte, ansi esto, como todo lo demas cõtenido en este Tratado. Deben los Maestros saber todos los tañidos y danças antiguas, aunque aora no se pratiquen, como son, Españoleta, el Bran de Inglaterra, el Turdion, la Hacha, el Cauallero, la Dama, y otros semejãtes, que siruen en los saraos y mascaras que se hazen a su Magestad, y à otros Principes: y sobre todo tener buena inuentiua para ordenar vn laço de importancia: porque no consiste solamente el ser Maestro en enseñar lo ordinario, sino en tener buena disposicion, ciencia y inuentiua para qualquier cosa destas que è dicho, y saber acomodar los mouimiẽtos a estos tañidos extraordinarios. Esta particularidad, sobre las demas q̃ tiene mi Maestro, fue vna de las que mas le ayudaron para serlo de su Magestad: porque está en todos los tañidos que ay, sin perder punto, y ay Maestros que no los saben: y es desdoro de vn Maestro ignorar lo que debe saber: y a mi me ha sucedido (no en Madrid, ni en Seuilla, sino en otras partes que no digo, porque no se sepa que Maestro es) auer pedido el Alta, Rey Don Alonso, y la Baxa, y no saber tocar ninguna de estas pieças: esto teniendo Escuela publica. Y ansi digo, que el Maestro que ignora estas cosas, està sujeto a que otro que las sabe, si se las pregunta, le coxa en falta. Y tambien digo, que para en quãto a ganar de comer, no mirando a ser en todo eminente, con saber bien lo que se pratica en Escuelas, tiene lo que basta vn Maestro: esto sabiendo enseñar mugeres, a que es muy importante y dificil, que aunque dançan con el mesmo compas y compostura son [39] las mudanças muy diferentes, atendiendo siempre a suplir con el instrumento los defectos o yerros de el que dança, parte que excelentemente executa sin ser Maestro deste Arte, mas que aficionado Felipe de Casaverde, natural de Seuilla, en cuya alabãça se hizieron estos versos, por la mucha Velocidad de sus manos.
De los Retos, y Hayas.
Pica tanto el dançado a los que tratan del, que ninguno quisiera que nadie [41] lo murmurasse; y sobre estas murmuraciones, de que vnos saben mas y parecen mejor que otros, se pierden muchas amistades, y se han echado en Escuelas muchos Retos, que suelen venir a parar en cuchilladas; y como he dicho en el capitulo antecedente, por este daño no se debe dar lugar a murmuraciones en la Escuela. Y porque los Retos suelen parar en disgustos, y por otros que se pueden originar, deben los Maestros tener junto a si sus armas, sin que jamas le falten del lado. Echãse estos Retos en esta forma: El que està ofendido, va a la Escuela de donde emanô el enfado; y quando la vee mas plena, pide el Alta, y en dançandola, dize desta manera (puesto su sombrero, capa, y espada:) Reto y desafio a fulano, discípulo de fulano, a dançar y baylar quatro mudanças de Pauana, seis Passeos de Gallarda, dos mudanças de Folias, dos de Rey, dos de Villano, Chacona, Canario y Rastro a mas hazer, y a mejor parecer, debaxo de buẽ tañido; y deposito tãta cantidad en el señor Maestro, cuya Escuela elijo, para que se execute; y señalo tal dia: El dinero la mitad para quien tocáre, y la mitad para quien ganáre: y nõbro por mis padrinos, a Fulano y fulano. Este mismo Reto se à de echar luego en todas las Escuelas; porq̃ de otra suerte no es Reto, ni tampoco lo es, no depositando, ni señalando dia, ni nombrando Padrinos. Ay opiniones que dizen, se ha de retar a cierto y galano. Contradigolo, porque es incompatible lo vno con lo otro, y todo se incluye con dezir a mas hazer, y mejor parecer. Y esta es opinion de Iuan de Pastrana y Alberto de la Cuesta, y me arrimo a ella, porque no ignoran estos lances. El que aceta el Reto, ha de pedir el Alta en la Escuela donde primero le retaron; y en dançandola, dirà estas razones: A mi noticia a venido, que fulano, discipulo del señor Maestro Fulano, me ha retado a dançar y baylar (todo esto con el sombrero en la mano). Y en acabandolo de dezir, ponersele cõ toda la arrogancia que pudiere, y proseguir diziendo: Acepto el Reto, [42] segun y en la forma que le pronuncio, y deposito la mesma cantidad que depositò, y nombro a fulano y fulano por mis Padrinos. Ha de depositar el dinero, y hazer la mesma aceptacion en las demas Escuelas, diziendo en todas, que lo acepta, y sale a el. Llegado el plaço y ora, dancara primero el que retò, empeçando de Escuela, y iran dançando vno en pos de otro hasta acabar el reto. Y luego el Maestro va tomando los votos, y el que tuuiere mas, este gana. Lo que ordinariamente se haze quando la diferencia es poca, es darlos, à ambos por buenos; porque entre los Padrinos y apassionados no aya discordia sobrc si està mal, o bien votado: porque de esto se suelẽ recrecer algunas pesadumbres. Mas tambien se ha visto auer tãto interes en esto, que auiendo dos que dançan retadose, dançaron tã igual, que de justicia no se pudo dar a ninguno la ganancia; y vno de los Padrinos dixo, que su ahijado auia ganado; porque su cõpetidor lleuaua vna cinta de los calcones de las que èl no pudo ver, por no éstar delante, y al passo que dançaua, iua la cinta dando saltos y baybenes: y recibiose a votos, si era fealdad, o no; y todos concordaron, en que no era bien parecido, con que perdio el reto, por no andar bien atado. Y lo que se hizo fue, que pagasse èl solo la parte de el Maestro, por el descuido, porque para salir a vn reto, ha de ir vn hombre muy atildado en todo. Ay tambiẽ Retos particulares, en que no se reta mas de a Cabriolas, o Giradas, o a otra pieça, la que mas bien le parece al que reta. Ay Retos generales, en que se reta por presuaciõ a qualquiera que dixo, o murmuró. Y si la murmuracion es de el Maestro de el que reta, estando ausente, q̃ no lo puede hazer èl; puede el discipulo retar, diziendo estas razones: A qualquiera q̃ dixere mal de la dotrina de mi Maestro fulano, ora sea discipulo, o Maestro el que lo dixo, por estar el mio ausente, lo reto y desafio a tal y tal cosa. Y en otra ocasion serà mal parecido retar vn discipulo a vn Maestro, aunque es cosa que lo he visto [43] en Madrid. Y assi yo, el año de treinta y siete, recien venido de la Corte a esta Ciudad, auiendo dos Escuelas no mas, vna de Luis de Carauallo, y otra de Melchor de Gueuara, auiendo yo dançado en la Escuela de Luis de Carauallo, con mucho auditorio, en que se hallò vn cierto Maestro, despues de auer salido yo de la Escuela, diziendo vnos dicipulos suyos, que les auia parecido bien lo dançado, les respondio por complacerlos, que la dotrina no era buena Esto llegó a mis oidos, y como no lo dixo en mi presencia, no le quise retar a el solo en nombre de mi Maestro, sino echè vn Reto general, a qualquiera que de la dotrina de mi Maestro dixesse mal, ora fuesse Maestro, o discipulo. Esto fue en la mesma Escuela que el tal Maestro hablô, y estando èl presente; que no digo su nombre, porque es de los antiguos, y que tuuo Escuela en Seuilla y otras partes, aunque entonces no la tenia. Llegò el plaço del Reto, a que concurrió mucha gente, despues de auer estado el Reto ocho dias fijado en la Escuela, firmado de mi nombre, y no huuo quien saliesse a el. Lo que no sucediera oy; porque si yo por mi echasse vn Reto, se han criado desde entonces muchos, que puedẽ salir y ganar qualquiera Reto. Mas entonces, ni aora es euidente, que si de mi se cẽsurasse, y se me dixessen en mi rostro todos mis defetos de dançar, ni aunque efectiuamente me retassen, aunque supiera ganar, ni saliera al Reto, ni le echara. Y si de mi Maestro oyera oy, o en qualquier tiempo, dezir cosa que no me sonara biẽ, siendo assi que soy el discipulo que menos sabe de los que tiene, retára a qualquiera por diestro que fuesse. Y esto deben hazer todos los discipulos por sus Maestros; porque el Maestro, como digo en otro capitulo, es segundo padre, y se ha de boluer por él a capa y espada. La noche pues que, como digo, cumplio el plaço del Reto, presentes muchas personas, que a la voz del, acudieron; lleguè a la Escuela con toda la preuencion que a semejante cosa se ha de ir, y despues de auer estado largo rato, [44] como los circunstantes se cansauan de aguardar, se leuantó el Maestro Luis Carauallo, y dixo: Caualleros, aqui està el señor Iuan de Esquiuel; a cumplir con su obligacion, nadie ha acerado el Reto, aunq̃ lo han leido muchos, no me parece que se ha de executar: si ay quien salga a el, ya es ora. Nadie respondio palabra, sino el tal Maestro, que murmuró, y dixo estas razones: Señores mios, de la dotrina de Antonio de Almenda ninguno con razon puede hablar mal. Y lo que el señor Iuã de Esquiuel obra, no à de auer en Seuilla quien diga mal de ello: porque es discipulo de vn gran Maestro, y su dotrina es la que todos seguimos; porque es la misma de Quintana el viejo, Maestro de todos. Entõces respondi yo: Pues señor Maestro, holguemonos nos vn poco esta noche, porque eftos caualleros no se vayã sin ver algo; y le supliquè dançasse el Alta. Y la dançó (que era raçõ, por ser Maestro,) y salieron otros dos amigos, y dançamos de amistad, y con tanto cuydado, como si fuesse en prosecuciõ de el Reto. Y el tal Maestro dãçò aquella noche, al fin como Maestro, y de los que han hecho ruido, y sacado muy excelentes discipulos. Las Hayas suelen echarse las Pasquas, y dias muy festiuos, despues de auer dançado antes que se vaya la gente. Y el que la ha de echar (que siẽpre à de ser vno de los mas diestros) dança el Alta, y ofrece lo que le parece y saca a dançar a otro, el qual haze lo proprio, y ofrece en el sombrero de el que echò el Haya, y este saca a otro, y assi sucessiuamente hasta que no ay a quien sacar. Y si alguno sacandole no quisiere salir, pidiendoselo dos ò tres vezes, no ay que apretar mas la dificultad, sino passar adelante sacando a otro, por euitar algũ disgusto. Hizose el Alta para tres ocasiones, para hazer Escuela lo principal, para Retos, y para Hayas.
Todos los Maestros aborrecen a los de las danças de cascabel, y con mucha razõ, porque es mui distinta a la de quenta, y de muy inferior lugar, y ansi ningun Maestro de reputacion, y coa Escuela abierta se ha [45] hallado jamas en semejantes chapadãças, y si alguno lo ha hecho, no aurà sido teniẽdo Escuela, ni llegado a noticia de sus discipulos; porque el que lo supiere, rehusará serlo de alli adelante: porque la dança de cascabel, es para gẽte que puede salir a dãçar por las calles; y a estas danças llama por gracejo Francisco Ramos la Tararia del día de Dios: y el dançado de cuenta es para Principes, y gente de reputacion, como lo tengo dicho, y probado en este Tratado. Y si mi Maestro perdiera el buen juizio que Dios le dio, y ensayára semejãtes danças, o se hallára en ellas (que es biẽ impossible) no me intitulàra su discipulo, con quererle y estimarle tanto. Y con esto doy fin a mi discurso, por no tener mas molesto al letor, aunque pudiera dezir mas en alabança del dançado de quenta.
No ay Arte, ni oficio, ni abilidad de q̃ se ayan impresso libros, ni tratados, que con ellos, sin voz viua, se pueda aprender todo lo necessario: porque todo esto sin Maestro, no seruirà sino de alumbrar algunas cosas. Y si con algun libro se puede hazer capaz qualquiera de lo mas necessario del arte, es en este, porque en el saber executar vn mouimiento, consiste el dançar bien: y si yò sè dançar vna mudança, dos o mas, y los mouimiẽtos dellos no los hago con todas sus calidades, harè la mudança, pero obrarèla mal; con que me valierà mas no hazerla: y executando la Floreta, Campanela, ò otro mouimiento, como lo tengo explicado, por pocas mudãças que sepa, seràn bien dançadas: y por poco discurso que tenga el que dessea saber, hallarà muy claro el modo, y le seruirà el libro, de acendrar, purificar y perficionar lo q̃ se le ha enseñado, y gastar menos tiempo en ello. Y assi mesmo sabrà por este Tratado, la cortesía, el modo y estilo que debe tener en Escuelas, y lo que en ellas debe hazer, y las excelencias y origen de el dançado.
Los que yo he visto dançar grandes Caualleros, que no sè quien los enseñò, fueron, el señor Duque de Lerma, Dõ Francisco de Rojas y Sandoual, El señor Conde Delda, El señor Cõde de Sastago, El señor Conde de la Fuenclara su hermano, El señor Conde de Saldaña, El señor Don Iuan y Don Christoual de Gauiria, pages de su Magestad, El señor D. Alonso Ortiz Ponce de Leon y Sandoual, primogenito de el señor Marques de Valencina, El señor Conde de Arenales, Don Pedro Niño, y Dõ Gaspar de Tebes. Y aunque ay otros muchos muy diestros, no los pongo en este tratado, porque no he tenido dicha de verlos dançar. Y tambien me consta, que no ay titulo, ni señor que no sepa poco, o mucho: mas los referidos, son muy diestros, y por esso los menciono.
El Gran Maestro de Maestros Quintana el viejo, que fue 70. años Maestro: Damian Dança, que tuuo Escuela mas de treinta años: Marcos Perez, gran Maestro, q̃ tuuo Escuela quarenta año, y fue Maestro de mi Maestro Antonio de Almenda, y de Francisco Ramos: Iulian, que tuuo Escuela treynta años Marcos Fernandez de Escalante, fue Maestro de su Magestad quarenta años: Luis Fernandez de Escalante su hijo, que le sucedio, y lo exercio quinze años hasta que murio. Todos los quales son ya difuntos.
Antonio de Almenda, Maestro de su Magestad el Rey D. Felipe Quarto el Grande, nuestro scñor, que el cielo guarde. [47] Francisco Ramos, que por su gran destreza pudiera serlo tambien: Frãcisco Magre, discipulo de Antonio de Almendá: Juã de Castro, Francisco de Ayala: Iuan Baptista: Alonso de Balbuena. Todos los quales son dicipulos de Antonio de Almenda y Frãcisco Ramos, porquc aunque Castro vino de Murcia, y otros de Italia y Venecia, con algunas curiosidades de muy buẽ gusto, para poner sus Escuelas fue fuerça arrimarse a la dotrina destos dos insignes Maestros.
Ivan Gutierrez en Alcala de Henares. Iuan Baptista en Madrid. Luis de Faria ayuda de Maestro de su Magestad. Cerdan en Toledo. Pedro Fernandez en Malaga. Alonso de Valbuena en Madrid. Castaño en Toledo. Micael Angel en Cadiz.
Hieronimo de Torres. Pedro Hernandez, Diego Hernandez: Melchor de Gueuara, difuntos. Luis de Carauallo. Ioseph Rodriguez Tirado discipulo de Francisco Ramos, y de Antonio de Almenda. Y Marcos Gomez que oy tienen sus Escuelas abiertas, porque de los que no tienen ni an tenido Escuelas, no ay que hazer menciõ, porque no son Maestros.
Manuel de Morales, Iuan de Pastrana. Alberto de la Cuesta. Paladinas. Martin Magno. Iuseph de Pastrana. Domíngo Gonçalez. Pedro de Saauedra. Dõ Ioseph Carrillo. Augustin Deza, Iuan De za hermanos. Los Romanes. Diego Luis, Pedro de Valberde. Francisco Enriquez escriuano de Camara. Iuan de Carrion. Iuan Ramirez. Dõ Andres de Bogona oficiales de Estado. Iuan Ros de Issaba. Laçaro de Salamanca. Ambrosio Franco. Iuan [48] Sangal y su hermano. Todos ellos conoci por muy diestros, los demas que no conoci, no tiene numero.
Christoual Sanchez. Alonso Franco. Melchior de Arnedo. Bernardo Garcia. Nicolas el Cordonero. Don Damian de Monterroso. Francisco el Guantero. Aũque Francisco Ramos tiene muchos mas discipulos; no los conoci, por no ser tan cotidiano en su Escuela, como en la de mi Maestro. Conoci en Madrid por muy diestros, a Pedro, y à Augustin Bergel hermanos, Alguaziles de Corte, y a Cepeda Escriuano del Crimen, y no se cuyos discipulos son.
Antonio de Burgos, hijo de Miguel de Burgos Escriuano publico. Iuan Clauijo hijo de Geronimo Clauijo, mercader. Clemente de Vera. Don Iuan de çurbaran, hijo de Francisco çurbaran el gran pintor. Don Iuan y Don Gaspar Catano, Iurados de Seuilla. Iuan Baptista el Flameco. Gregorio de Mercado. Francisco Arias el Pintor. Iuan de Morales Maestro en Antequera. Claudio de Leon.
Francisco de Yllanes hijo de Pedro de Yllanes. Fernando y Pedro Romay, hijo de Pedro Romay.
Don Ioseph Monte. Y aunque tiene muchos mas discipulos, estos reconozco por los mas diestros.
Ivan Antonio de Quesada hijo de Iuan Esteuan de Quesada, platero de oro. Iuan de Mesa, hijo de Iuan de Mesa Platero.
Don Diego de Cordoua, hijo de Don Iuan de Cordoua, Cauallero de la Orden de Sãtiago. Don Miguel de Tapia. Don Miguel de Almonacir. Iuan Francisco, Maestro de dançar en Caçãlla.
Y es de notar, que Ioseph Rodriguez en dos años de Escuelas, a conseguido tener vn discipulo, Maestro en vna Ciudad como Antequera. Y Marcos Gomez en vn año otro Maestro, con Escuela abierta en Caçalla.
Las causas principales que me expusieron a escriuir (aunque con rudo estilo) este breue Tratado, á sido manifestar a los curiosos, el aprecio grande, que se debe hazer del Arte de dançar; poniendoles por exemplo, lo que refiere el capítulo primero de sus excelencias, que es quanto en esta parte à podido conseguir mi cuydado, y lo bastante para el conocimiento de ellas: y por auer yo fomentado desde que vine de la Corte las Escuelas que oy tiene esta ciudad, e introduzido en ellas, a costa de mucho desvelo, la heroyca doctrina de mi insigne Maestro Antonio de Almenda, que entonces no auia quien la siguiesse de todo punto, si bien pretendian imitarla: y parecerme que para mayor perfeccion de los discipulos, que en Seuilla y otras partes continuan las Escuelas, y se aplicã afectuosamente à auilitarse en este tan prouechoso, como agradable exercicio, les sera importantissimo tenerla por escrito; pues los documentos que aprendi de mi Maestro, (oluidados nunca, y siempre venerados de [50] mi memoria) concedierõ alas a mi pluma, para darlos en este Tratado a la estampa, antes que se publicasse otro, que tuue noticia se pretendia escriuir, comunicandolos, por ella a todos, aunque sucintamẽte. Porque en este y en los futuros siglos se siga y estime la doctrina de mi Maestro y viua su fama, y de los que en estos discursos he particularizado, eternamente; sin que el oluido, ni la embidia puedan ofender el honor que merecen. Si en ellos el lector hallare algun acierto, el loor de el se le deue a mi Maestro, mas si apuntare algunos yerros, considerelos por mios, pues aquel nacio de su enseñança, y estos de mi unsuficiencia: y aunque tenga muchos que censurar, conforme su parecer, perdonelos piadoso, o corrijalos escriuiendo otro Tratado, que se ajuste mas con su entendimiento, para que assi venga a conocer, que es mas facil dezir mal, que escriuir bien.
Despues de escrito este libro, fue Dios
seruido de lleuarse a Marcos Gomez Maestro
de dançar, y en su lugar a mi instancia,
puso Escuela Diego Moron de Acebedo,
discipulo de Ioseph Rodriguez Tirado, y
lo pongo por escrito para q̃ se sepa que mi
Maestro y Francisco ramos, no solamente
tienen discipulos Maestros, sino que
tambien sus discipulos tienen
discipulos por
Maestros.
FIN.
Este libro ha sido reproducido del ejemplar
propiedad de D. Estanislao Rodríguez. Se
han impreso doscientos ejemplares
numerados. Acabóse de estampar
en Madrid, en los Talleres
de Hauser y Menet,
el día 6 de Diciembre de 1947.
Nota por el transcriptor
Este libro ha sido reproducido con los errores de imprenta, errores de ortografía, y ortografía antigua tal y como aparecen en el texto original.
Hay dos páginas numeradas 16.