Title : Señora ama: Comedia en tres actos
Author : Jacinto Benavente
Release date : March 28, 2022 [eBook #67726]
Language : Spanish
Original publication : Spain: R. Velasco, impresor
Credits : Ramón Pajares Box. (This file was produced from images generously made available by The Internet Archive/American Libraries.)
Nota de transcripción
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p. 3
SEÑORA AMA
COMEDIA EN TRES ACTOS
ORIGINAL DE
JACINTO BENAVENTE
Estrenada en el TEATRO DE LA PRINCESA la noche del
22 de febrero de 1908
SEGUNDA EDICIÓN
MADRID
R. VELASCO, IMP., MARQUÉS DE SANTA ANA, 11 DUP.º
Teléfono número 551
—
1911
p. 4
PERSONAJES | ACTORES |
DOMINICA | Carmen Cobeña. |
MARÍA JUANA | Josefa Cobeña. |
GUBESINDA | Josefina Álvarez. |
DOÑA ROSA | Dolores Soriano. |
LA DACIA | María Luisa Ahijón. |
DOÑA JULITA | Isabel Luna. |
LA POLA | Ángela Tamames. |
LA JORJA | Srta. Benito. |
FELICIANO | Francisco Morano. |
JOSÉ | Francisco Comes. |
TÍO ANICETO | Leovigildo Ruiz-Tatay. |
TÍO BEBA | Ricardo Manso. |
PILARO | Rafael Cobeña. |
FRANCISCO | Manuel Perrín. |
Mozos y chicos
En un pueblo de Castilla la Nueva
p. 5
Sala en una casa de labor
GUBESINDA y después la POLA
Pola
(Dentro.) ¡Gubesinda! ¡Gubesinda! ¡Gubesinda! ¿Ande estás?
Gubesinda
¡Jesús! ¡La Pola!... ¡Entra por aquí, que ando aviando! ¡Entra, mujer, entra!
Pola
(Entrando.) ¿Cómo lo pasas?
Gubesinda
Ya lo ves... tan buena; tú mejor que nunca.
Pola
¡No me lo digas! Que he estao a la muerte. De milagro lo cuento. Qué, ¿no lo has sabío?
Gubesinda
No creí que fuea tanto.
Pola
¡Haste cargo! Con el disgusto que hemos tenío con la chica.
Gubesinda
¡Mira! Yo soy muy prudente y no quería ecirte na, pero ya que eres tú la primera que hablas, hablaré yo tamién, que si tú no sabes callar, menos tengo yo por qué callarme... Y lo que te digo yo es que tan poca vergüenza ties tú como tu chica; pa que te enteres.
Pola
¡Mírate mucho antes de soltar esas expresiones!
Gubesinda
Las que tenéis que mirarse mucho y teníais de haberse mirao más antes, sois vosotras... ¿Pero qué os teníais creío, que nadie estábamos enteraos? ¿Que en el pueblo no se sabe la verdá de too?
p. 6 Pola
¿Y qué puen decir en el pueblo? Que mi chica y ha tenío una desgracia... No ha sío la primera ni será la última, y si se casa, naide tie que decir naa... Después de too, como muchas y de más alto que ella, y si fueamos a ver, las que más hablan...
Gubesinda
¡Y si las que más tenéis hablao de toas en vuestra vida habéis sío vosotras! Pa al fin y a la postre venir a caer en lo mismo, que no hay como hablar pa que too caiga encima... ¿Qué no tendréis hablao de la Jorja y de la Engracia y de la Ciscla y de toas...?
Pola
En el nombre del Padre... ¡Bendito y alabao! ¿Pero es que de mi hija y hay quien puea decir otro tanto? Es que tú tamién has ido a creerte de más de cuatro, que bien las conozgo y serán las que habrán ido a ecirle al ama lo que haigan querío... Que a eso vengo, a hablarle yo tamién, y que sepa de mi boca la verdá de too.
Gubesinda
¡Mejor te hubieas estao en tu casa! Lo que el ama quie es no verte ni oírte, a ti ni a ninguna... ¡Sinvergonzonas! ¡Desastrás! Que no sé cómo tenéis cara pa presentaros ande ella pisa... ¡Ay, si no fuea una santa, que de puro santa paece boba, como le digo yo y le decimos todos!... ¡Ay, si vosotras tuviáis vergüenza! ¡Y si tuviean vergüenza vuestros maridos, que con eso bastaba aunque no la tuvieais vosotras!
Pola
¡Mira, Gubesinda, que si no mirase y que eres tú la que me lo dices!...
Gubesinda
¡Y tanto como has de mirarte! Y si quies hacerte caso de mí, vuélvete a la Umbría y no te pongas delante del ama, y tu chica menos.
Pola
¡Eso es! Pa consentir y que la Jorja que está más cerca del ama le haga ver lo que no ha sío y el ama se crea de ella más que de nosotras, que esa tie mucha miel y trae engañá a mucha gente.
Gubesinda
Descuida, que ni al ama ni a mí, ni la Jorja ni tú ni ninguna nos traéis engañás, que toas sois lo mismo... ¿Conque dices y que tu hija se casa? Con Francisco, ¿verdad? ¡Si mientras haiga hombres pa too, tan ricamente! p. 7 ¿Y el amo el padrino... con su buen regalo?
Pola
No hará más que por otros...
Gubesinda
¡Y que la Dominica lo consienta y no coja y se vaya a casa de su padre a estar como una reina, como estaba de moza con too el regalo del mundo!...
Pola
¿Regalo? no sé yo qué le falte; que si ella vino de buena casa el amo no vino desnudo ni descalzo... Y bien enamoricá d’él andaba, que su padre de ella no quería casarla... Y sus padres d’él querían casarle con la Dacia. Y bien supo ella plantarse con tos y buen mozo se llevó y bien orgullosa está ella de habérselo quitao a muchas más principales que andaban desatinás por él.
Gubesinda
¡Así es, desatinás! Que la mujer que no mira más que la presencia del hombre, too le está muy merecío... Y así ha sío con la Dominica. ¿Pa qué le ha servío el buen mozo? Pa las demás.
Pola
Dejará de ser ella su mujer y el ama de su casa.
Gubesinda
¡Buen consuelo! Pa verse siempre rebajá... ¿Y por quién? Por quien no le llega a la suela del zapato por cualquier lao que se mire.
Pola
¿Qué hemos de hacerle? Siempre perdices cansan. ¡El mundo es así y así son los hombres!
Gubesinda
Si yo de los hombres no digo naa... que ellos naa tienen que perder por naa... Pero las mujeres son las que no tenían que ser como son...
Pola
¡Ay, hija! Naide podemos decir que somos de Dios tan y mientras que no nos tiente el demonio.
Gubesinda
¡El demonio! El demonio son las mujeres que no tienen vergüenza, que ellas son las que les tientan a los hombres; que lo tengo muy visto, que los hombres no se propasan a más de lo que las mujeres son consentidoras.
Pola
¡A saber! Como tú eras ya moza cuando el amo aún no andaba...
Gubesinda
¡Que no habrá habío hombres en el mundo p. 8 hasta que el amo fue mozo! Que en la casa ande yo me crié y he servío toa mi vida, no había cuatro que eran la envidia del mundo, y uno el padre del ama, el tío Aniceto, que si viejo da gloria de verlo, qué no sería cuando era más nuevo como yo le he conocío... Y toos andaban detrás de nosotras como mozos que eran y mozas que éramos... Pero como no habían de casarse ninguno con una pobre... pues algunas teníamos vergüenza...
Pola
Algunas, pero no toas; que en todos los tiempos ha habío de todo...
Gubesinda
¡No me digas! ¡Como esto no se ha visto y cuando una moza se desgraciaba era una vergüenza pa toa la familia!... Pero ahora... ¡Si parece y que lo tienen a gala! Bendito sea Dios que no ha querío darme hijos, pa que alguno hubiá sío hija y hubiea tenío que matarla...
Pola
Por eso puedes hablar y porque nunca te ha faltao que comer.
Gubesinda
¡Que habré ido a robarlo!
Pola
¡Ni yo te digo que así sea! ¡Jesús, mujer, y cómo estás conmigo!
Gubesinda
Con los trabajos del mundo y con la honra del mundo y el comportamiento que toos saben, lo hemos ganao siempre yo y mi marido... No como otros, que lo que sobra de too en sus casas falta de vergüenza... ¡Pa que te enteres!
Pola
¿Qué voy a enterarme? Pa mí lo que me dices como si me lo dijera mi madre.
Gubesinda
Si por algo y hubiea querido serlo es por haberte tullío a puros golpes, a ver si habías andao derecha, como Dios manda.
DICHAS, FELICIANO y PILARO
Feliciano
(Dentro.) ¡Gubesinda! ¡Gubesinda!
Gubesinda
¿Qué manda usté?
Pola
¿Qué, está aquí el amo?
Gubesinda
Pues luego... ¿No lo sabías? Desde antiayer.
p. 9 Pola
¡Vaya por Dios!
Feliciano
(Dentro.) ¡Gubesinda! ¿Qué haces que no
vienes?
Gubesinda
¡Ya voy, ya voy!... (A la Pola.) Ya le tendrás conocío... Tú verás como se entere de que le vienes al ama con cuentos...
Pola
¡Yo a él que tengo que icirle!
(Entran Feliciano y Pilaro.)
Feliciano
Pero qué, ¿no has acabao de aviar entoavía?
Gubesinda
¡Usté verá! ¡Tamién es usté de bulla! Que la hija de mi madre ha parao desde que llegamos... Usté dirá... Jabelgar y limpiarlo too... que ende que el ama estuvo la última vez naide se había tomao ese trabajo... ¡Ya se ve! ¡Como aquí no hay criaos, toos son señores!...
Pilaro
Ya estás hablando por demás... La Jorja hace su obligación y toos la hacemos... Pero tú siempre ties que argumentar elante del amo.
Feliciano
¡Calla tú!... (Viendo a la Pola.) ¡La Pola!
Pola
Sí, señor, aquí estoy... Muy buenos días tenga usté... ¿Cómo lo pasa usté? ¿Y señora ama... y toos?
Feliciano
¿Y a qué has venío tú aquí, si pue saberse? ¿Ocurre algo en la Umbría?
Pola
Nada de particular... He venío porque supimos de cómo venía el ama a la dehesa, y que no andaba muy buena de salú... y he acudío a ofrecerme...
Feliciano
¡Pues maldito lo que pintas! Ya estás arreando... Y no me acudáis tan y mientras que nadie os llame. ¿Has entendío?
Gubesinda
Ya estás avisá...
Pola
Está muy bien... Y qué, ¿no irá el ama por allá cualquier día de estos?
Feliciano
No; aquello no le sienta, con el río y con este temporal menos... Yo seré el que no tarde en ir por allí; pero antes, que venga Francisco, que tengo que hablarle, pero solo... ¿Lo has entendío?
Pola
Así lo haré saber de su parte.
Feliciano
Y lárgate ya... ¿Has almorzao?
Pola
No señor. Salí muy temprano...
Feliciano
(A Gubesinda,) Dale pan y chorizo... Almuerzas p. 10 por el camino... Y pa nosotros prepara también algo, que la Jorja está a lavar al arroyo y yo y Pilaro vamos a salir al encuentra del ama que ya debe venir muy cerca.
Gubesinda
¿Qué quiere usté que le ponga?
Feliciano
Cualquier cosa, lo que esté antes listo...
Gubesinda
Tú, Pilaro, a ver si te acuerdas de traerme unas trameras, que la leña que has acarreao hogaño está muy verde y no hay forma de hacerla arder... A más la dejaste toa la noche al sereno.
Pilaro
No tuve lugar de entrarla en la portalera.
Gubesinda
(A la Pola.) Anda tú que te dé con que almuerces...
Pola
Con su permiso. Que usté se conserve tan bueno y que el ama se mejore; quede usté con Dios...
Feliciano
Escucha... Me han dicho que Martín ha puesto una denuncia a los de Telesforo...
Pola
Les pilló cortando leña... y es toos los días, y que no se andan con lo chapodao, sino que arrean con las mejores chaparras. Y a más nos han encojao un perro y han faltao unos atarres de unas caballerías que Martín se dejó olvidadas en el Encinar... Y a más son unos insultadores que han sacao unas coplas muy indecentes... de nosotros y de usté también, pa que usté lo sepa.
Feliciano
No quiero saber na; lo que has de decirle a Martín es que no vuelva a poner denuncias a Telesforo sin decírmelo a mí primero.
Pola
¡Así están de envalentonaos! ¡Habrá sío la Patro la que le haiga venío a usté con el cuento!
Pilaro
¿Te importa a ti...? ¡Que no has de dejar en paz a naide!
Feliciano
¡Calla tú!
Pola
Por nosotros... ¡Mia tú! Mas que no dejen un paligote... ¡Si es gusto del amo!
Gubesinda
Too llegará a este paso, que el mejor día nos llevará a toos por delante con una cadena del pescuezo como en tierra de moros...
Feliciano
¡No calles tú tampoco! ¡Seréis cuchareteras!
Gubesinda
¡Por mí como si quiere usté dejarse azotar!
Feliciano
A vosotras sí que era menester azotaros. Anda, anda a tu quehacer y tú arrea luego... p. 11 ¡Qué mujeres! Con la primera tenían que haber hecho lo que yo hubiá dicho...
Pola
¡Mal templao está!
Gubesinda
Tie su porqué... ¡Y más pue que tenga! Vamos nosotras.
(Sale la Gubesinda y la Pola.)
FELICIANO y PILARO
Feliciano
(Sacando de la petaca tabaco picado y papel de fumar.) Vamos a echarlo, Pilaro.
Pilaro
Esta algo traía.
Feliciano
¡Qué iba a traer! Desazones, cuentajos pa el ama. ¡Como si tuviéramos pocos!
Pilaro
Lo que tie esta Pola es que la tie tomá con nosotros. Cuidao que yo se lo tengo dicho a la Jorja, que con ella poca conversación y apurando más con ninguna. ¡Toas son lo mismo! ¡Es que lo tengo visto! En juntándose que se juntan dos mujeres, ya está el infierno...
Feliciano
¡Si es que el hombre no debiera de casarse nunca!
Pilaro
Esa es la mía. El casorio es bueno para las mujeres, pero los hombres no debían de perder su libertá así como así... Y no es que yo me queje, no vaya Dios a castigarme, que otras habrá peor que la Jorja... Pero es lo que yo digo, que a un hombre solo, tire por ande tire, nunca le falta. Yo por mí sé decir que cuando andaba en el servicio, yo tenía menos que ahora y nunca me faltaba una peseta; el cómo era yo no sabré decirlo, pero que así era. Y ende la hora que me casé, siempre ando lampando, que ni pa una docena de pitos tengo nunca una perra de sobra... Y no hay que decir que me haiga quedao sin comer ningún día, no vaya Dios a castigarme, que peor estarán otros; pero que yo no he vuelto a estar como entonces, como yo digo, que no tenía na y me sobraba too; el cómo era yo no sabré decirlo, pero que así era... No tire usté... (Pidiéndole la cerilla para encender el cigarro que ha ido haciendo con mucha calma.)
p. 12 Feliciano
Escucha. Cuando fuiste ayer al pueblo, ¿quién andaba por casa? ¿Viste al ama?
Pilaro
Sí que la vi.
Feliciano
¿Qué cara tenía?
Pilaro
La cara de siempre, con aquella risa que se ríe por too...
Feliciano
¿Habló contigo?
Pilaro
Pues luego... como siempre; me preguntó por toos; por la Jorja, por los muchachos, por Antolín en principalmente; es el que ella ha querío más siempre; no sé si porque usté lo sacó de pila...
Feliciano
Y al señor Aniceto, ¿le viste?
Pilaro
Ese sí me pareció que andaba mal encarao. Y José también.
Feliciano
¿También andaba por allí mi hermano...? Y la María Juana, ¿la vistes?
Pilaro
A esa también, sí señor, que tenía los ojos como de haber llorao... Como dicen que el señor Aniceto se la lleva al Sotillo, es natural, ella les tie que tener ley a ustedes y a la casa. Ende chica sin separarse del ama.
Feliciano
Ella se tie la culpa de todo.
Pilaro
Eso tengo entendío.
Feliciano
¿Qué has entendío? ¿Andaste por el pueblo?
Pilaro
No, señor, no andé naa... Cuando voy nunca ando por el pueblo. ¿Pa qué? Pa tener un día una cuestión con alguno. Son muchas envidias las que le tienen a uno. Ahora que del caso de la María Juana, sí entendí de hablar, porque hablar, ¡hágase usté cargo! ¡Hasta las piedras! Como que no falta quien diga y que el ama se iba con su padre al Sotillo, y porque yo dije que no era verdad, que el ama ande venía era aquí, a la dehesa, ande usté la aguardaba, se me echaron a reír... Conque hoy se verá quién llevaba razón. A más que no había más que ver al ama pa comprender que too era hablar de la gente, y es no conocerla...
Feliciano
Sí, es no conocerla. Pero tanto harán toos y tanto le dirán unos y otros que acabarán por soliviantarla.
Pilaro
Así es. Es lo que yo digo. ¿Qué le importan a naide los negocios de naide?
Feliciano
Ahora no ha tenío nadie la culpa más que p. 13 la María Juana. Yo a ti no voy a decirte una cosa por otra. Tú has sío siempre el primer sabedor de toas mis cosas.
Pilaro
Así es, que no ha habío otro que haiga andao más que yo a su lao de usté, ahora y de mozo...
Feliciano
Pues lo que yo te digo, y bien puedes creérmelo, es que yo nunca le he dicho palabra ninguna con intención a la María Juana; que la he mirao siempre, como lo que es para mí, como una chiquilla, que la he conocío de toa la vida al lao de la Dominica... Y como lo que toos sabemos que es, porque, ¿quién no lo sabemos?
Pilaro
Así es.
Feliciano
Si así no fuera, ¿por qué tenía que haberla acogío el tío Aniceto en su casa cuando murieron sus padres de ella...? Y que ella no ha sío una criada más en casa de mi suegro, sino que ha sío tan hija como la Dominica.
Pilaro
Así ha sío, y bien lo hemos visto. ¡Bueno es el tío Aniceto pa hacer caridades si no hubiera un porqué como ese!
Feliciano
De manera que yo la he respetao siempre por dos cosas: primeramente, porque ya sabes que cuando estás siempre al lao de una mujer que has conocío desde chico, pues parece que no hay aquella ilusión que con cualquiera otra que ves de pronto.
Pilaro
Como que así es. Más que querían a mí casarme con una prima hermana que nos habíamos criao juntos, y convenirme me convenía por toos los estilos... Pues nunca pude mirarla en mal sentío... Y estábamos veces solos, y no hay que decir que no lo valía... pues...
Feliciano
A más, ya te digo, bastaba que yo supiera lo que hay y de cómo es hermana de padre de la Dominica, para no pensar en ella ni por entre sueños.
Pilaro
Así había de ser.
Feliciano
Pero ya ves qué me ha valío... Si ha sío ella la que ha ido diciendo que yo me había propasao.
Pilaro
Con su idea habrá sío.
Feliciano
¡Tan con su idea! Esa tie más idea de lo que p. 14 parece. Y es que ella se sabe lo que toos sabemos, y está muy engreída de que es tanto como la Dominica, y se le ha puesto y que ha de casarse con mi hermano José, que será tan bestia que se casará con ella y dejará a la Dacia, que baste que ya estuvo pa casarse conmigo y que toos en las dos familias queremos que se case, pa que él nos lleve a toos la contra... Y como María Juana ve too esto pa emberrenchinarle más, sale con que yo la traigo acosá. Y para que el tío Aniceto se amontone y se la quiera llevar consigo, que al fin la sangre, como dicen, sin fuego hierve... Y pa que la Dominica se alborote tamién y salga diciendo que no respeto naa, y tendría razón si fuera verdad... y pa que mi hermano se vuelva contra mí y se ciegue por ella, y pa que toos hablen y traigan y lleven... Y yo me haiga venío aquí por no oírlos a toos, que de naa me ha servío, que toos han de acudir aquí como ves, ca uno con su música, que es mucha música, más cuando estoy inocente de todo... ¡Puedes creérmelo!
Pilaro
Sí que lo creo.
Feliciano
Pero esa no se sale con su idea, esa no se casa con José, así tengamos que andar a golpes.
Pilaro
En eso ya no obrará usté bien. Si es gusto de uno y otro. ¡Anda con Dios! Hay más que dejarlos...
Feliciano
Si es que... voy a decírtelo todo; si es que ha sío la María Juana la que me ha andao buscando y yo huyéndole... Si es que se come de envidia de la Dominica y quiere ser tan ama de mi casa como ella, y como por ahí no ha podido ser, ahora dice que soy yo el que la ha buscao... Y ya se ve, como siempre he tenío esa nota de gustarme toas las mujeres...
Pilaro
Si es que ha sío usté tan enamoriscao...
Feliciano
No he sío yo siempre, Pilaro.
Pilaro
En eso estoy. Es uno en su pobreza y más de una y más de dos vienen todavía a comprometer... ¡Es que las hay de comprometeoras!
p. 15 Feliciano
Y yo tengo visto muy claro lo que quiere la María Juana; lo primero, casarse con José pa asegurarse y verse en su casa tanto como la Dominica en la suya... Y cuando esté así volver a buscarme...
Pilaro
Y que así sería.
Feliciano
¡Y eso no, yo no hago esa acción con mi hermano! Si él no lo ve, yo lo veo... Y si habíamos de tener un disgusto, que sea antes... Que después como él se casara y ella volviera con las mismas y yo consintiera y me callara... Es pa que mi hermano me mate o tener que matarle... Y si no soy consentidor y hablo y voy y le digo: «¿Lo ves ahora? ¿Lo ves y a quién quería?» Pues es pa tener él que matarla a ella y de cualquier suerte, la ruina de un hombre y de una casa.
Pilaro
Y que así sería...
Feliciano
Y de esto ni palabra a nadie, a la Jorja menos. Pero con alguien tenía que desahogarme cuando toos pegan contra mí.
Pilaro
Bien sabío debe usté de tener que a hombre secreto no me gana naide, que de otras cosas he sío yo solo sabedor y por mí en jamás se habrá traslucido naa...
Feliciano
Ya lo sé, hombre, y por eso me declaro contigo... Pero esa Gubesinda, ¿no tendrá listo el almuerzo? Anda a ver, hombre...
Pilaro
¿No la entiende usté de hablar a la puerta? ¿Con quién podrá ser?
Feliciano
¡Calla! Si son doña Julita con la Dacia y con su cuñá... ¿A qué habrán venío?
Pilaro
A la cuenta que vuelven del Tiemblo, que tengo entendío que estaban a cumplirle una promesa a San Antonio y de vuelta habrán dao un arrodeo pa acercarse aquí.
Feliciano
Y cucharetear lo que se cuece. Estarán enteradas de too.
Pilaro
Así será...
Feliciano
Si pudiera escapar sin verlas...
Pilaro
No lo piense usted. Hasta aquí se cuelan. Velailas aquí, usté.
DICHOS, DOÑA JULITA, DOÑA ROSA, la DACIA y GUBESINDA
Gubesinda
Pasen ustedes que aquí está el amo. Mire usté quién está aquí. ¡Doña Julita con la Dacia y con su cuñá!... ¿Cómo es su gracia de usté, usté perdone?
D.ª Rosa
Doña Rosa.
Feliciano
¡Cuánto bueno!
D.ª Julita
¡Qué sorpresa, verdad, de vernos por aquí!... Tú no conoces a mi cuñada Rosa.
Feliciano
Ya tenía ese gusto, para servirla.
D.ª Rosa
El gusto es mío; servidora de usté.
D.ª Julita
No me acordaba. Como tú paras poco en el pueblo y ella hace poco que vino con nosotros...
Feliciano
Siéntense ustedes, tomarán ustedes algo. Anda tú, Gubesinda, a ver que les traes a estas señoras.
Gubesinda
Ya les he ofrecío, pero dicen que no quieren tomar nada.
D.ª Julita
No, muchas gracias, se agradece lo mismo. Queremos llegar al pueblo antes del toque de medio día, que nos esperan en casa y estarán con cuidado.
Gubesinda
Con su permiso, que tengo a medio aviar el almuerzo.
(Sale.)
Feliciano
¿Conque antes de las doce? Está bueno. Yo creí que venían ustedes a pasarse tres o cuatro días con nosotros...
D.ª Julita
¡Jesús! ¡Tres o cuatro días! ¡Con lo que ya faltamos de casa! ¡Bueno se pondría Romualdo!
Feliciano
Pues hoy viene aquí la Dominica. Debe de estar llegando. Yo iba a salir a esperarla al camino...
D.ª Julita
Nos lo han dicho; por eso nos llegamos por verla, creyendo que ya estaría. Qué, ¿vais a pasaros una temporada en la dehesa?
Feliciano
Según nos pinte. Yo tenía que dar una vuelta de todos modos; cuestión de las ovejas... Y la Dominica parece que no andaba muy buena estos días, conque esto puede que la p. 17 siente. ¿Y ustedes del Tiemblo? ¿De rezarle al santo?
D.ª Julita
Tú verás. Que iba para dos años que le teníamos hecha promesa. ¡Ya estábamos avergonzadas! Pero que un día por una cosa, otro día por otra, en una casa como la mía nunca puede hacerse lo que una quiere. Luego, Romualdo, que ya le conoces, en diciéndole de santos y de iglesia, no transige, y cada vez que le decíamos de ir, nos dejaba sin carro y sin caballerías.
D.ª Rosa
¡Mi hermano es así, por desgracia! Yo no sé quién haya podido imbuirle esas hipótesis. No habrá sido en nuestra familia, donde solo ha podido ver buenos ejemplos. Un tío nuestro, por parte de madre, canónigo de la santa sede catedral de Sigüenza, una lumbrera del púlpito. Todo el mundo decía que hubiera llegado a obispo si la muerte no le hubiera sorprendido infragante en la flor de su vida... Hoy mismo tenemos una prima, por parte de padre, religiosa en las Adoratrices de Madrid: no de las arrepentidas, de las otras, porque las hay de dos clases... pero mi hermano, no sé a quién haya podido salir. Son las malas lecturas, lecturas perniciosas.
D.ª Julita
¡No digas, mujer! Si él nunca lee nada.
D.ª Rosa
¡Pero oye! Así es que yo, créame usted, si no fuera por mi cuñada y por mi sobrina, y porque dónde voy yo sola como estoy en el mundo desde la desgracia de mi marido, que para mí peor que si se hubiera muerto, porque un hombre que no tiene vergüenza, para mí es lo último. Y aquí mi cuñada le dirá a usted que no exagero. Cualquiera que me vea y se le diga la edad que tengo... ¿Qué edad me calcula usted?
Feliciano
No sé decirle a usted. Buena edad sí parece...
D.ª Rosa
Se quedará usted pasmado cuando le diga a usted que soy mucho más joven que mi cuñada...
D.ª Julita
(Bajo.) No lo creas.
D.ª Rosa
Pero ella no ha sufrido lo que yo... una mártir... ¿Dónde he dejado yo el pañuelo? (A la Dacia.) ¡Déjame el tuyo, haz el favor! (Llora.)
p. 18 D.ª Julita
(A Feliciano.) No le hagas caso. El mártir fue su pobre marido que, por fin, no pudo más y se fue con la criada. Un mes lleva con nosotros y no podemos más...
Feliciano
Y qué, ¿qué le han pedido ustedes a San Antonio?
D.ª Julita
Yo, por mi parte, salud para todos, nada más que salud. En lo demás el santo verá lo que nos conviene.
D.ª Rosa
Yo resignación para sobrellevarlo todo.
Feliciano
Y la Dacia, ¿un buen novio?
Dacia
No pienso en eso, ¿pa qué?
D.ª Rosa
¡Qué disparate! ¡Quién piensa en bodas!
Feliciano
No le diga usted eso. ¿Conque vamos a ser cuñados muy pronto?
Dacia
¡Búrlate de mí! ¡A tiempo hablas!
D.ª Julita
No, hijo. No está de Dios que emparentemos las dos familias, por lo visto. Primero fuiste tú quien debió de casarse con ella; pero te sorbió el seso la Dominica...
Feliciano
No fue eso. Es que yo vi que era mi hermano el que la quería.
D.ª Julita
Tú no debiste ver quién la quería, sino a quién quería ella.
Feliciano
Es que ella también me pareció que le quería.
Dacia
No es verdá.
D.ª Julita
En fin, por lo que fuera... tu hermano ahora ya ves, dos cuartos de lo mismo, con la María Juana... Es que os tira el zagalejo... Es que vuestro padre no os educó como correspondía a su posición; siempre se lo dije... No es que yo lo sienta, porque ni tu hermano ni tú sois para hacer felices a ninguna mujer.
Feliciano
Usté es muy clara.
D.ª Julita
Ya lo sabes. Soy castellana vieja. Los de esta parte sois más dobles... ¡Que mi hija iba a haberte consentido lo que te consiente la Dominica! Verdad es que ella... ¿Qué va a hacer? Bastante es que te hayas casado con ella. Porque, francamente, sin ofenderla, no fue boda para ti... porque su padre tendrá todo el dinero y las tierras que se quiera... pero sus principios... ¿No sabemos todos sus principios? Tu abuelo, un triste cabrero de p. 19 casa de mi tío Juanito, que le vino el dinero y todo lo que tiene, todos sabemos cómo, gracias a su mujer y a sus hijas...
D.ª Rosa
¡Yo me pasmo de oír estas cosas! Nunca creí que en lugares tan humildes fuera tanta la corrupción de costumbres... Cuidado que yo he visto mucho; he vivido seis meses en Madrid y dos años en Torrijos, pero como aquí... ¡Qué horror! Hasta el mismo clero, que la quitaría a una la devoción si no mirara más arriba...
D.ª Julita
Pues eso es lo que le pasa a mi Romualdo, que como conoce a todos los curas de alrededor, le han hecho ser tan republicano.
D.ª Rosa
¡Yo, desde que estoy aquí, no oigo contar más que trapisondas y deshonestidades!
D.ª Julita
De eso nadie nos asustamos... siempre ha sido igual y en todas partes; por algo dicen: «Quien ve un pueblo, ve un reino, y quien ve un reino, ve el mundo entero.» Lo peor que hay aquí es que no hay unión en los que pueden, y de eso se aprovechan más de cuatro pillos que nunca debieron subir a donde han subido. Y toda la culpa la tuvo tu padre que siempre fue un abandonado y la tenéis sus hijos, y mucha también mi marido... ¿No es una vergüenza ver de juez municipal al tío Bruno? ¿No sabemos todos quién fue su padre? Un triste gañán de en casa de mi tío Doroteo... ¡Y de alcalde al tío Catalino! ¿No sabemos todos quién fue su padre? Es decir, no lo sabemos, que todos dicen que fue otro, y esa ha sido su suerte... ¡Y así todos los de justicia! ¡Y si siquiera mandaran ellos! Pero no, si quien mandan son sus mujeres, que estamos mandados por mujeres. Pero yo se lo tengo dicho a Romualdo, que como en la primera junta de Ayuntamiento no vaya y les diga todo lo que hay que decirles, me planto yo y se lo digo muy claro y me oyen como tienen que oírme todos los días sus mujeres... que es lo que no puede aguantarse, que las mujeres sean aquí las que se metan en todo... y lo gobiernen todo.
Feliciano
Todas no son como usted.
p. 20 D.ª Julita
Ya puedes decirlo.
D.ª Rosa
Crea usted que si yo tuviera mando, lo que traería aquí es muchas misiones que predicaran, mejor que mandarlas a la China y a los negros antropólogos.
D.ª Julita
Pues yo mucha Guardia civil que los metieran en cintura a todos. Ahora mismo por el camino he tenido un sofoco, estas lo han visto, no sé cómo no me ha dado un insulto... todo el ganado del tío Bruno en la linde de la Robleda. ¡Y no habrá quién lo denuncie! ¡Y el chanchullo que nos quieren meter con los pastos, para comérselos cuatro pillos! ¿Y con los consumos? ¿Y con el caño nuevo? Que ha de ponerse a la puerta del tío alcalde para su conveniencia y para que salgan luego sus criadas a lavar la ropa y fregar la espetera. ¡Las muy puercas!
Dacia
Pero, ¡madre! ¿Qué adelanta usted con sofocarse?
D.ª Julita
Ya lo sé que no adelanto nada. Pero déjame, que tú eres como tu padre, que como yo le digo: «Tu suerte ha sido tenerme a mí por mujer», que lo que a mí no me hubiera importado, a él le hubiera importado menos.
Francisco
(Sale.) Ya está ahí el ama...
Feliciano
Con la conversación se ha pasao el tiempo sin sentirlo.
Gubesinda
(Dentro.) ¡Aquí está el ama! ¡Y toos!...
D.ª Julita
Y te hemos quitado de ir a esperarla. Yo se lo diré que ha sido culpa nuestra...
Feliciano
Es lo mismo. Más era por echar un paseo.
D.ª Julita
Anda, anda y ve... Nosotras somos de confianza.
Feliciano
Con su permiso... Ahora vendrá ella a saludarles a ustedes... Si no quieren ustedes venir...
D.ª Julita
Anda tú solo, que siempre tendréis que deciros algo, con todo lo que ha pasado, que todo se sabe... ¿Pero cuándo querrás tener formalidad, hombre?
Feliciano
No me diga usté que ahora no hay razón para ello.
D.ª Julita
¡Si no te conociéramos! Anda, anda...
(Sale Feliciano.)
DICHOS, menos FELICIANO
D.ª Julita
Ya sabía yo que no podía ser lo que decían; que la Dominica se iba al Sotillo con su padre... Por otras cosas ha pasao para no pasar por esta...
D.ª Rosa
Di que se trata de una mujer ordinaria... Una señora de clase no lo consentiría... ¿Pero qué idea va a pedirse a esta gente de lo que es dignidad? A saber si ella hará lo mismo...
Dacia
Eso no, tía; la Dominica es honrada, donde haya mujeres honradas, y si pasa por todo es porque quiere a su marido.
D.ª Rosa
¡No me digas! Si le quisiera no pasaría por nada. Cuando se quiere de verdad todo ofende. Y lo que yo sé de este hombre es para que su mujer no le mirara a la cara... ¡Y pensar que tú podías haberte casado con él! ¿No sabíais lo que era?
D.ª Julita
De mozos todos son lo mismo.
D.ª Rosa
Pero este ha seguido igual de casado.
D.ª Julita
Es joven todavía, y como es buen mozo y es el más rico por aquí... ya se sabe... Ya parará cuando llegue a viejo.
D.ª Rosa
Y entre tanto, ¿te parece bien que no haya guardesa, ni hortelana, ni molinera, ni criada de sus tierras que no haya tenido que ver con él...? ¿Y ese enjambre de criaturas sin padre...?
D.ª Julita
Eso no... todas se casan, y como si nada hubiera pasado.
D.ª Rosa
Engañando a pobres infelices...
D.ª Julita
¡No seas tonta! Nadie va engañado...
D.ª Rosa
¡No me lo digas! ¡Entonces peor que entre los moros! ¿Entonces aquí no hay religión, ni moralidad, ni vergüenza?
D.ª Julita
¡No le des vueltas! Hay hombres y mujeres...
D.ª Rosa
¡Que viven como los animales!
D.ª Julita
Tampoco hay quien les enseñe a vivir de otro modo. ¿Ven ellos algo mejor que los animales?
p. 22 D.ª Rosa
¡Lo que yo digo! Misiones, misiones que les predicaran...
D.ª Julita
No te canses. Aquí no vienen. ¿No ves que no hay dinero? Si hubiera siquiera alguna mina cerca. Pero esta tierra seca y pobre no es tierra de conventos ricos... ¡Pobres curas de aldea nada más! ¡Tan pobres como la tierra y como nosotros!
D.ª Rosa
Eso es, habla tú también como mi hermano.
D.ª Julita
Es que mi Romualdo cuando habla de las cosas de aquí bajo no le falta razón... Ahora cuando habla de las de arriba, ya no estamos conformes... que yo soy tan cristiana como la primera... (Se oye lejano el toque de medio día.)
Dacia
Las doce, madre... ¡Qué bien se oye desde aquí la campana del pueblo!
D.ª Julita
Vendrá de allí el aire... Hija, el Ave María; que esté donde esté, no falto yo a mis rezos de mañana y tarde. (Rezan en voz baja. Dominica aparece a la puerta y, al verlos rezando, se para y reza también.) Y un Padre nuestro por nuestros difuntos.
DICHOS y DOMINICA
D.ª Julita
(Viendo a Dominica.) ¡Dominica! ¡Hija! ¿Cómo estás? (Abrazándola.)
Dominica
Las vi que estaban ustedes rezando y he rezao con ustedes...
D.ª Rosa
¿Cómo está usted?
Dominica
Así ando, pero no es de cuidao... Ven acá, Dacia... ¡Jesús, de cada día más guapetona! (Besándola.)
Dacia
Te he llenao de polvos... Con estos aires se corta la cara y hay que ponerse algo.
D.ª Julita
No hay más remedio.
Dominica
¿Cómo lo pasa usted, doña Rosa?
D.ª Rosa
Ya ve usted. ¡Con mis disgustos y mis adversidades!
Dominica
¡A nadie nos falta! ¿Conque del Tiemblo de ver al bendito San Antonio? También yo p. 23 quisiera ir que tengo que pedirle mucho; no sé si me dará too lo que tengo que pedirle.
D.ª Julita
Lo primero una docena de chicos, que buena falta os están haciendo... vosotros que podéis... En cambio a otros pobres...
Dominica
Le pediré uno nada más. Pero antes tengo que pedirle marido... .
D.ª Julita
Qué, ¿no le tienes ya?
Dominica
Sí, pero este marido mío es de los que se pierden, y como San Antonio sabe encontrar todo lo perdido...
D.ª Julita
Anda, mujer. (A la Dacia.) Dale a la Dominica una medalla de esas que traemos benditas y una cinta tocada también en el santo.
Dacia
Toma, esta de plata. ¿De qué color quieres la cinta? ¿Azul?
D.ª Julita
No, que son celos.
Dominica
Por eso no. De ese mal ya me hubiera muerto... Pero como soy negrucha, dámela de otro color que me vaya a la cara.
Dacia
Toma esta grana...
Dominica
Muchas gracias... Pónmela al cuello, que quiero estar santa. ¡Dios te lo pague! ¿Y cómo les ha ido en la romería?
D.ª Julita
Allí muy bien. Muy atendidas y muy obsequiadas.
Dominica
Es verdad, que allí tenían ustedes familia.
D.ª Julita
¡Ay, no! Con la familia, nada; ni nos tratamos. ¡Valiente gentuza está! Los amigos... Y tú, ¿qué nos dices de tus cosas? Ya se sabía allí todo... Por supuesto, abultado. Daban por hecho que de esta tú te ibas con tu padre.
Dominica
¡Eso quisieran! Mire usté, no es que yo quiera santificar a Feliciano, pero ahora la que ha dao too el ruido ha sío la María Juana. Si él la perseguía, con que me lo hubiera dicho a mí, bastaba; yo hubiera visto lo que me cumplía hacer... Pero no, se ha ido publicándolo por todo el pueblo... pa que todos sepan que ella es muy santa... Y es lo que yo digo: ninguna mujer que quiere ser buena necesita de publicarlo... A todas nos habrán buscado, con una mira o con otra, de mozas y de casadas, que a todo hay quien se atreve, y no hemos ido pregonándolo; p. 24 que la honra de la mujer, cuanto más callá está mejor.
D.ª Julita
Y por fin, ¿se casa con tu cuñado?
Dominica
Así parece. Ahora se la lleva mi padre... Conmigo han venido hasta aquí y ahí están, pero ni siquiera quieren comer aquí, siguen pa el Sotillo. (A la Dacia.) Tú, ¿qué dices de todo esto?
Dacia
Nada... No creas que me importa. Si yo nunca he querido a José.
D.ª Rosa
Ni debe pensar en casarse... ¡con lo que se ve en los matrimonios!
D.ª Julita
Si está de Dios ya se casará. Como yo digo: no hay olla tan fea que no encuentre su cobertera. Ahora que aquí no hay mucho donde escoger...
Dominica
La Dacia me parece a mí que ya no tiene ilusión por ninguno. Tú no has querío más que uno... A Feliciano, ¿verdad?
Dacia
¡Qué cosas tienen!
Dominica
Yo no puedo hacer más que dejarlo viudo.
Dacia
¡No me digas eso!... Otras se alegrarían que no yo...
Dominica
Ya lo sé, que tú me quieres y que no eres como otras tantas, que porque él no las ha querío van diciendo y que son ellas las que le han despreciao...
Dacia
Yo sí que le quería. ¿Pa qué voy a decir otra cosa?
Dominica
Como le han querío ande quiera que se ha acercao... ¡Como que no hay otro como él! ¡Y mira que me tie hecho pasar!
D.ª Julita
¡No digas! Si yo no sé de qué pasta eres... Si a ti parece que te agrada que se rifen a tu marido.
Dominica
Pues le diré a usté. Me tengo desesperá miles de veces, cuando creía y que él podía querer a cualquiera otra... pero ya me he convencío y que no es así, que son ellas las que le quieren a él y en medio de todo pa mí es una satisfacción. ¡Todas por él y él por mí! ¿No es pa estar orgullosa?
D.ª Julita
Teniendo ese modo de ver...
D.ª Rosa
Sí que no lo entiendo. Yo, que solo ante la hipótesis de que mi marido no me guardaba todas las consideraciones debidas a una esposa, p. 25 he llegado al trance más doloroso para mí, al escándalo de una separación judicial...
Dominica
No le querría usté mucho, cuando se acostumbra usté a estar sin él.
D.ª Rosa
Le quería como debe querer una esposa; anteponiendo sobre por encima de todo su dignidad de esposa.
Dominica
En su clase de usté así será... Tienen ustedes otros miramientos... A mí también me están siempre con que no debía de consentirlo, mi padre y todos... Y algunas veces se lo he dicho a él; que no consentía más, que me iba con mi padre, que me desapartaba de él y se acabó todo. Pero él se echaba a reír, y ¿saben ustedes lo que me decía?: «¡Anda con Dios! Si te vas con tu padre yo me voy con otra.» ¡Y lo hubiera hecho como lo decía! ¡Ya ven ustedes quién iba a salir perdiendo! Y que no, señora, cuando me casé fue pa vivir juntos toda la vida y llevarle el genio con paciencia... Algo había de tener... Peor fuera que hubiera salido un borracho, o de esos hombres que por cualquier motivo ponen la mano encima a sus mujeres... o que hubiera enfermao de algún mal que no pudiera valerse... Muchas cosas que hubiera tenido que conllevar como conllevo esta, que mala es, pero es como todo, hasta acostumbrarse...
D.ª Julita
Y por lo que se ve, tú ya estás acostumbrada...
DICHAS y FELICIANO
Feliciano
¡Dominica!
Dominica
¿Qué quieres?
Feliciano
Tu padre y la María Juana que quieren irse; no consienten comer con nosotros.
Dominica
Déjalos estar; que se vayan cuando quieran. Voy a despedirlos, porque la María Juana, estando ustedes aquí, tendrá reparo de entrar... Es muy vergonzosa...
p. 26 D.ª Julita
Nosotras sí que nos iremos.
Dominica
Pero qué, ¿se van ustedes por eso?
D.ª Julita
No, mujer. Es que ya nos hemos entretenido bastante. A las doce que nos esperaban en casa. ¡Buenas nos pondrá Romualdo! ¡Pegará con el santo!
D.ª Rosa
¡Habremos de oírle mil abominaciones!
Dominica
Entonces no les digo nada.
D.ª Julita
Queda con Dios...
Dominica
Que ustedes sigan bien... Doña Rosa...
D.ª Rosa
Que siga usted tan buena y tan conforme.
Feliciano
Vayan ustedes con Dios... Voy a acompañarlas hasta el carro...
D.ª Julita
No te molestes...
Dominica
Voy yo también.
(Salen todos.)
MARÍA JUANA, el TÍO ANICETO y JOSÉ
Tío Aniceto
Ya han salío. Aquí no te ven... Aquí esperamos pa despedirnos. Pero, ¿vas a llevarte llorando toa la vida?
José
No sé por qué. Yo lo tengo too hablao con el tío Aniceto. Pa San Roque nos casamos. El tío Aniceto ya me ha dicho lo que él piensa hacer por parte suya.
Tío Aniceto
Ya lo sabe ella y no sé a qué vienen tantos lloros.
M.ª Juana
Si es que yo de too esto, no siento otra cosa más que de ver a la Dominica tan imparcial conmigo, que parece mismamente que al igual de agradecer y que yo no haiga hecho cara a su marido, le ha dao como rabia.
José
No te diré que así no sea, que la Dominica es de una conformidad que parece que se alegra con que toas le hagan cara al marido.
Tío Aniceto
Yo no he visto otra. Y que no sirve predicarla. Le estará muy bien cuando les llegue el día en que se haigan quedao sin naa, que ha de llegarles al paso que llevan... ¡Las tierras abandonás y en manos de unos y de otros! ¡El ganao lo mismo! Y ninguno a pagar y toos a pedir, y como toos se creen con derecho, unos que la mujer, otros que la p. 27 moza, así anda too, que esta casa parece la venta de mal abrigo... Pues yo les aseguro que lo que hace a lo mío no han de coger mucho, que yo veré de ponerlo too en orden y será pa quien deba de ser y me cuidie y me asista... que lo que hace la Dominica, ni me tie ley ni me la ha tenío nunca, que pa ella no hay naa que no sea ese hombre que la tie encantá como yo la digo... ¡Ese gallo alborotaor! que no es otra cosa más que un gallo alborotaor, como yo le digo... que es la vergüenza del mundo, que no vas por parte que no haiga dejao rastro suyo... Y ni tan siquiera respeta lo que más tenía que haber respetado siempre... (A José.) Y tú no seas tonto y lo que tenéis de vuestra madre sin partir entavía, hacéis las suertes y ca uno lo suyo.
José
En eso estoy.
M.ª Juana
¡A ver si vais a tener un disgusto!
Tío Aniceto
Él no pide más que lo suyo.
DICHOS, DOMINICA y FELICIANO
Dominica
Qué, ¿ya quieren ustedes irse?
Tío Aniceto
Sí, que quiero que lleguemos a buena hora, que ya van acortando los días y el camino tie ranchos muy malos.
Dominica
Como usté quiera.
Feliciano
Que vaya Pilaro con ustedes.
Tío Aniceto
No es menester naide.
Dominica
(A María Juana.) Bueno, mujer, no estés así.
M.ª Juana
(Llorando.) ¡Cómo quies que esté! ¡Cómo quies que esté! ¡Bien quisiera estar como tú!
Dominica
¡Creerás tú que no siento! Más que nadie cree. Pero yo no siento solo por esto, siento por muchas cosas que veo de venir. ¡Anda con Dios, anda con Dios! Y cuídame a padre; no te digo más. (Se abrazan llorando.)
Tío Aniceto
¡Vamos! ¡Dejarlo ya! Que se hace tarde... Quedar con Dios todos.
José
Hasta muy pronto.
p. 28 M.ª Juana
Hasta cuando quieras.
(Salen María Juana, Dominica y tío Aniceto.)
Feliciano
¿No vas tú con ellos?
José
No, me vuelvo al pueblo de seguida. Escucha... No quería decirte naa, pero...
Feliciano
Ya sé lo que quieres, que se parta lo que tenemos junto. La herrén de la encrucijá, la del arroyo y el pradillo de la Umbría. ¿No es eso? Too se hará, descuida.
José
Pues cuanto antes.
Feliciano
Mañana mismo. Por la mañana bien temprano me ties en el pueblo. ¿Te conviene así?
José
Bien está.
Feliciano
Pues hasta mañana.
José
Si Dios quiere.
(Sale.)
FELICIANO y DOMINICA
Dominica
¿Qué dice José?
Feliciano
Nada de particular... (Pausa.) Te habrás convencido que too esto ha sío cosa urdida de la María Juana... Pero tu padre se ha puesto de su lao, que ahora le ha entrao el amor por ella; pa que veas si es verdá lo que toos hemos dicho siempre.
Dominica
Ya lo he visto. Es que yo era tan tonta, que porque era mi padre creía que no había sío como toos... ¡Toos los hombres sois lo mismo! ¡Tocante las mujeres no miráis más que vuestro capricho! Y después sucede lo que sucede; hijos esperdigaos, hermanos sin saber unos de otros, que lo mismo puen llegar a quererse como no deben, que aborrecerse y matarse... ¡Todo contra la ley de Dios! ¡Todo por no tener conciencia los hombres! ¡Más vale que Dios no me haiga dao hijos!
Feliciano
Eso no lo sientes. ¿Pues pa qué estás siempre pagando misas y llevando cera a la iglesia?
Dominica
Pues mira, si alguna vez los he deseao no p. 29 ha sío por mí sino por ti; por ver si los de casa te sujetaban algo...
Feliciano
¿Los de casa? ¡Como si hubiese otros!
Dominica
¡Calla, calla! Y ya que ha sío, no los reniegues.
Feliciano
Que se te ha puesto en la cabeza...
Dominica
Mira que empiezo a contar y no acabo.
Feliciano
¡Quita! ¡quita! ¡No tengas ganas de músicas!
Dominica
Sí, sí, hazte el sordo de conveniencia.
Feliciano
Mira, ahí viene la Jorja con sus chicos; vendrán a ver si les has traído algo...
Dominica
A tiempo pa disimular. Como decía la otra: «¿Ande vas, hija, con esas coles?—Calle, madre, que tinto lo traigo...»
Feliciano
¡Mia que eres!
Dominica
Yo, ¿verdá? ¡Si me valiera!
Feliciano
¿Qué ibas a hacerme...?
Dominica
¡Anda, anda, que no quiero ni verte!
(Sale Feliciano.)
La JORJA, con dos chicas y tres chicos; DOMINICA, y después, GUBESINDA
Gubesinda
¡Vamos! ¡Andar y no os dé vergüenza, cualquiera diría que la teníais!
Jorja
(Dentro.) ¡Estos muchachos siempre han de sofocarla a una! ¡Calla tú, acidentá, que paeces acidentá!
Dominica
¿No quieren verme?
Gubesinda
¡Calla, mujer!
Dominica
Mira, que os he traído almendras... (Entran.) Anda, Gubesinda; en las alforjas verás un cucurucho de ellas.
Jorja
¿Cómo ha venío usté?
Dominica
Muy bien. ¿Y vosotros cómo andáis por aquí?
Jorja
Ya lo ve usté. Sí que está usté muy buena, pues nos habían dicho que no andaba usté bien de salú, pues pa mí que vale usté más que la última vez que la vide... vamos, vosotros; no decís na, di tú (Al mayorcito.) venga usté con Dios, señora ama, para servirla... p. 30 Luego bien lo charláis too cuando no hace falta.
Dominica
Están buenos todos.
Jorja
¡Gracias a Dios!... Estos no son míos.
Dominica
Ya lo sé... Estos son de la Ciscla.
Jorja
Y esta pequeña de la Engracia, pero a toos se les ha puesto de venir...
Gubesinda
(Entra.) Las almendras... y un cacho de pan pa ca uno... tomar... ¿Cómo se dice? ¿Habéis dao un beso a señora ama?
Dominica
No, a mí que no se acerquen con esas caras y con esas manos...
Gubesinda
¡Esta Jorja! ¡Mia que sois! ¿Por qué traéis así a estas criaturas, vamos a ver?
Jorja
¡Cualquiera pue con ellos! Toda la santa mañana ando tras de ellos pa lavarlos y peinarlos... ¡como no los matara!
Dominica
¡Quita, quita! ¡Si es que sois de lo que no hay! ¡No sé por que Dios os da hijos! Como no os dejéis lavar, bien lavaos, no hay almendras... Tú, Gubesinda, lava a estos de la Ciscla. Mira este... No hay más que mirarlo... ¡Qué cara de tunela! Como este otro... tú dirás de quién es esta cara...
Gubesinda
No mires, que no hay más... digo...
Dominica
Aquel regojo... Entre ciento los conoceré yo... Anda, anda... arreglarlos.
Gubesinda
Estos, de cabeza van al pozo ahora mismo.
Dominica
No los asustes...
Jorja
¡Déjate, yo los lavaré a toos!
Dominica
Dejarme a esta, que esta sí está lavada; así me gusta... La Engracia siempre ha sío más curiosa... Dame un peine, Gubesinda, y unas cintas azules que estarán ahí en ese cajón, que voy a ponerla unos moños... verás qué preciosa... Y vosotros no me parezcáis por aquí hasta que os vea yo muy bien lavaos... No tenéis la culpa vosotros... ¡Pero cuánto abandonadas seréis!
Jorja
¡Eso dirá usté! Estos chicos siempre han de sofocarla a una. Venir acá, condenaos, que me tenéis aborrecida: ya estáis andando, que os restriegue con un estropajo...
(Sale Jorja con los chicos. Suena un tiro.)
Dominica
¡Ay! Vamos, pues no me he asustao...
Gubesinda
Es el amo que anda tirando a las palomas.
p. 31 Dominica
Como no tiene con quien pegar, pega con las palomas... (Asomándose a una ventana.) ¡Feliciano! ¡Feliciano!
Feliciano
(Dentro.) ¿Qué quieres?
Dominica
Que no tires a las palomas; hombre, ¿no ves que puen tener pichones criando y se desgracian...?
Feliciano
Se les ponen a otras y los crían.
Dominica
Es que muchas conocen luego que no son suyos y los matan.
Feliciano
Bueno, déjalo, yo me divierto.
Dominica
Pues diviértete, hombre, diviértete... (Se sienta a peinar a la pequeña.)
Gubesinda
Es que este Feliciano se cree que todas las palomas son como la que él tiene, que en siendo criaos en el palomar, toos los pichones le parecen suyos.
Dominica
¿Soy yo esa? Pues es verdá... ¿Qué mal han hecho ellos? Ven acá, tú... Vas a estarte muy quietecita que voy a ponerte muy guapa... No digas que no es guapa... ¡Mira qué ojos! ¡Uy! ¡Qué ojos tan retepreciosos! ¿De quién son estos ojos? ¿De quién han de ser? ¡Como que no hay otros así en el mundo! (Besando con efusión a la niña.)
Gubesinda
¡Anda, anda! ¡Así está él de ufano!... ¡Hay que ver, señor, hay que ver!...
(Telón.)
FIN DEL ACTO PRIMERO
p. 33
Comedor en una casa de pueblo
GUBESINDA y el TÍO ANICETO
Gubesinda
Entre usted por aquí, que hay un buen brasero. El ama bajará de seguida. Anda en el sobrao. Hoy hemos estao de cochura. ¿Cuándo ha llegao usté?
Tío Aniceto
Anoche.
Gubesinda
¿Y para usté en casa de José y la María Juana?
Tío Aniceto
¡A ver!
Gubesinda
¡Tamién usté tie cosas! Teniendo la casa de su hija... ¿Qué dirán en el pueblo?
Tío Aniceto
Ya saben toos que no es por mi hija.
Gubesinda
Ni por el yerno tampoco debía de ser. ¿No vienen por aquí José y la María Juana los más de los días? ¿No van estos por su casa de ellos cuando les conviene? ¡Como debe de ser, señor! Entre hermanos... Y entre hermanas, tío Aniceto; no se haga usté el santo, que usté menos que nadie es el llamao a tirarle la piedra a Feliciano.
Tío Aniceto
Ni yo es que quiera hacerme más que ningún otro hombre... Pero yo nunca he sío escandaloso, y lo que he sío fue cuando era mozo y a nadie prejudicaba, que después toos saben cuál ha sío mi conducta.
p. 34 Gubesinda
Too lo cual no quita pa que ahora y haga usté cosas, qué quie usté que le diga, que no están ni medio regular.
Tío Aniceto
Pues luego, ¿qué malo hago yo?
Gubesinda
¿Pues no lo estamos viendo toos, que anda usté desbaratando su hacienda pa darles a los unos lo que les quita usté a los otros? Y eso no está bien. La María Juana será too lo hija que usté quiera, y naide vamos a tacharle a usté que haiga usté hecho lo que otros muchos en su caso... Pero no quita que la Dominica deba de ser siempre pa usté la primera, porque al fin es hija de su mujer de usté, que tendría toas las faltas que usté quiera, con aquellos repentes que la daban, pero a mujer de bien y de su casa no la ha ganao naide... Y otra cosa hubiera sío si no le hubiera faltao tan pronto a la Dominica... ¿Qué iba ella a haberle consentido a Feliciano lo que esta boba le ha consentío? Pero sea de ello lo que quiera, lo que anda usté haciendo no está bien, tío Aniceto, y toos tienen que tachárselo a usté, créase usté de mí...
Tío Aniceto
Pues yo le digo a too el que quiera oírme que yo no trato de prejudicar a naide; lo que hago es ponerlo too en orden pa el día de mañana... y el que andará corriendo esas voces será Feliciano, que estará deseandito que yo me vaya al otro mundo.
Gubesinda
Ahí tie usté, ahí ya va usté muy descaminao, que Feliciano será too lo que usté quiera, pero interesao toos sabemos que no lo es ni lo ha sío nunca, que si en algo peca es en no mirar más por lo suyo.
Tío Aniceto
Cuando se trata de salirse con su capricho, entonces tira y esbarata; pero no es así pa los suyos. ¿Cuándo ha llevao él a la Dominica como lleva José a la María Juana, que da gloria de verla hecha una señora? ¡Y su casa, cómo la tiene alhajá, que no hay otra igual en too lo de por aquí!...
Gubesinda
Y si usté sabe y que a la Dominica nunca la ha dao por componerse ni por el señorío... Pero no es que su marío le niegue nada... muy al contrario, que no va y viene una vez p. 35 de Madrid, o de Toledo, o de Talavera, que no le traiga algo, y ella es la primera en decirle y pa qué le trae na... Llenos están los cofres de cosas que ni siquiera se ha puesto.
Tío Aniceto
¡En cambio otras van muy compuestas a su costa!
Gubesinda
Y si la Dominica es así, ¿qué va usté a hacerle? ¿Querrá usté creer que, al igual de otras que se las llevarían los demonios, ella hasta parece que se alegra si alguien viene y le dice que Feliciano lleva a sus majas como unas reinas... y que si lucen y que si triunfan...? ¿Y querrá usted creer que si de alguna sabe que le ha dejao por otro es como sí la hubiean ofendío a ella? ¿Usté lo entiende? Pues no hay más, que así es, y yo cuanto más lo veo más me devano entre mí por entenderlo y menos lo entiendo.
Tío Aniceto
Mucho es que hoy no ha ido ella también a la boda de Francisco con la chica de la Pola...
Gubesinda
Pues mire usted, porque naide le ha dicho de ir por reparo, que lo que hace ella...
Tío Aniceto
¡También tie que ver ese apaño de boda! Tanto dicen que ha berraqueao el chiquillo en mitá de la iglesia, que la novia no ha tenío más remedio que cogerle en brazos pa que callara...
Gubesinda
¿Qué quie usté? Como se ha ido retrasando porque el novio ha estao con calenturas, pues se ha echao el tiempo encima y ha tenío que ser la boda con too ese lucimiento.
Tío Aniceto
Feliciano sí que habrá ido.
Gubesinda
Quería usté que faltara el padrino... También se fue p’allá mi marido sin yo saberlo, que ese sí que va a tener que oírme; que el amo al fin es el amo y pue hacer lo que le parezga, pero los que comemos el pan de esta casa, tanto tenemos que mirar por el ama y no ser parte en naa que puea ofenderla.
Tío Aniceto
Tu marido, en habiendo fiesta, pues ya se sabe...
Gubesinda
Demasiao y que lo sé, que no hay boda sin doña Toda, como le digo, pa ser la risión de toos ande quiera que se presenta...
DICHOS y DOMINICA
Dominica
Muy buenos días tenga usted, padre.
Tío Aniceto
Buenos los dé Dios.
Dominica
¿Cómo lo pasa usted?
Tío Aniceto
Así, regular...
Dominica
Ya sabía que había usté llegao anoche, pero tenga usté por seguro que como usté no hubiera venido por aquí, no era yo la que iba a verle a usté.
Gubesinda
¿Lo oye usté? Ya se lo he dicho, nunca ha debido de ir a parar allí, estando esta casa.
Dominica
¡Como allí tien más comodidades y más lujo!
Tío Aniceto
¡Será por lo que yo estoy acostumbrao! ¡Qué cosas dices!
Dominica
Tampoco otros lo estaban y ahora todo les parece poco...
Gubesinda
¿Quies algo?
Dominica
Tráeme el cesto de la labor, que me lo he dejao ahí fuera, encima del arcón.
Gubesinda
No, que te lo he traído yo... aquí lo ties... hasta luego.
(Sale.)
Tío Aniceto
¿Qué andas haciendo?
Dominica
¡Ya lo ve usté!
Tío Aniceto
Eso es pa algún chico...
Dominica
Nunca faltan pobres... Ahora que viene el invierno. ¿Y qué le parece a usté de la María Juana?
Tío Aniceto
¿Qué ha de paracerme? Que así hubiea yo querío verte, que más motivos tenías que no ella. Ya ves cómo tie su casa y cómo se ha afinao a su marido, y cómo se aplica a aprender de too en los libros... Siempre ha sido muy dada a la leyenda, no como tú, que de milagro aprendiste las letras... Pues bien quise yo educarte de lo mejor, que bien pequeña te pusimos en un colegio de los buenos que hay en Talavera. ¿Y qué saquemos? Que a los ocho días habías pegao a toas las muchachas y habías dicho a la señora toas las palabras feas que te había enseñao tu p. 37 abuelo, Dios tenga en gloria, que se divertía con eso...
Dominica
¡Así me han querío mejor que a otras, que se comen de envidia!...
Tío Aniceto
¡Es pa tenértela!
Dominica
Que andan toas detrás de mi marido como unas lobas...
Tío Aniceto
Pero, ¿quién anda? ¿Quies decirme? ¡Cuatro desgraciás, pobretonas, que por no morirse de hambre prefieren perder la vergüenza!... ¡Sí que es pa estar orgulloso!
Dominica
¡No diga usté, padre, no diga usté, que usté siempre quiere rebajar a Feliciano y echarle por tierra; siendo así que a usté le costa las mujeres muy principales que me le han traído siempre al retortero!... Ahí esta la Dacia, la de don Romualdo, la más rica y la más señorita de por aquí... ¡A ver! Porque Feliciano no la quiso, y esta es la hora que no ha consentido en casarse con ningún otro y todavía está loca por él, que bien lo veo, que se le come con los ojos... ¿Y con la de don Rosendo? ¿Qué pasó? Usted lo sabe. ¡Que tuvo que llevársela su marido del pueblo! ¡Y bien señora era y bien guapetona! Pero, ¿no pasó más? ¿No fuimos un día al Coto del Duque y estaba allí por casualidad, que había venido de Madrid, el administrador con su señora...? ¡Pero qué señora! ¡Hubiera usted visto! ¡De las más señoras de Madrid! ¡Ya ve usté, pa ser la señora del administrador de todo un duque!... Pero, no querrá usté creer de que así qué vio a Feliciano, ella no miró naa, ni que estaba con su marido, ni que estaba yo... Y yo no he visto señora tan guapa ni tan bien puesta; con unos pendientes y una de anillos... Y estoy segura que cuando Feliciano haiga ido a Madrid ella le habrá buscao... Y quisiera que la hubiea usté visto, pa que diga usté que toas son pobretonas y desgraciadas... Diga usté que si todavía tengo marido, es porque a los hombres no hay que llevárselos de sus casas pa tenerlos las mujeres.
Tío Aniceto
Esa es la lástima, que alguna no se lo ha llevao pa in eternum .
p. 38 Dominica
Será pa usté, que pa mí no... Que hasta cuando pienso que tie que llegar el día que Dios se nos lleve al uno y al otro, no hago más que pedirle que sea yo la primera. Conque ya ve usté; ni la muerte, que es de Dios, me conformo con que me lo lleve, cuanto más ninguna que haiga nacío de madre...
Tío Aniceto
Pa qué vamos a disgustarnos. Dejemos ese punto, que yo he venío a tratar otro negocio.
Dominica
¿Conmigo na más?
Tío Aniceto
Y con Feliciano, con los dos... Él ya sé que anda de boda.
Dominica
Sí. Luego vendrán por aquí a que se les dé un trago...
Tío Aniceto
De modo que hoy no será día pa tratar de na...
Dominica
Tampoco tendrá usté tanta prisa. ¿No estará usté unos días en el pueblo?
Tío Aniceto
No quisiera estar más de mañana a la tarde..
Dominica
Pues usté dirá, padre.
Tío Aniceto
Pues el asunto es que José quiere que yo sus diga...
Dominica
¿Es asunto de ellos? ¿Y no tienen ellos boca pa hablarlo? ¿Lo ve usté? Con esas cosas sí que no puedo. ¿No nos estamos viendo todos los días? ¿Que es lo que quieren? Ya lo sabemos. Que Feliciano les venda su parte en la Umbría. ¿No es eso?
Tío Aniceto
Eso mesmo. Como la otra mitad es de José y Feliciano no se cuida de su parte ni pa él sinifica na...
Dominica
Siempre me tie dicho que no la vende por ningún dinero y pa ellos menos...
Tío Aniceto
¿Y quies decirme qué es eso, sino una malisma intención? ¿Pa qué quie él su parte de la Umbría más que pa que coman cuatro galopos holgazanes...? El de la Ciscla, este Francisco que se ha casao hoy con la chica de la Pola, na más que por eso, los del molino... ¡Un buen rato de tunos!
Dominica
A mí no me cuente usté nada. Es voluntad de Feliciano y pa mí es bastante....
Tío Aniceto
Es que si tú fueas como debías de ser, no debías de consentirlo. ¿Es decir, que no hace p. 39 por su hermano lo que hace por toos? Di que la María Juana le hubiea hecho cara... Pero como se ha hartao de despreciarlo...
Dominica
¿Despreciarle? No lo hemos visto. Antes porque la convenía, porque entre casarse bien y amigarse mal, ninguna hay tan tonta que dude... Diga usté que José no la hubiea querido, hubiéamos visto... lo que hemos de ver todavía...
Tío Aniceto
¿Vas a tener el valor de decir que a la María Juana le importa de Feliciano? ¡Eso quisiera él!
Dominica
¡Eso quisiera ella, que a él le importara!...
Tío Aniceto
Si se burla de él a toas horas. De lo que presume, que se cree que ande esté él ya no hay otro...
Dominica
¿Y ella qué se ha creído? Porque ande siempre con blusa de seda y el boas colgao del pescuezo y las botitas de rusel pa pisar los chinarros del pueblo, ¿qué pega aquí to eso? ¿Y pa qué es tanto componerse? ¿Na más que pa su marido?
Tío Aniceto
¿Creerás que es pa el tuyo? ¡Qué bien le agradeces que si no fuera por lo que ella te quiere, ni vendría a tu casa ni hubiea vuelto a cruzar la palabra con Feliciano!...
Dominica
¡Eso dirá ella!... Diga usté que Feliciano mira hoy que es la mujer de su hermano y...
Tío Aniceto
¡Calla, calla! Que no paece sino que quisieras que no lo mirara... Pues ten cuenta que si Feliciano se propasara un tanto así y José llegara a enterarse, no quieas saber lo que sucedería, que le he oído respirar en ese sentido... Conque ya puede mirarse.
Dominica
Ella es la que tie que mirarse y no presumir tanto de que ha despreciao a nadie... No vaya a cansarse Feliciano de tanto desprecio y se olvide de too...
Tío Aniceto
Si la que se olvida de too eres tú... que suponiendo que ella le hubiera querido a Feliciano, que le quisiá ahora mismo, más de agradecerle que haiga ella mirao lo que tú no miras... que es tu marido y que eres su hermana... que nunca creí tener yo que decírtelo.
Dominica
Eso sí: que me diga eso, que me diga que le p. 40 quería, que le quiere, como es la verdad... pero que no venga a presumir, porque él la respete, de que es ella la que le ha despreciao. Ahí está la Dacia que sabe que a mí no me ofende que quieran a mi marido.
Tío Aniceto
Ya se ve que no...
Dominica
Y pa ser honrada no se necesita ir diciendo que es ella la que no le ha querido, sino too lo contrario... Y ahí tiene usté a la Dacia, la quiero yo como a una hermana, bien lo sabe ella... Pero la María Juana quiere ser más que todas... Y eso... a mí con orgullos... no... ¡Ya lo sabe!... Que yo también tengo mi orgullo.
Tío Aniceto
Bien se ve, bien se ve que ties tu orgullo, pero mira y ande demonios has ío a ponerlo.
DICHOS; GUBESINDA, y después FELICIANO, FRANCISCO, PILARO y el TÍO BEBA
Gubesinda
Acá vienen toos los de la boda con el amo.
Dominica
Que no pasen del portal, que lo ensuciarán todo. Y dales vino y hojuelas.
Gubesinda
La que me paece que no viene es la novia. ¡Le habrá dao reparo! Alguna vez habían de tener vergüenza.
Dominica
No digas nada, mujer...
Feliciano
(Dentro.) ¡Dominica! ¡Dominica!
(Entra.)
¡Acá estamos toos!
(Aparecen en la puerta Pilaro, Francisco y Tío Beba. Detrás Mozas y Mozos.)
Dominica
No me paséis de la puerta, que vendréis perdidos de barro... Ahora voy...
Feliciano
Nosotros sí... Entra, Francisco, entra...
(Entra Francisco, Pilaro y el Tío Beba.)
Vosotros, quedaros ahí fuera y bailar y cantar y que os den un trago...
Todos
¡Viva el padrino! ¡Viva!
Voz
¡Que viva la señora Dominica!
Todos
¡Viva!
Feliciano
¡Tío Aniceto! ¿Qué, está usté aquí?
Tío Aniceto
Aquí he venío. Ya te veo de padrino.
p. 41 Feliciano
Qué se va a hacerle... Tenga usté un cigarro... son superiores.
Tío Aniceto
Tú no lo gastas menos...
Feliciano
Aquí ties al novio, Dominica.
Dominica
Ya le conozco. Por muchos años....
Francisco
Y que ustedes lo vean con salú... y la compañía...
Dominica
Mala cara ties todavía...
Francisco
Me cogieron unas calenturas, ende el verano pasao, pero ya voy mejor...
Gubesinda
(Al Tío Beba.) ¿Y qué has ío tú a pintar a la boda...? ¿No sabías que hacías aquí más falta...?
Feliciano
Le dije yo que viniera...
Pilaro
Pues podía haber faltao... ¡Lo que nos ha hecho de reír! ¡Las cosas que a él se le han ocurrío en la iglesia! ¡Y siempre que viene a una boda se le ocurre lo mismo! Y siempre nos reímos con él lo mismo.
Gubesinda
¡Y lo que habrás bebío a estas horas! Apestando vienes...
Tío Beba
¿Estáis oyendo? Lo que es tener nota de algo en el mundo... ¿Qué he bebío yo? Vosotros podéis decirlo que habéis bebío lo mismo que yo... ¿Qué he bebío yo?
Pilaro
Lo mismo que toos, tía Gubesinda.
Tío Beba
Hay que alvertir que la primera en alegrarse de que yo me alegre es ella, porque sabe que a mí no me da por faltarle a naide, ni por pegar a la mujer como a otros; el tío Catalino, pongo por caso... sino too lo contrario... ¿Verdá, Gubesinda?
Gubesinda
¡Calla, calla!
Tío Beba
Pero es que estas mujeres al igual de taparle a uno las faltas que tenga, las publican... que no ha sío naide más que ella la que me ha puesto a mí la nota de borracho en el pueblo.
Tío Aniceto
Es que como te dicen tío Beba...
Tío Beba
¿Pero, quién no sabe por qué me lo dicen? Porque se lo decían a mi abuelo, y al primero que se lo dijeron fue a mi bisabuelo y no fue tocante a la bebida ni muchísimo menos, que fue por buen español... por pa... pa...
Feliciano
¡Patriota!
p. 42 Tío Beba
Eso...
Gubesinda
Ya sabemos toos la historia.
Tío Beba
Siempre hay alguno de fuera que no la sabe y nunca falta quien puea creerse que lo de llamarme tío Beba, es porque yo beba... Pues no señor, fue que cuando andaban los franceses por España, llegaron aquí tamién y fueron, y lo primero cogieron a mi bisabuelo que era entonces alcalde, y le dijeron que les había de dar de comer y de beber, que si no y que le mataban... ¡Y él les dio de comer y de beber! ¡Qué remedio! ¡Quién no hubiéamos hecho otro tanto! Y cuando estaban toos bien comíos y bien bebíos cogen a mi bisabuelo, me lo suben encima una mesa y ende allí, subío como estaba y que había de decir como ellos: «¡Viva Francia y vivan los franceses!», y «¡Viva el rey de los franceses!» Que de no y le mataban... Y caa vez que ellos gritaban «¡Viva!», mi bisabuelo no decía más que «¡Beba!» Ellos venga «¡Viva Francia!», y él, «¡Beba!»; «¡Vivan los franceses!», y él siempre, «¡Beban!» Y como ellos, a la cuenta, no le entendían bien, o no les sonaba mal lo de beba, pues no le mataron, pero él se salió con la suya y too el tiempo no le hicieron decir nunca «¡Viva!», más que «¡Beba! ¡Beba!» Y como luego se supo, le quedó de ahí el nombre de Tío Beba, y de ahí nos vino a toos, y de ahí me lo llaman a mí, que no es por naa malo, me parece.
Pilaro
Y que es la verdá, así como lo cuenta, que yo se lo oí contar a mi abuelo.
Tío Beba
Pues, luego, ¡qué había yo de decir una cosa por otra! Así fue y toos lo saben... Ahora que cuando llega un día que hay que alegrarse como hoy, y toos dicen: «¡Vivan los novios! ¡Viva el señor padrino! ¡Viva señora ama!», pues yo me acuerdo de mi bisabuelo, y digo: «¡Beban! ¡Beban!» ¡Y bebo!...
Feliciano
Muy bien dicho... Ya se armó el baile... Andar vosotras, sacarles vino. Vamos todos; venga usted también, tío Aniceto.
Tío Aniceto
Yo me vuelvo pa casa. Ya volveré. Quería hablar contigo, aunque ya he hablao lo bastante con la Dominica.
p. 43 Feliciano
Pues no se vaya usted, hablaremos... Tráenos aquí ese vino dulce bueno...
Dominica
Tráete las hojuelas, Gubesinda.
Tío Beba
¡Viva señora ama!
Dominica
Gracias, hombre.
(Salen.)
Tío Beba
¡Viva la Gubesinda!
Gubesinda
¡Anda, anda! Que no ties vergüenza de haber ido a la boda.
Tío Beba
¡Pues peor ropa llevaba el novio y tan contento! ¿No es verdá, Francisco?
Francisco
¡Qué cosas dice usted, tío Beba!
Pilaro
¡Sí que te ha dicho cosas!
Tío Beba
Las mismas que te dije a ti cuando te casastes... Es el día que a toos nos leen el Evangelio.
(Salen todos menos Feliciano y el tío Aniceto.)
FELICIANO y el TÍO ANICETO; después GUBESINDA
Feliciano
Vamos, siéntese usted que van a traernos de un vino muy rico; que usted nunca quie na conmigo... Y yo no quiero decirle a usté na de que haiga ido usté a casa de José, ni de otras cosas que usté hace, porque no quio que riñamos, pero usté no me quie como yo le quiero.
Tío Aniceto
Pue que algo más.
Feliciano
No, señor; que no me ha querío usté nunca, y yo no he sío malo pa usté. ¿He sío yo malo pa usté alguna vez...?
Tío Aniceto
Pa mí no.
Gubesinda
(Entrando.) Aquí está el vino dulce y hojuelas.
Feliciano
Déjalo ahí too. ¿Les habéis dao vino a esos?
Gubesinda
Sí, señor. Al corral se han salío toos de bailoteo.
Feliciano
Que beban too lo que quieran.
Gubesinda
¡Eso es, como usté no tie luego que bregar con ellos!
Feliciano
Deja esa botella.
Gubesinda
¡Verá usté tamién!
Feliciano
¡Tú no calles nunca!
Gubesinda
¡Allá usté! Pero usté, tío Aniceto, no beba p. 44 usté mucho, que aquí ya sabe usté que tien por gracia emborrachar a too el que llega forastero.
Tío Aniceto
No hay cuidao.
(Sale Gubesinda.)
Feliciano
¿Es o no es el vinillo?
Tío Aniceto
Sí es un vino.
Feliciano
Pues mañana le mando a usté media arroba a su casa. ¡Pa que usté vea si yo le quiero! Ande usté con otra hojuela, pa andar luego con otra copa, que estas copas no hacen na. ¡Mire usted qué finura de copas!
Tío Aniceto
¡Déjame estar, que estos vinos dulces son mu traicioneros!
Feliciano
Too es irse de aquí a la cama, abuelo. ¿Por qué no ha de quererme usté, vamos a ver, si yo le quiero a usté?
Tío Aniceto
Bueno está, hombre.
Feliciano
¡No se enfade usté nunca conmigo!
Tío Aniceto
No bebas más.
Feliciano
No me hace naa... Ande usté tamién. Entre usté con las hojuelas pa entrarle mejor al vinillo. ¿O quie usté mejor una tajá de algo?
Tío Aniceto
Déjate, hombre, si he comío al mediodía.
Feliciano
Ya me supongo que habrá usté comío. ¡Que me alegro de verle a usté! Si usté no pue estar enfadao conmigo...
Tío Aniceto
Bueno, pues lo que yo quería hablar contigo es pa ver si puede arreglarse lo que quie José de la Umbría, que a los dos os conviene que de no ser así yo no te diría palabra.
Feliciano
¿Lo ha hablao usté con la Dominica?
Tío Aniceto
¡Ya lo he hablao con ella!
Feliciano
¿Y qué dice?
Tío Aniceto
Que lo que tú digas, pero que tú has dicho que no y menos pa ellos.
Feliciano
¡Cosas de las mujeres! Toas son lo mismo... usté sabe lo que son.
Tío Aniceto
No pongas más, hombre.
Feliciano
¡Toas son lo mismo!
Tío Aniceto
Pero los hombres no hemos de llevarnos por ellas... ¿Quie decir que de tu parte no hay inconveniente?
Feliciano
Ninguno. Pero yo sé que la Dominica va a disgustarse y yo no quieo disgustos. En la familia no tenía que haber nunca el menor disgusto, y de mi parte no lo habría nunca. p. 45 Usté hable con la Dominica, que usté es su padre... Y pa mí es usté mi padre tamién... ¡Yo no soy malo, abuelo! Eso es lo que siento, y que no haiga en esta casa una docena de muchachos pa llamarle a usté abuelo...
Tío Aniceto
Con la mitad de los que andan repartíos...
Feliciano
Tampoco es verdá eso; mucho es que han dao en decirlo... ¡Ande usté con otra! Pa que esté usté más templao pa convencer a la Dominica, que por mí no tie usté que decirme naa. Suya es la parte de la Umbría y too lo que quieran, basta que sea gusto de usté... Pa que usté vea si me niego a naa que usté me pida...
DICHOS, DOMINICA, DOÑA JULITA, DOÑA ROSA y la DACIA
D.ª Julita
Muy buenas tardes tengan ustedes.
Feliciano
Ah, que son ustedes. Buenas tardes.
Tío Aniceto
¿Cómo lo pasan ustedes? ¿Y su esposo?
D.ª Julita
Así anda, con sus dolores.
Dominica
Van ustedes a tomar unas hojuelas, y de este vino, que pa eso las traigo a ustedes, que a todos no se les puede dar de esto... Siéntense ustedes... Ande usté, doña Rosa; tú, Dacia, usté, doña Julita...
Feliciano
Una copita.
Dominica
Espera, hombre, que saque más copas.
D.ª Rosa
¡Ay, a mí licores, no!
Dominica
Si es muy dulce...
D.ª Julita
Están muy finas estas hojuelas. ¿Las has hecho tú?
Dominica
Yo, sí señora,.. Tome usted otra.
D.ª Julita
En casa no nos salen tan finas...
Feliciano
Y usté otra copita. (A doña Rosa.)
D.ª Julita
No, Feliciano, que no tiene costumbre y luego le da por llorar...
D.ª Rosa
¡Es tan dulce!
D.ª Julita
Venimos de casa de María Juana, por cierto que nos dijo que ella venía aquí también... quedaba arreglándose...
Dominica
¡No faltaba más que ella no se compusiera para venir aquí!
p. 46 D.ª Julita
Hija, hoy tenía puesta otra blusa. Seis le llevo contadas, todas de seda... Esta de hoy es de un color canario...
Dacia
No me gustaba... Una que tiene de un color naranja es la más preciosa...
Tío Aniceto
Pues si ustedes no mandan algo...
Dominica
¿Se va usted, padre?
D.ª Julita
Vaya usted por casa, que Romualdo tendrá mucho gusto de verle... Le contará a usted las cosas de aquí, que serán por el estilo de las de allí.
Tío Aniceto
En toas partes es lo propio...
D.ª Julita
Pero allí no tendrán ustedes un alcalde tan bestia y un juez tan sinvergüenza, con unas mujeres tan sopladas y tan tarascas. ¡Qué gente!
Tío Aniceto
Ya me pasaré por allí si tengo un rato... ¿Conque puedo decirle a José que por ti no hay inconveniente?
Feliciano
Ninguno... por mí...
Dominica
¿A qué dices que no hay inconveniente? ¿Al asunto de la Umbría? ¡Ya se ve! Has estao aquí bebiendo, y a ti cogiéndote así, te llevan ande quieren... ¡Pues no se salen con la suya! Dígale usté a José que no, ¿estamos? que no; que lo ha dicho Feliciano.
Feliciano
¿Lo ve usted como es ella?
Tío Aniceto
Entonces, ¿qué digo? ¿Que lo has dicho tú o que lo ha dicho ella?
Dominica
¡Tú, tú!... ¡Lo has dicho tú!
Feliciano
Bueno, diga usted que ha dicho ella que lo he dicho yo.
Tío Aniceto
¡Cualquiera ata dos cuartos de cominos contigo! ¡Qué hombres!
Dominica
Si usted no le hubiera hecho beber más de la cuenta pa cogerle la palabra...
Tío Aniceto
¿Pue que digas que soy yo?
Dominica
¡Como usté no mira más que por la María Juana!
Tío Aniceto
¡Habla lo que quieras que me voy por no oírte!
(Sale.)
Dominica
¿Pero habías sío capaz de dar tu consentimiento? Pa que se rían de ti.
Feliciano
¡No te sofoques, mujer! Dices que no, pues no... No quiero yo belenes por cosas que na me importan... ¡Se ha terminao!
p. 47 D.ª Julita
¡Cuestiones de familia!
D.ª Rosa
¡Qué mundo este! ¿A quién le faltará algo?
D.ª Julita
Pero no os disgustéis vosotros.
Feliciano
Nosotros... no...
D.ª Rosa
¡Ay, Jesús mío!
Dacia
¿Qué le pasa a usted, tía?
D.ª Rosa
¿Qué ha de pasarme? ¡Todo me recuerda mis disgustos!
Dominica
¡Si aquí no hay disgustos! Ea, vamos a ver bailar a esa gente. Y que baile también la Dacia.
Dacia
Yo no bailo nunca.
Dominica
Pues hoy ties que bailar con Feliciano...
Dacia
¡Correndito! ¡Quita!
D.ª Rosa
¡Ay! ¡Ay!
Dacia
¡Pero tía! ¿Qué le pasa a usted?
Dominica
¿Está usted mala?
Feliciano
¿Pero qué acuerdo le ha dao para ponerse así?
D.ª Julita
No hagáis caso; si es la pizca de vino que ha bebido. Siempre le sucede...
Feliciano
¡Vamos! Entonces, acostarla...
Dominica
Que le dé el aire, vamos, doña Rosa.
D.ª Rosa
¡Ay, yo me muero... yo me ahogo! Se me anda todo...
Dacia
Agárrese usted. (Doña Rosa se agarra con fuerza a Feliciano.)
Feliciano
¡Que se priva!
Dacia
¿Qué hace usted? ¡A mi tía!
Dominica
Con el aire se le pasa... vamos, doña Rosa.
D.ª Rosa
¡Ay, Jesús mío! ¿Qué dirán ustedes...?
Feliciano
No decimos naa. A cualquiera le sucede otro tanto...
Dacia
Ande usté, tía...
(Sacan entre todos a doña Rosa. Salen todos menos Feliciano.)
FELICIANO y GUBESINDA; después la DACIA; después DOMINICA
Gubesinda
¿Pero qué le ha dao a doña Rosa?
Feliciano
¡A la cuenta que se ha amonao!
Gubesinda
¡Va llorando como una madalena!
Feliciano
¡Se acordará de su marido!
Gubesinda
Voy a hacerle un poco tila. Dice el ama que ella la puso aquí. No la encuentro. ¿Ande andará la tila?
p. 48 Dacia
(Entrando.) ¡Gubesinda!
Gubesinda
¿Qué manda usté?
Dacia
Que no busques la tila, que no está ahí...
Gubesinda
Ya decía yo...
Dacia
Anda, ves a hacerla, que yo llevaré una taza y el azucarero...
(Sale Gubesinda.)
Feliciano
¿Se le ha pasao ya?
Dacia
¡Calla, si hemos tenío que acostarla!
Feliciano
Eso es de los nervios. No se pue estar sin marido...
Dacia
Eso será...
Feliciano
¿Tú no ties nervios?
Dacia
¡Suelta!
Feliciano
¡Cuidao que estás guapa!
Dacia
¡Feliciano, que grito! ¡Feliciano!... ¡Que no quiero gritar!
Feliciano
¡No seas tonta!
Dacia
¡Suelta, bruto! ¡Vamos, Feliciano!
(Entra Dominica.)
¡Ay! ¿Lo estás viendo?
Dominica
La que lo está viendo soy yo. Vaya, que a lo primero ya he visto que ha sío él, pero a lo segundo ya te has dejao tú...
Dacia
¡Ahora vas a creerte que ha sío así! ¡Ha sío él, ha sío él! ¡Que lo diga que ha sío él!
Feliciano
Ya lo habrá visto.
Dominica
Tanto que lo he visto... ¿Pero vas a llorar?
Dacia
Es que vas a decir que yo he sido consentidora... Que te diga cómo ha sío... ¡Bien descuidá estaba yo!
Dominica
Anda, anda; que no te vea tu madre llorar... que va a creerse otra cosa.
Dacia
Eso es... tú te ríes. ¡La vergüenza que ya estoy pasando! ¡Bien descuidá estaba yo!
Dominica
Anda, anda, que yo le diré a este cuántas son cinco... ¡Que no vayas así ande está tu madre!...
(Sale la Dacia llorando.)
DOMINICA y FELICIANO
Dominica
¡Del sofoco cae mala! ¡Cómo eres!
Feliciano
¡Si ha sío por reírme! ¡Como es tan vergonzosa!
p. 49 Dominica
¡Por reírte! De la pobre que toavía no se ha olvidao de ti. Si es que has andao too el día bebiendo y no sabes lo que te haces.
Feliciano
Como le veis a uno siempre serio, un día que está uno alegre, ya tie que ser que ha bebío...
Dominica
¿Serio tú? Conmigo... Candilito de casa ajena... ¡Uy! ¡Te acogoto!
Feliciano
¡Suelta, que haces daño!
Dominica
¡Anda, anda! ¡Castigo! ¡Que eres mi castigo!
Feliciano
¡Vamos, deja!
Dominica
Escucha... Quisiera preguntarte una cosa...
Feliciano
¿Qué será ello?
Dominica
De cuando fuiste novio de la Dacia. No, no te pregunto naa, que quiero saberlo too, y luego me da mucha rabia...
Feliciano
Si lo que se dice novios no lo fuimos ni tan siquiera ocho días. Si cuando yo hablaba con ella yo ya tenía determinao no casarme más que contigo... Como así fue...
Dominica
¡Así fue! Pero con las fatigas del mundo que toas andaban tras de ti, y toas más cerca de ti, que yo estaba en mi pueblo con mi padre... Y toos los que venían me decían lo mismo... Ahora habla con la fulana, pues ahora es con la mengana... y ca día era una y así toos los días... Y yo más que callar, callar y pensando pa mí... ¿Y qué voy a hacerle? Él vendrá si es de ley... Y de ley no eras ni lo serás nunca... Pero tú vinistes y pa mí fuistes y pa mí eres. (Le abraza.)
Feliciano
¡Suelta! ¡Que viene gente!
Dominica
¡Que venga! Que no siempre tengo de ser yo la que llegue cuando estés abrazao con alguna otra...
DICHOS y MARÍA JUANA
M.ª Juana
¡Así está bueno!
Dominica
¡Hola! ¡Que eras tú!
M.ª Juana
¡No os privéis por mí!...
Dominica
¡Claro que no!
Feliciano
¡Quita, tonta!
p. 50 Dominica
¡Ay, que le da vergüenza! ¿Has venío tú sola?
M.ª Juana
No, con José... Ahí está con los de la boda... ¿Conque tenéis aquí toda la fiesta?
Dominica
¡Como Feliciano ha sío el padrino!
M.ª Juana
¡Ya lo sé, y mucho es que tú no has sido la madrina!
Dominica
Que no me han hablao de serlo...
M.ª Juana
Ya sé que por ti...
Feliciano
¡Que elegantona andas!
M.ª Juana
Ya lo ves...
Dominica
Pa que reparen en ella como tú has reparao.
M.ª Juana
Para que mi marido no tenga que reparar en otras... Gusto suyo es, que yo me he pasao toa mi vida sin nada de esto... Pero si ha de gastarse más vale que se gaste en casa... Y mejor que parecerte mal debías de aprender...
Feliciano
¿Dices que está ahí José...? Voy a buscarle.
M.ª Juana
¿No te gusta la conversación?
Feliciano
Ni sé lo que habláis... Tengo que tratar con José de un asunto...
Dominica
¿El asunto? Ya está too hablao... A ver qué le dices tú ahora...
Feliciano
¡No tengas cuidao, mujer!
(Sale.)
DOMINICA y MARÍA JUANA
M.ª Juana
Ya nos lo ha dicho tu padre, y que eres tú la que no quiere. ¡Bastaba que fuera conveniencia nuestra! ¡Si fuera pa otros!... ¡Como tenéis aquello tan aprovechao!
Dominica
Por eso mismo... Los que viven de aquello, si los echaran de allí, tendríamos que llevarlos a otra parte, que no se iba a dejarlos sin comer... De modo que bien están allí... Sobre too ca uno se entiende en su casa y con lo suyo y a nadie le importa.
M.ª Juana
No, si contigo está visto que pa conseguir algo no hay más que un camino.
Dominica
¿Cuál?
M.ª Juana
¡Bien lo sabes! ¡Si es que parece que pa ti es un orgullo que no haya mujer que no p. 51 haya tenío que ver con tu marido! ¿Es que quieres ser tú la única honrada? Pues no eres tú sola, que otras han sabío despreciarle y ya que no han podido ser su mujer como tú... no han querío ser como esas otras...
Dominica
Ya te explicas... Como esas otras... no, porque querían ser más, tanto como yo... lo mismo que yo... ¡Y eso no ha habío quién! Que él se divierte con toas y se ríe de toas, pero su mujer no hay más que una... ¡Yo!, ¡yo!..., y naa más que yo, por cima de toas...
M.ª Juana
¡Porque no ha llegao una que ha sabío quitártelo!
Dominica
¿Quién iba a ser esa?
M.ª Juana
Yo lo hubiera sido, pa que lo sepas, pa que no lo agradezcas ahora...
Dominica
¡Falta que él hubiera querío!
M.ª Juana
¡Él bien quería, como quiere a todas! Y voy a decirte más... yo le quería también como no he querido a ninguno...
Dominica
¡Ah! ¿Ya lo dices? ¡Si tenía que ser!
M.ª Juana
Pero le quería como no le has querío tú nunca, pa mí sola, y he sufrido más que tú, cuando veía lo que veía y me he consumido más que tú... Pero yo no quería ser como toas esas... diversión pa un día... y lo que yo hubiera querido ser, lo que hubiera podido ser si me lo hubiera propuesto, no lo he querido ser por ti; porque nos hemos criado juntas, porque no he comido más pan que el de tu casa toda mi vida... porque todos decían que éramos hermanas... y así debe de ser cuando tu padre ha hecho por mí todo lo que ha hecho... Pero tú no sabes lo que yo he sufrido, lo que yo he pasao pa mí sola. Desde que te casaste y vine a esta casa contigo, porque tú no querías separarte de mí... ¡Pa mí no ha había más hombre que él! Al principio era yo una mozuela y él no reparaba en mí como en una mujer, bromeaba conmigo, delante de ti mismo... Y yo, no querrás creerlo, temblaba toda de pies a cabeza solo que él me mirase... Pero un día me miró de otro modo, debí de parecerle ya una mujer y me habló de otro p. 52 modo también... ¡Y aquel día! ¡Lo que lloré aquel día! Hubiera querido marcharme de tu casa, hablé para irme a servir en otra parte, a otro pueblo, lo más lejos... ¿Pero qué hubiera dicho tu padre? ¿Qué hubieras dicho tú? En esto, José, también andaba tras de mí... me dijo que me quería pa casarse, que él hablaría con tu padre, y si tu padre consentía en darme algo... por lo que decían todos... que nos casábamos... Y yo vi que era el modo de no perderme... porque ca día que estaba en tu casa era mi perdición... Por eso dije a toos que Feliciano me perseguía, pa salir de aquí cuanto antes, pa que entre toos me defendieran, porque pues creérmelo como te lo digo, como te lo juro, si yo hubiera sío un día de Feliciano, tenía que haber sío él mío pa siempre... Yo no sé querer como tú, pa que me quieran así prefiero que no me quieran... ¡Ahí tienes lo que yo he hecho por ti, por toos; ahí tienes lo que yo he pasao!... Ahí tienes por qué me he casao con José... que es su hermano... Y ahora él tiene que respetarlo y no acordarse más de mí... aunque yo me acordara de él... ¡Ya lo sabes! Ya he pasao la vergüenza de decírtelo too... ¡Ya puedes estar orgullosa! ¡También yo le he querido!... pero no como esas... También yo he sufrido por él... más que tú... que tú has podido tener celos de las que pa él valían menos que tú, pero yo los he tenido también de ti, que eres su mujer y eres mi hermana... y erais los dos todo lo que yo quería en el mundo. (Rompe a llorar.)
Dominica
¡Mujer! ¡Mujer!... ¡No llores así! ¡Si te hubieras confiado de mí siempre!... ¡Si me hubieras hablao como ahora!...
M.ª Juana
Nunca te hubiera dicho nada, si no hubiera visto que tú me ibas tomando como odio, más cada día... que te creías de mí... Yo no sé lo que te creías...
Dominica
¡No lo sé yo tampoco! Que too era orgullo, envidia de mí y pa él... no, a él siempre me he creío que le querías; por eso me daba más rabia que quisiáis decir que era desprecio... ¡Si no podía ser! Si cuando él quiere, p. 53 ¿qué mujer se le niega? ¡Si solo con mirarte paece que te manda en la voluntad!... ¡Si tie perdón toa la que se pierde por él!... Y tú que le has querido y has sabido guardarte... ahora es cuando me pareces buena y honrada, cuando te miro como a hermana y tenemos que serlo siempre.
José
(Dentro.) ¡María Juana!
Dominica
¡Que no vean que hemos llorao!
M.ª Juana
¡Buena cara tienes pa no conocerlo!
Dominica
¡Pues anda que tú!...
DICHAS, FELICIANO y JOSÉ; después, PILARO
José
¿María Juana?
Dominica
¿Cómo te va, hombre? ¿No saludas?
José
¿Por qué no? Ya te veo buena... Nos vamos...
Dominica
¿Tan pronto?
José
No tenemos naa que hacer aquí... ¿Has oído?
Feliciano
Se ha incomodao porque le he dicho lo que había. ¡Qué vamos a hacerle!
José
La culpa la tengo yo por haber puesto nunca los pies en esta casa... yo y mi mujer... ende que pasó lo que pasó... Pero porque no digan que es uno el que trae contiendas en la familia...
Dominica
¡Bueno! ¿Qué estás ahí hablando de más? ¿Pue saberse? Que te lo hablas tú solo... ¿Qué te ha dicho Feliciano? ¿Lo que te había dicho su padre...? Pues has cuenta que no han dicho naa uno y otro. La Umbría es vuestra y no hay más que hablar...
Feliciano
Pero, ¿qué dices?
Dominica
Ya lo hemos tratao yo y la María Juana en este tiempo.
José
¿Y habéis llorao pa eso?
Feliciano
Pero, ¿ha habío lloros? ¿Qué habréis tratao vosotras?
Dominica
Eso es cuenta nuestra... El resultao es que mañana mismo hacéis la obligación... lo que p. 54 tengáis que hacer... y listos... ¿Qué dices ahora?
Feliciano
Yo digo que nunca debía uno estar al menaje de las mujeres, que le implicáis a uno too lo malo y lo bueno siempre tie que ser hechura vuestra...
José
Yo digo que quisiera saber qué ha hecho cambiar a la Dominica de modo de pensar...
Feliciano
No me mires a mí, que yo siempre he pensao lo mismo.
Dominica
¿Qué recelas? ¿No somos toos hermanos...? Si ha podío haber alguna vez un disgusto entre nosotros, ¿no tie que olvidarse too...? ¿No ties ya lo que querías? ¿Pa qué lo pedías entonces?
José
No, si bien está... No vayas a cambiar otra vez de idea... ¿Quie decir entonces...?
Feliciano
Que mañana temprano nos vamos tú y yo a la Umbría, hablamos con la gente de allí, se mide el grano... ves lo que te conviene...
José
Too ello nos llevará tres o cuatro días...
Dominica
Iremos también nosotras...
Feliciano
No hacéis falta ninguna las mujeres...
M.ª Juana
Es la primera vez que vamos a separarnos desde que nos casamos...
Dominica
La Umbría está bien cerca; si José no pue pasarse sin ti... pue ir y volver toos los días...
José
Pa tres días a too apurar que estaremos, ¡buena gana! ¿Es que Feliciano va y vuelve?
Dominica
Por mí, no. ¡Si fuera por alguna otra!...
Feliciano
¿Por qué otra iba a ser?
José
Tú sabrás...
(Entra Pilaro.)
Pilaro
¡Señor amo! Los de la boda quien despedirse...
Feliciano
Allá voy... Venir toos...
Dominica
¿Y qué habrá sío de doña Rosa...? Voy ya también a ver... La Dacia no ha tenío cara pa volver a ponerse delante de mí.
M.ª Juana
¿Pues qué le ha pasao?
Dominica
Ya te diré...
Feliciano
Que les den la despedida... Vamos, vosotras...
(Salen Feliciano, José y Pilaro.)
M.ª Juana
José está encelao... No tengo más que mirarle pa saberlo... José cree que es Feliciano el que te ha convencido pa vender la parte de p. 55 la Umbría... José cree que Feliciano es capaz de volver desde la Umbría na más que por mí, ahora que voy a quedarme sola...
Dominica
¡Y si supiera lo que yo sé ahora! Mira tú lo que son las cosas, él andaría más celoso y desconfiao de ti, y yo estoy más segura que lo he estao en mi vida...
M.ª Juana
Bien puedes estarlo. Si queriéndole he sabido guardarme antes... ahora tengo que guardarme más, que guardarnos a todos. Si José llegara siquiera a creer la menor cosa de mí y de su hermano... ¡No quiero pensarlo!
Dominica
¡Los hombres no saben más que matar cuando su mujer les ofende! Y no es que les importa más de nosotras, les importa de ellos... Si por cariño fuera, ¿qué no haría una también? Si yo hubiera ido a matar ca vez que me ha ofendido...
Voces
(Dentro.) ¡Vivan los novios! ¡Viva el padrino! ¡Viva la señora ama!
Dominica
¡Ahí tienes! Esa boda... ¡En mi misma casa! ¿Y qué voy a hacerle? (Enseñándole el gabancito que esta haciendo.) ¡Mira lo que hago!...
(Sale. Siguen las voces.)
FIN DEL ACTO SEGUNDO
p. 57
Cocina en una casa de pueblo
TÍO BEBA. Después la POLA
Pola
(Dentro.) ¡Ave María!
Tío Beba
¡Sin pecao! ¡Ah! ¿Qué, eres tú?
Pola
¿Y señora ama y la Gubesinda?
Tío Beba
Están a misa. Aquí estoy yo acompañando la lumbre. ¿Qué te trae por acá?
Pola
Tú verás... Que pa los pobres no pue haber más que cavilaciones.
Tío Beba
Pues qué, ¿os ha despachao ya el amo nuevo?
Pola
¿Despedirnos? No, pero la del otro. No te diré que te vayas, pero te haré obras pa que lo hagas. Tendremos que despedirnos nosotros... Y a eso he venío, a que el ama no nos desampare, que al amo ya le hemos hablao, y ya sabes cómo es... A más que anda ahora muy divertío . ¡Válgame Dios! No sé cómo el ama es así... ¡Si yo le dijese más de cuatro cosas de alguna!...
Tío Beba
¡Anda y díselas! No harás más que corresponder por cuanto se las han venío a ecir de vosotras... más de cuatro y más de ocho...
Pola
¡Toas fueran como yo! ¡Y toas miraran esta casa como la he mirao yo siempre!...
p. 58 Tío Beba
¿Y quedaba el amo en la Umbría?
Pola
No sé decirte. Yo no vengo de allí. Dos días falto.
Tío Beba
¿Pues ande has andao...?
Pola
Y también mi marido...
Tío Beba
Tú respondes como la otra... Préstame un azadón... yo a usté tamién. No pega bien. ¿Tú sabes esos?
Pola
¡Ya tendrá su malicia!
Tío Beba
Pues estaba una mujer sentada a la lumbre, junto al señor cura de un pueblo... y más desviao estaba el marido; cuando oye y que su mujer le dice al cura: «Yo, a usté tamién...» «¿Qué te ha preguntao el señor cura pa responderle yo a usté tamién?» «Me decía de prestarle un azadón...» Y él marido se quedó un rato cavilando, y al cabo va y dice: «¿Prestarme un azadón, yo a usté tamién...? No pega bien.» Pues eso te digo yo a ti.
Pola
¡Anda, chocarrero! ¡Que a toos has de sacar una malicia! Quise decirte que yo y mi marido faltamos de la Umbría dos días y que no sabemos naa de lo que allí pasa...
Tío Beba
¿Luego algo pasa?
Pola
Algo tie que pasar, que el amo no ha dormío allí algunas noches...
Tío Beba
Aquí tampoco.
Pola
Pilaro podrá dar razón, que le acompaña.
Tío Beba
Por eso será el irse allí ca cuatro días con su hermano, un día con que si no li han acabao de separar el ganao..., otro que... Ca día es una cosa.
Pola
¡Si una quisiá hablar!...
Tío Beba
¡Sí! ¡Que habrás venío tú dos leguas pa callarte naa! Me paece qué entiendo a la Gubesinda... ¡Vela, aquí está!
DICHOS y GUBESINDA
Pola
¡Buenos días nos dé Dios!
Gubesinda
¡Santos y buenos! ¿Qué te trae por acá?
Pola
Hablar con el ama. Qué, ¿no ha venío contigo?
p. 59 Gubesinda
No; al salir de la iglesia se fue pa casa de don Romualdo. No se tardará mucho. (Al tío Beba.) Y tú, ¿qué has hecho? ¡Qué apaño de lumbre! ¡Da pacá esas trameras! ¡Si no se te pue encomendar naa!
Tío Beba
¡No sé qué ties que pedirle a esta lumbre! ¿No arde?
Gubesinda
Bueno está. Lo que yo quería es tenerte aquí sujeto pa que no comenzaras tan temprano la de toos los domingos.
Tío Beba
Cualquiera que te oiga... Tú no le hagas caso. La de toos los domingos es que los mozos me tien comprometío pa enseñarles unas piezas a la guitarra, y andamos por ahí con la música convidando a toas las mozas pa la tarde el baile de la plaza. Ese es too el pecao que hago yo los domingos.
Gubesinda
Sí... Y a la puerta ande hay ramo es la música más larga.
Tío Beba
Y ya me voy pa allá, que estarán aguardando por mí.
Gubesinda
¿Qué pintarás tú con los mozos? ¡Quisiea yo saberlo! ¡Anda, anda, que por no verte ni oírte!... ¿Pero ande vas con esa tranca?
Tío Beba
¿Esto? Esto es la razón, el código, como decía uno que le decían aquí el tío Leyes, en gloria esté. Y andaba siempre con un garrote que paecía el as de bastos, y decía a too: «Yo voy siempre con mi razón...»
Gubesinda
Y a razones de esas mató a la mujer.
Pola
¿No irás tú a hacer lo propio?
Gubesinda
¡No lo verá él! Pa ese código tengo yo estos diez mandamientos...
Tío Beba
Me los tengo muy sabíos. Conque... ¡Hasta otra vista!
Pola
¡Que te vaya bien, hombre!
Gubesinda
¡Si no volvieas nunca!
Tío Beba
Si supiea yo que no ibas a dar conmigo ande me fuera...
Gubesinda
¡Ya volverás, ya! Lo que no quisiea es ver cómo vuelves...
Tío Beba
(Canta.)
(Sale.)
Gubesinda
¡Ay, qué hombre, qué hombre!
GUBESINDA y la POLA
Pola
Qué, ¿tan mala vida te da?
Gubesinda
¡Qué tie que darme! ¡Si es un peazo de pan! Solo que estoy así siempre con él pa que no se me escarríe ... ¿Y qué quies al ama? No anda muy buena estos días... Nunca la he visto tan pará y tan abatida.
Pola
Estará disgustá con que el amo y haiga vendío la parte de la Umbría.
Gubesinda
Por eso no. Si ha sío cosa de ella y está con la María Juana... ¡Jesús! ¡No sabe ande ponerla! Lo que no había sío ende lo que pasó antes de casarse con José.
Pola
Y el amo y su hermano tamién paece que andan muy uníos...
Gubesinda
¿Allí les habrás dejao?
Pola
Yo y mi marido faltamos dos días de la Umbría, pero allí quedaban con la cuestión del ganao, que si José se quedaba con too... pero nunca los he visto tan conformes. Pa nosotros es pa quien no andan tan bien, que ya nos tenemos tragao que saldremos de allí. Y a eso he venío... Yo creo que el ama y ha de mirar por nosotros. ¿Qué te paece?
Gubesinda
¡Que sí mirará!...
DICHOS, la JORJA con sus dos chicos
Jorja
¡La paz de Dios!
Gubesinda
¡Con todos sea! ¡Uy, la Jorja!
Pola
¡La Jorja!
p. 61 Jorja
¡Que está aquí la Pola! (A los chicos.) ¿Pero queréis soltarse, que naide va a comeros...? Sentarse aquí sin menearos pa naa.
Gubesinda
Déjalos estar... Aguarda, les daré un cacho pan, y andar, salirse aquí al corral a pegar cuatro brincos... Pero no me corráis a las gallinas ni a los coratos que sus mato.
Jorja
¿Cómo se dice? Pero estos condenaos, maldecíos que nunca tendrán modos... (Salen los chicos.) ¿Y el ama?
Gubesinda
¿Tamién tú traes pleito con el ama? ¡Pues hijas, con vosotras tie bastante!
Jorja
Alguna ya sé yo a qué haiga venío.
Pola
¡Mucho saber es, que no lo he comunicao con naide!
Jorja
¡La intención está vista!
Pola
¡El que la hace la piensa! Sí, que tú no habrás venío a lo mismo.
Jorja
¡Yo he venío a que ninguna puea alabarse de engañarle al ama! ¿Te creerás tú que yo no sé a qué has venío? A meter cuchara pa que os traigan a la dehesa en el lugar nuestro. ¡Como el amo nuevo os echará de la Umbría si es que no os ha echao!...
Pola
¿Y con vosotros qué tenía qué hacer si supiera lo que erais?
Jorja
¡Sí que de vosotros no sabrán na! A ojos vistas, que lo están viendo toos... a ojos vistas.
Pola
¿Qué quies decir con eso?
Jorja
Tú sabrás....
Pola
¿Es decirnos ladrones? ¿Y quién lo dice?
Gubesinda
¡Queréis callar! Riñen los pastores y salen los hurtos...
Pola
Es que a mí no me dice eso naide... es que naide pue probárnoslo, como se les pue probar a ellos.
Jorja
¿A nosotros? No nos viene de casta como a ti, que has tenío en tu familia quien ha estao en presidio.
Pola
Ande debía haber ío tu padre, si hubiá justicia, que él fue quien lo hizo y lo achacó a otro con testigos falsos.
Jorja
Ya te has callao si no quies que... (Abalanzándose a ella.)
Pola
¿A mí tú? Ahora verás...
p. 62 Gubesinda
¿Eh? ¡Que no reparáis ande estáis y no me habéis oído a mí entoavía!...
(A un tiempo.)
Pola
Déjame, que a esa la tengo yo ganas... que esa entoavía no sabe quién soy yo...
Jorja
No me la quites, que la espiazo, que no miro naa... que no sabe...
DICHAS y DOMINICA
Dominica
¿Pero qué es esto?
(La Pola y la Jorja quieren hablar a un tiempo.)
Gubesinda
¡Ya estáis callando! ¿Pero es que no vais a respetar naa?
Dominica
¡Déjalas! Si too esto se va a terminar de una vez... hoy mismo.
Pola
¡Yo con naide me metía!...
Jorja
¡Yo bien callá me estaba!
Dominica
Dejar que venga el amo, que bien pue ser que esté al llegar. Veréis el paso que vais a llevar toos; vosotros de la dehesa, y vosotros de la Umbría... y otras también, que no vais a ser vosotros solos, que too esto va a terminarse y too va a ir por otro orden, que a toos os he aguantao largo...
Gubesinda
¡Si supieas sostenerte en lo que dices!
Pola
¡Eso es! ¡Ay, Virgen Santísima! ¿Qué será de nosotros? ¿Ande iremos, siete que nos juntamos, sin más amparo que esta casa...?
Jorja
¡Señora ama! ¡Por la salú de lo que usté más quiera! ¡Ay, madre! ¿Qué será de esas criaturas?
Dominica
¡Ni que repliquéis, ni que lloréis, que no ha de valeros!... ¡Se acabó, se acabó! ¿Qué os teníais creído? ¿Que toda la vida iba a ser lo mismo? ¿Que yo no soy naide? ¡Ahora mismo os quitáis de mi vista y que no os vea yo más!
Jorja
¡Venir acá, hijos míos! ¡Venir acá!
Dominica
¡Que no me llames a los muchachos! ¡Que no quieo ni verlos! ¡Se acabaron pa mí los muchachos de nadie! ¡Y vosotras y toos! Y p. 63 ahora mismo os vais por esa puerta y no me volváis a entrar por ella... ¡Ahora mismo!
Gubesinda
¡Vamos, largarse!
Jorja
¡Ay, madre! ¡Que nunca he visto así al ama, ni creí verla nunca!
Pola
¡Si teníais que hartarla entre toos!
Jorja
¡Mia quién habla! ¡Si no fuean algunas!...
Dominica
¿Pero no os he dicho que no quiero veros?
Gubesinda
Andar, andar... Que ya estoy yo tamién asustá; que esto tie su misterio.
(Salen la Jorja y la Pola.)
DOMINICA y GUBESINDA
Dominica
No me mires... Porque va a ser como lo digo. Mañana no me queda nadie de toa esta gente y si Feliciano quie ponerse de su parte... Pero no se pondrá, que alguna vez tengo yo que hacerme valer... Y las cosas van a ir de otro modo de aquí en adelante.
Gubesinda
¡Dominica!
Dominica
¿Qué? ¡También pue que tú ahora quieas salir de su parte!...
Gubesinda
¡Si es que te estoy mirando y me paeces otra!
Dominica
¡Pues soy yo, yo, la Dominica, el ama de su casa, que alguna vez había ser yo el ama! ¿Ande íbamos a parar? ¡Si esta gente hubiea dao fin de nosotros!
Gubesinda
Dominica, tú algo me callas... o me estás diciendo mucho... ¡A ti te pasa algo que no te ha pasao nunca!... ¡Dominica!... Al concluir la misa te has acercao a rezarle a la Virgen del Rosario, la que está como sentá con el niño Jesús en los brazos... Antes no hice reparo... pero ahora... ese rezo tenía su por qué... ¡Dominica! ¡Que a ti te pasa algo!... ¿Es que...? ¡Jesús! ¡Dios mío! Si eso fuera...
Dominica
¡Pues es, Gubesinda, es! ¡Dios y la Virgen santísima lo han querío! ¡Ya no tengo que envidiar a ninguna mujer del mundo, ya soy la más feliz de todas!
Gubesinda
¡Hija de mi vida! ¡Ven y que te abrace! p. 64 ¡Hija de mi alma! Si pa mí... ¡Vamos! ¡Si lo que yo tengo rezao pa que eso fuera!... ¡Y yo tonta de mí; no haberlo conocío! ¿Y no se lo has dicho a Feliciano entoavía?
Dominica
No quería decírselo... ¡Si es que entavía me paece mentira! Si es que quisiá sin decírselo yo que él lo sintiera... dentro su alma como lo he sentío yo dentro de mis entrañas... ¡Si me paece mentira que no está ya aquí, que no haya habío un milagro y no se le haya aparecido algún ángel pa avisárselo!... ¡Si solo en pensar cuando se lo diga!... ¿Pero cómo pue haber mujeres malas pa quien tenga que ser una vergüenza esta alegría tan grande?
Gubesinda
Mira; yo me voy a buscar ahora mismo a mi marido, antes de que no esté pa naa... y sale a escape pa la Umbría y vuelve con Feliciano, que no pue consentirse que esté sin saberlo a estas horas...
Dominica
¡Si estoy segura que ha de venir hoy! ¡Si me paece que me lo están diciendo!... Y que ha de venir más alegre que nunca y que ha de entrar por esa puerta preguntándome... ¿Y mi hijo? ¡Nuestro hijo, Dominica, nuestro hijo... como si ya le tuviea en mis brazos, más hermoso que un sol, porque tie que ser muy hermoso, que ende que pienso en él, me paece que me bailan elante los ojos todas las hermosuras del mundo!
Gubesinda
¡Ay, qué alegría, qué alegría! Aunque me digan que estoy loca, así que entienda la música de los mozos, en medio de la plaza me planto y me pongo a bailar yo sola...
Dominica
¡Y yo contigo!
Gubesinda
¿Tú? ¡Qué disparate! ¡Vas tú a bailar! Y lo que has de hacer es no trajinarme en naa de aquí en adelante... y cuidarte mucho, que... ¡Jesús! ¡Dios mío! No quiero pensarlo... Que así como tantas pobres andan afanás trabajando hasta lo último y no las pasa naa, porque han de echar al mundo otro pobre pa pasar trabajos... Este que nace pa tener too el regalo del mundo... pue que por lo mismo...
Dominica
¿Quies callar...?
p. 65 Gubesinda
¡Ties razón! ¿Pero no era un dolor pensar que too lo que hay en esta casa no tenía un heredero de tu sangre? Que too hubiá ío a parar... ¡Dios sabe dónde!... Y ahora...
Dominica
Ya ves tú, ahora tengo que mirarlo de otra manera... ¡Vas a ver; vas a ver! ¡Si es que he estao tonta! Pero se acabó, se acabó... ¡Con too voy a llevar yo cuenta! ¿No es cargo de conciencia pa mí, lo que se ha tirao y se ha esperdiciao en esta casa? ¡Nadie ha mirao por ella!... ¡Tamién tú, Gubesinda, de hoy más no me gastes lo que me gastas!...
Gubesinda
¿Pero vas a decirme a mí eso? ¡Jesús! ¡Dios! ¿Qué tengo yo esperdiciao nunca...? ¡Que no miraría más si fuea mío!...
Dominica
Bueno, no vamos a regañar ahora... pero este mes se ha gastao mucho aceite, y el salvao, tu verás...
DICHOS, DOÑA JULITA y DOÑA ROSA
D.ª Julita
(Dentro.) ¿Por dónde anda la gente? ¿Hay permiso?
Dominica
¡Doña Julita, doña Rosa!
D.ª Rosa
¡Muy buenos días!
Dominica
No entren ustedes por aquí... Vengan ustedes.
D.ª Julita
Deja, deja... Si no nos sentamos... Estamos muy deprisa... Nos dijeron que habías pasado por casa...
Dominica
Después de misa; por saludarlas a ustedes. Como no las vi a ustedes en misa, dije, digo: pues alguien que hay malo, que doña Julita no falta nunca.
D.ª Julita
Pues estamos bien..., es decir, bien... Disgustos no faltan...
D.ª Rosa
¿Y qué es la vida? ¡Tribulaciones! ¡Si una no supiera que este mundo no es más que un trámite para el otro!
Dominica
Jesús, ¿qué les ocurre a ustedes?
D.ª Julita
En primer lugar, mi cuñada nos deja... ¡Esto no es un disgusto, es decir, nosotras lo sentimos!... Quiero decir, que esto no es p. 66 para nada malo... Vuelve a juntarse con su marido.
Dominica
Como tenía que ser.. Si otra cosa no era posible...
D.ª Rosa
¿Qué quiere usted? Tanto me han escrito, tanto han influido en mí personas de respeto... Es la cuarta vez que perdono... No quiero que quede por mí nunca, no quiero que nadie pueda decir el día de mañana que si cayó en un despeñadero fue porque yo no le he tendido a tiempo la mano... ¡Pero si viera usté que estoy tan escarmentada!...
Dominica
¡Verá usted cómo ahora es de veras! La lástima es que no tengan ustedes hijos... Los hijos son el todo, habiendo hijos...
D.ª Rosa
¡Tuve dos! ¡Hijos de mi vida! Pero los dos se me desgraciaron; uno de cuatro meses, otro de siete...
Dominica
¡Qué pena! ¡Jesús, Dios mío! ¡Eso sí que no debía ser!... ¡Morirse los hijos! Es que toos los cuidados son pocos con las criaturas...
D.ª Rosa
Sí, señora; todos son pocos...
Dominica
¡Uno de cinco meses y otro de siete! ¡Estarían tan ricos! ¡Válgame Dios! ¡Pa eso mejor es no tenerlos!
D.ª Julita
Y para todo... porque hasta verlos criados... Y después, bien dicen: «Tus hijos criados, tus duelos doblados...» El disgusto grande que tenemos ahora en casa es con la Dacia.
Dominica
¿La Dacia? ¿Pues qué le pasa?
D.ª Julita
Figúrate que se le ha puesto que quiere meterse monja.
D.ª Rosa
A mí me parece una inspiración del cielo y yo no se lo quitaría de la cabeza...
D.ª Julita
No quieras saber su padre cómo se ha puesto. ¡No se le puede hablar, no se le puede oír!... ¡Qué horrores dice!...
D.ª Rosa
¡Ese desgraciado hermano mío, condenándose por momentos!
Dominica
¿Pero qué acuerdo le ha ido a dar ahora a la Dacia? Una moza tan guapetona... Ya le diré yo...
D.ª Julita
Por de pronto su padre quiere llevársela a Madrid.
Dominica
Muy bien pensao, a divertirse.
D.ª Julita
Y después quiere que pasemos una temporada p. 67 en Torrijos, con unos parientes que tenemos. Romualdo lleva su idea... Es que... francamente, con el personal que todos conocemos, ¿quién se atreve a casarla?
Dominica
Pues la casan ustedes allá, con un buen mozo, aunque no sea rico, no miren ustedes el dinero, pa eso lo tienen ustedes...
D.ª Rosa
Nunca estará como en el convento, pidiendo por su padre, que bien lo necesita, y por todos nosotros.
Dominica
¡Déjese usted, doña Rosa, que ca uno pidamos pa ca uno y no hay necesidad de enterrarse nadie en vida pa eso!...
D.ª Julita
Así es que no te extrañes de no habernos visto en la iglesia... Romualdo nos cerró con llave y nos ha tenido encerrados hasta ahora.
D.ª Rosa
A mí se me representaba María Antonieta cuando la revolución de Francia. No quiero pensar si en España sobreviniera algo semejante; ya estoy viendo a mi hermano descamisado como Robespierre... y nosotras en la degollina...
D.ª Julita
¿Y Feliciano por dónde anda?
Dominica
Está en la Umbría... Hoy le esperaba...
D.ª Julita
Yo creí que había vuelto con su hermano.
Dominica
¿Con José? ¿Es que ha vuelto José?
D.ª Julita
Sí; ahora lo hemos visto cruzar la plaza. ¿Verdad?
D.ª Rosa
Sí señora, nos ha dado los buenos días:..
Dominica
¿Oyes esto? José aquí, solo... ¿Qué pue ser esto...?
Gubesinda
Na, mujer, que Feliciano se habrá quedao allí de caza.
Dominica
¡Uy! ¿De caza? ¡Estoy por irme ahora mismo para la Umbría!
Gubesinda
¡Déjame estar!
D.ª Julita
Ya sentimos haberte dicho nada, pero no creíamos que tuviera nada de particular.
Dominica
No, particular, no... Es que... ¡Vamos! ¡Que Feliciano! ¿Qué tendrá que hacer él allí solo?
D.ª Julita
Bueno, con Dios, hija...
D.ª Rosa
Usted siga tan buena... Ya vendré a despedirme de usted cuando sea la marcha... Aún tardará unos días. Mi esposo está poniendo casa... ¡Es la cuarta vez que ponemos p. 68 casa! ¡Ya ve usté qué trastornos, qué gastos!...
Dominica
¡Claro está! Como si se hubieran ustedes casado cuatro veces...
(Salen doña Rosa y doña Julia.)
DOMINICA y GUBESINDA
Dominica
¿Has entendío? ¡José está aquí y él allí! ¡Y yo que le esperaba! Voy a casa de la María Juana a saber cómo ha sío lo de quedarse Feliciano. Algún enreo de los suyos... Pues no lo paso; a la que sea esta vez, te digo que la dejo escarmentá... ¡Y a él!... ¿Qué merecía él? ¡Te paece que esté una con toa la ilusión del mundo aguardándole pa dale una alegría... y él...! ¡Qué hombres! ¡Si no pue quererse a los padres como a las madres!... Ese castigo ha e tener, que su hijo me querrá a mí naa más...
Gubesinda
¡No digas! Un padre es siempre un padre...
Dominica
Me querrá mucho más; que sabrá too lo que yo tengo pasao, lo que me ha hecho pasar su padre.
Gubesinda
¡Esos cuentos vas a contarle al chico!
Dominica
¡Mia que no venir, mia que no venir!
Gubesinda
¿Y antes que estaba los días fuera sin saber dónde y no te importaba?
Dominica
¡Antes, antes! ¿Qué va a ser ahora lo mismo que antes? ¡Pue empezar a dar malos ejemplos al muchacho!
Gubesinda
¿Tie que ser muchacho por fuerza?
Dominica
¡Qué voy a querer que sea chica, pa que pase lo que su madre! ¡Muchacho, muchacho!... ¡Pa que me desquite, no dejándome en paz a ninguna!... ¡Los nietos que me va a juntar el condenao del muchacho! Y a esos sí los querré... no como a estos otros, que no quieo ni verlos; que no me traigan aquí a ninguno... porque no sé... no sé... ¡Que me han estao robando lo que es de mi hijo, que no me lo perdonaré nunca!
DICHOS y el TÍO BEBA
Tío Beba
¡Gubesinda! ¡Gubesinda! ¡El ama!
Gubesinda
¿Qué te pasa que vienes tan acelerao?
Tío Beba
Pues pasa... pasa.. Ello tie que saberse, que está enterao too el pueblo.
Dominica
¿Qué? ¡Algo malo pa mí, dilo pronto!
Gubesinda
¿Qué malo va a ser? Alguna burrá de este y los mozos...
Dominica
No, no. ¡Vamos, dilo!
Tío Beba
Pues es... es que Pilaro ha venío ende la dehesa a buscar al médico.
Dominica
¡Ay, Virgen! ¡Eso ha sío pa Feliciano! ¿No estaba en la Umbría?
Tío Beba
No; salió anoche a caballo... Venía hacia el pueblo a la cuenta.
Dominica
¿Y José sí ha venío y él no? ¿Qué le ha pasao? ¿Pa qué querrán al médico? ¿Tú lo sabes?
Tío Beba
Pues dice Pilaro que el amo está herío.
Dominica
¡Herío! ¿Y quién me lo ha herío? ¡Si es que no me lo han matao! ¿Quién ha sío? Dímelo, ¿quién ha sío?
Tío Beba
Yo naa sé... ni Pilaro quiso ecirme naa, que venía pa acá y que está herío, no sé más.
Dominica
Ya estás sacando las caballerías, ya estamos andando. Yo me voy pa allá ahora mismo. Vamos, tú, Gubesinda, toos conmigo... ¡Ay, que me le han matao y no quien decírmelo!
Gubesinda
¡Quita, mujer! No será naa; una riña... algún mal encuentro... o una desgracia... Tú tamién podías haberte enterao, y, sobre too, no venir a decir las cosas de esa manera... ¡Pa sustos estamos! Y tú no te aceleres, que no será naa... verás si con el susto...
Dominica
No, no me asusto... Lo que quiero es saber... ¿Pero qué quiero saber? ¡Si lo sé ya todo! ¡Si tiene que haber sío como lo pienso!... El estar José aquí, el no haber ío María Juana a la iglesia... ¡Eso ha sío, eso ha sío! Es que venía por ella y José se ha enterao y habrán reñío... ¡Y he sío yo, he sío yo la que tie la p. 70 culpa! ¡Yo, que he sío una mala mujer, que se la he echao en los brazos!... Si ella le quería, si me lo dijo... ¡Y yo... por lo mismo, más cerca de mí, más cerca de él... como si no le conociera! ¡Como si no la conociera... que me ha engañao con la verdá! ¡Eso ha sío! ¡Eso ha sío!
Gubesinda
¿Pero que estás diciendo? ¡Tú estás loca!
Dominica
¿Pero qué haces ahí? Vamos, vamos... que iré yo sola... aunque sea arrastrándome... Pero antes quiero ver a José, a la María Juana, quiero saber... Vamos, Gubesinda... ven conmigo...
Tío Beba
No corras... Más a tiempo...
Dominica
¡Ah! Mia cómo vienen... Mia cómo era.
DICHOS, MARÍA JUANA y JOSÉ
Dominica
(Dominica, al ver a María Juana, se abalanza a ella.)
Vienes llorando, ¿verdad? ¡Más ties que llorar, condená!
M.ª Juana y Gubesinda
¡Dominica!
Dominica
(A José.) ¿Has sío tú, has sío tú? ¿Y por qué no la has matao a ella, que es a quien tenías que haber matao?
José
¿Pero tú sabes...? (A María Juana.) ¿Lo ves ahora? ¿No ecías que la Dominica sabía que no venía por ti...? ¡Mia cómo lo sabe! ¡Niega que le esperabas, niégalo ahora! ¡Que eres una mala mujer, que te quito la cara!... (Va a pegarla.)
M.ª Juana
¡Ay! ¡No me pegues! ¡Que no tengo culpa! ¡Por la gloria de mi madre!
Gubesinda
¡Vamos, hombre! ¿Qué vas a hacer?
Dominica
¡Déjale, déjale que la mate! Que alguna vez tenían que matar los hombres alguna mujer... Y por ella has herío a tu hermano... ¡Quién sabe si lo habrás matao!...
José
¿Qué dices? Yo no le herío. ¡No he sío yo!
Dominica
Entonces...
José
Ha sío él solo. Se cayó del caballo.
p. 71 M.ª Juana
Si no me dejáis hablar... Si él no venía al pueblo, ni venía por mí...
Dominica
¿Pues qué ha sío entonces...? Si es que no mientes por salvarte...
José
Yo no miento. Las cosas como han sío. Yo supe que dos o tres noches no había dormido Feliciano en la Umbría... Pensé... lo que ando pensando siempre... más desde que Feliciano consintió en venderme la parte de la Umbría y tú lo dejastes. Y yo he sío el que ha buscao pretexto pa volver allí con él otra vez... y me he estao al acecho toas las noches, cuando él me creía más dormido... Y anoche le vi salir a caballo y Pilaro detrás... y yo a pie, corriendo, como pude, por trochas y atajos... les tomé delantera y entré en el pueblo sin que nadie me viese y estuve rondando mi casa toa la noche...
Dominica
¿Y le viste entrar...?
M.ª Juana
¡No vio nada! ¡Es mentira!
José
Vi que en tu ventana se encendía y se apagaba la luz a ca paso...
M.ª Juana
Porque faltando tú de casa estoy muerta de miedo... ¡Y como el perro no dejó de ladrar en toda la noche, que a la cuenta te barruntaba!...
José
¡Esa es otra! El perro me lo trajo Feliciano estos días, y le conoce a él más que a toos... ¡Too estaba bien urdío!
Dominica
Pero acaba. ¿Llegó Feliciano?
José
No llegó... Esa fue su suerte y mi desgracia, que yo hubiera querido cogerlos allí mismo...
M.ª Juana
¿A mí? Si es que venía al pueblo, que no lo sabes, no venía a mi casa, que bien cerradas estaban las puertas y nadie le hubiera abierto ninguna...
Dominica
Pero, ¿no llegó al pueblo...?
José
No llegó, porque según dice Pilaro, conforme iba liando un cigarro, el caballo hizo un espanto y cayó de mala manera y...
Dominica
¡Virgen Santísima!...
José
¡No te asustes! No ha sío naa, un golpe en un brazo... pero naa... Fue por su pie hasta la dehesa, que no quiso venir por no asustarte y porque no supieses lo que ya sabes.
p. 72 M.ª Juana
¡Lo que no sabes, lo que no es verdad! ¡Antes de llegar al pueblo se pue tirar por muchos caminos, por cualquiera pudo tirar!...
Gubesinda
Ties razón... A más que yo creo saber ande iba...
José
¿Y quién lo asegura? Yo tengo mis motivos pa creer lo que creo.
M.ª Juana
¡No tienes ninguno y tú menos!
Dominica
¿Yo? ¡Yo sí lo creo como José... y lo creo porque ha sío culpa mía... pa que Dios me castigue ahora, pa que tú te le lleves, como has querío siempre!
José
Pa eso tenía que haber antes alguna muerte. ¡Maldito caballo, que no le trajo ande venía o no le llevó ande fuera! Pero yo sabré si él ha venío otras noches, que han sío tres las que ha faltao de la Umbría, yo lo sabré.
M.ª Juana
¡Ojalá lo supieras!
Dominica
¡Hemos de saberlo; si Feliciano no quiere condenarse y condenarnos a toos, hemos de saberlo!... ¡Y si fuera verdad, si fuera verdad!... ¡Con tal que la mates a ella, te consiento que le mates a él! Esta no la paso. ¡Matarlos! ¡Matarlos!
Feliciano
(Dentro.) ¡Dominica! ¡Dominica!
Dominica
(Viendo entrar a Feliciano.) ¡Ay, Dios mío, que es él! Que no es de cuidao... ¿Qué ha sío... qué te pasa... qué ha sío...?
DICHOS, FELICIANO y PILARO
Feliciano
Nada; ya lo ves... ¿Qué te habían dicho? ¡Qué cara tenéis toos!...
Dominica
¿Qué cara hemos de tener?
M.ª Juana
No preguntes. Yo lo diré todo. José te vio salir anoche de la Umbría. José cree que venías por mí.
Dominica
José sabe que has venío otras noches... ya que anoche no llegaste a venir...
M.ª Juana
Eso es todo... Y a mí no quieren creerme...
Feliciano
¡Estáis locos! Ni por soñación ha pasao naa de eso... Ni yo he venío ninguna noche al pueblo, ni anoche venía...
p. 73 José
Anoche... No sabemos...
Feliciano
Pilaro lo sabe... ¿Ande íbamos anoche?
Pilaro
Ande otras noches... ¿Pueo decirlo?
Feliciano
¡Claro que sí!...
Pilaro
Pues íbamos a los Molinos...
Gubesinda
¿No decía yo? Por la Eufemia, que es la de ahora...
Feliciano
Ya lo he dicho... Ya lo sabéis too.
José
¡No lo creo!
Dominica
¡Yo tampoco!
Feliciano
¡Pues allá vosotros! ¡A mí naa me importa!
M.ª Juana
No, Feliciano, que yo no puedo permitir de perder mi honra...
Feliciano
Pues si no basta que se les diga y que tú y yo lo sepamos...
M.ª Juana
Yo he jurao por too lo más santo.
Feliciano
Y por lo más santo lo juro si quieren...
José
¿Qué hacen juramentos?
Dominica
¡Sí que pue jurarlo!... ¡Y mia lo que vas a hacer si juras en falso... júralo!...
Feliciano
Por mi madre, por lo más santo, por too...
Dominica
Todavía más... ¡júralo por tu hijo! ¡El único que pues decir que es tuyo, porque es mío tamién!
Feliciano
¿Qué estás diciendo?
Dominica
¿No lo has oído? Por nuestro hijo, nuestro, de los dos. ¡Este sí que es mío!
Feliciano
¿Qué dice...?
Gubesinda
¡Que es verdad! ¡Que esta es la alegría más grande del mundo!
Feliciano
Tienes razón... Pues por mi hijo lo juro... y que no nazca si miento, y si nace y no he dicho verdá, que llegue día en que levante la mano contra mí por mal padre... ¿Queréis más juramento?
Dominica
No, yo te creo, te creo... No se pue mentir pa que Dios castigue en un hijo... Ties que creerle, José... Di que lo crees, no estés con ese ceño. ¡Ha jurao por mi hijo!...
José
¡Por eso lo creo, porque es tuyo!...
M.ª Juana
¡Por mí debiste creerlo antes sin jurarlo nadie!
Dominica
¡Y ya estoy tan contenta! ¡Cómo soy! Que tú al fin y al cabo ya sabes que no fue tu mujer... pero yo... ¡Buen consuelo! Si no ha sío ella, de todas maneras ha sío otra...
p. 74 Feliciano
¡Que me importa a mí mucho!
Dominica
Sí; a ti ninguna te importa, a ninguna quieres... pero la del otro: «No quiero, no quiero, échamelo en el capillo.» Pero no creas que voy a pasar por más... ya no es por mí sola, que tengo que mirar por nuestro hijo... y muchas cosas que no había mirao nunca; que he tenío la culpa más de cuatro veces; que cuando tú no habías reparao que alguna te quería, era yo la que te hacía reparar. Me paecía a mí que el que toas te quisieran era un modo de decirme que yo tenía que quererte más que toas juntas pa ser más que toas ellas. Pero no será así de aquí en adelante... Y toa esa gente de la Umbría y de la dehesa, too eso se ha acabao, ya están despedíos...
DICHOS, la POLA, la JORJA y los dos chicos. Se han asomado a la puerta antes a escuchar lo anterior.
Pola
(Al oír las últimas frases de la Dominica.) ¡Ay, Virgen!
Jorja
¡Jesús, Dios mío!
Dominica
¿Pero tenéis vergüenza de presentaros delante de mi vista? ¡Ahora veréis! Ahora os lo dirá el amo...
Feliciano
¿No lo has dicho tú? ¡Basta!
Dominica
¡Largo, largo!
Pola
Señora ama...
Jorja
¡Hijos de mi vida! ¿Qué será de nosotros?
Gubesinda
¡Dominica! Se quedaron escondías, aguardando que te pasara el enfado... Pero ya veo que sigues en las mismas...
Dominica
¿Pues qué habías creío? ¿Que era hablar por hablar...?
Gubesinda
Mira, Dominica, ya sabes que yo he sío la primera en decirte siempre que no tenías que haber pasao por muchas cosas... pero ahora, ¿qué quies que te diga? Tanto peca lo más como lo menos... ¿Ande irán estos pobres? ¿Y estas criaturas...? Y que ahora es p. 75 cuando menos puedes no compadecerte de ellas... ¡Quién sabe si el darte Dios un hijo ha sío mirando lo buena que eras pa los que no eran tuyos!...
Dominica
Ties razón, ties razón. No vaya Dios a castigarme y me deje sin él... No... Pa qué vamos a cambiar naa... Si el modo de pensar pue cambiarse, pero no cambian los sentimientos de una.
Pola
¿Qué determina?
Gubesinda
¡Callarse! ¡Que too se arreglará!
Dominica
Agradecer... No sé a quién deciros.
Gubesinda
¿A quién ha de ser? ¡Alma de Dios! ¡Madrota! ¡Si has nacío pa ser madre de toos!
Dominica
¡Cuando le vea como a estos... como este que es el más parecío!...
Feliciano
(A José y María Juana.) Hoy coméis con nosotros, ¿verdá, Dominica? que hoy es día de fiesta en esta casa que ya tie amo para heredarla...
M.ª Juana
Si de esta no eres otro hombre...
Feliciano
Así de esta y de pronto, no digo yo... pero, vamos, que el muchacho ha de tirarme algo...
Gubesinda
Pero toos y que ha de ser muchacho, y a mí se me ha puesto y que ha de ser chica.
Feliciano
¿Pa que se parezca a su madre, verdá?
Gubesinda
Eso es lo malo, que como tie que tener de uno y otro... Si es chico y la cara sale al padre y el natural a la madre, bien está... Pero sí es chica y solo sale en la cara a la madre y el natural al padre... ¡Dios nos asista!
Dominica
¡Qué cosas dices! ¡Y qué pensar si tie que ser lo que Dios quiera!
Feliciano
¡Anda! ¿Qué música es esa?
Gubesinda
La que gobierna mi marío... Ya decía yo. ¿Ande habrá salío ese sin decir palabra? Y eso ha sío que como oyó lo del chico y nos vio a toos tan alegres, se ha traío la música para cantarles alguna copla.
Feliciano
Pues ya podéis emborracharlos a toos y que toos se alegren con nuestra alegría...
(Cantan dentro.)
(Entran el tío Beba, Pilaro y mozos con guitarras.)
Feliciano
Venir con Dios, muchachos... Darles vino...
Todos
¡Enhorabuena! ¡Que ya se sabe too!
Unos
¡Viva el señor Feliciano!
Otros
¡Viva la señá Dominica!... ¡Vivan! ¡Vivan!
Tío Beba
Y viva... ¿Cómo le pondremos...?
Dominica
Que perdone el santo del día, pero yo le pongo Feliciano.
Tío Beba
¡Pues viva Felicianín!
Todos
¡Viva!
(Cantan.)
Uno
Bien cantá y pedida la bebida... tomar vino... Vaya, de hoy en muchos años...
Feliciano
Bueno, muchachos, que vosotros vais a vuestro asunto, que es festejar a las mozas y reunirlas pa el baile... ¡Muchas gracias a toos! ¡Y ya veréis lo que se arma el día del bautizo!
Tío Beba
¡Echar la despedida!
(Cantan.)
Todos
¡Con Dios!... Enhorabuena... Vivan... Con Dios y gracias.
Dominica
¡Gracias a todos! (Señalando a Feliciano.) ¡Míralo, está llorando! ¡Feliciano! ¿Qué, lloras?
Feliciano
¡Qué sé yo! Mia tú esa copla, si la tendré oío veces, pues hoy me ha parecío... he pensao que tie que llegar ese día... pueo yo morirme antes, pues ser tú... de cualquiera de las maneras es separarse... y así de too lo que uno quiere en la vida... los padres... los p. 77 hijos... los hermanos... Y no pue ser que sea pa siempre...
(Se oye la música y la copla última a lo lejos.)
Dominica
No... ¡Bien dice esa copla! ¡El que aquí nos juntó a todos, nos junte en la gloria amén! Y así tie que ser, que nada malo hemos hecho en este mundo.
Feliciano
¿Yo? ¡Ya ves! ¡El que haiga podido a ti hacerte!...
Dominica
¡Anda, por eso! Si yo te he perdonao y soy tu mujer... ¿Qué tie que hacer Dios más que perdonarte...?
(Telón.)
FIN DE LA COMEDIA